Cristina Jiménez es licenciada en Medicina y Cirugía, y una de los 35 sinergólogos de España (270 en el mundo). También es técnico en Morfopsicología y Coach. Además, ha promovido una especialidad, la de detectar al enfermo tramposo. Un tema de máxima importancia para cualquier empresario.
JA.- ¿Por si hay alguien que aún no sabe en qué consisten la sinergología y la morfopsicología, puedes definirlas?
CJ.- La Sinergología es una disciplina muy específica del lenguaje corporal. Analiza los gestos, las actitudes y los micro movimientos que llevamos a cabo de una manera no plenamente consciente. Un valor añadido con respecto a otras disciplinas, es que trabaja con un método científico, lo que le aporta rigurosidad y ha permitido catalogar actualmente hasta cerca de 2700 gestos que aportan información fundamental.
Otro elemento importante es que el análisis se lleva a cabo desde la generalidad a la especificidad.
Esto se traduce en que un gesto aislado no aporta un valor concreto y no llegamos jamás a conclusiones que, por otra parte, han hecho mucho daño en lo que a lenguaje corporal se refiere.
En cuanto a la Morfopsicología, es una disciplina científica que estudia, analiza e interpreta la suma de rasgos faciales de manera muy precisa mediante la observación del rostro con el fin de comprender sus necesidades, sus actitudes y sus capacidades.
El hecho de ser médico me obliga, en cierta medida, a buscar un rigor científico en aquellas herramientas con las que trabajo.
CJ.- Dirijo el área médica y de prestaciones económicas para Canarias. Esto es importante ya que es lo que me ha permitido, al trabajar con los equipos codo con codo, ver a los pacientes desde una perspectiva más amplia, evaluar las causas del absentismo laboral, el cómo manejan esta problemática las empresas y elaborar y poner en marcha proyectos y estrategias para contribuir a minimizar el impacto tan importante.
Estoy trabajando en el proyecto de un “observatorio” que permite detectar indicios de comportamiento tramposo en algunos pacientes y poner en marcha mecanismos para corroborar o descartar los mismos.
JA.- ¿Me han dicho que recientemente todos los integrantes del Instituto Vermen estáis acreditados por Paul Ekman, que supone tener esta acreditación?
CJ.- Sí, la verdad es que estamos muy contentos. Hay que tener en cuenta que Paul Ekman es actualmente uno de los mayores referentes mundiales en el análisis de las micro expresiones faciales y la evaluación de la veracidad y credibilidad.
Esta acreditación, además, es la de mayor prestigio internacional en la materia.
JA.- En el mundo solo hay 230 sinergólogos, ¿por qué tan pocos?
CJ.- La Sinergología es una disciplina muy joven. Fue creada por el científico canadiense Philipe Turchet en 1996. La formación sólo se lleva a cabo en escuelas muy concretas y, además, está protegida por una licencia de marca que evita el que se desarrolle pseudo formación que tanto daño han hecho a otras disciplinas.
Esta formación es presencial, dura dos años y, además de tres exámenes al final de cada uno de los tres módulos, precisa la presentación de una tesis ante un tribunal.
Muchos de los que empiezan no la acaban. Concretamente en mi promoción empezamos 11 alumnos y sólo acabamos y obtuvimos la Licencia Pedro y yo.
Hay que saber que todo Sinergólogo que realmente lo sea tiene que disponer de su Licencia y figurar en el registro oficial de Sinergólogos. En España somos 35.
JA.- ¿Cómo una profesional de la medicina en activo, llega a la Sinergología?
CJ.- La verdad es que yo no estudié medicina por vocación, precisamente. Mi padre, como casi todos los padres de la época, deseaban un hijo médico y otro abogado, y a mí me tocó la medicina, jaja.
Siempre he sido buena estudiante, lo reconozco, y busqué, en la medicina, elementos que me hicieran apasionarme con ella.
Lo conseguí cuando me di cuenta que me encantaba la relación médico-paciente. Esto me hizo desarrollar lo que comúnmente se conoce como “ojo clínico”.
Me empezó a apasionar todo lo relacionado con la comunicación. Muchos pacientes no te cuentan todo lo que deben, algunos por miedo, otros por desconocimiento o pocas habilidades y otros, sencillamente porque no quieren.
Entonces comencé a interesarme por disciplinas que me ayudaran a entender más y mejor a las personas y está claro que, en lo que respecta a las emociones, la comunicación no verbal adquiere una importancia vital.
JA.- Sé que estás impulsando un departamento para cazar a los enfermos crónicos tramposos…
CJ.- Sí, efectivamente. Trabajar en una Mutua de Accidentes de trabajo, te permite vivir situaciones complicadas con los pacientes. Los médicos estamos formados para curar enfermos y un enfermo que se quiere curar te cuenta la verdad de lo que le ocurre.
La medicina no es brujería ni magia. Se compone de elementos tangibles y uno de los más importantes es la veracidad de los síntomas que refiere un paciente.
Cuando a la enfermedad se le unen posibilidades de obtener beneficios adicionales (prestaciones de incapacidad, indemnizaciones por secuelas, etc.), te sorprendería cómo muchos pacientes son capaces de mentir acerca de lo que les ocurre.
Actualmente he puesto en marcha un “observatorio”. Existen investigaciones acerca de las patologías más susceptibles de engaño, las ocupaciones laborales, franjas de edad, etc.
Combinando elementos… para averiguar la verdad
Una combinación de elementos, conjuntamente con otros parámetros que se obtienen en una consulta médica (tratamientos que no responden; pruebas complementarias incoherentes con los que nos dice que siente un paciente; actitud beligerante en consulta; conflictos laborales, etc.), nos ayuda a establecer una primera sospecha que lleva al caso concreto a entrar en el “observatorio”.
A partir de ahí establecemos una estrategia de análisis adicional en el que tiene cabida una entrevista médica con análisis del comportamiento gestual y otras herramientas de biomecánica funcional que nos puede llevar a verificar lo que realmente puede estar ocurriendo.
Desde que hemos puesto este mecanismo en marcha, hemos “pillado” tramposos que pretendían beneficiarse de prestaciones económicas que, en definitiva, nos cuestan a todos.
JA.- Hace unos días se celebró en Marbella el primer congreso de comunicación efectiva. El equipo Vermen desembarco al completo y tengo que decir, sin parcialidad alguna, que sus tres intervenciones me parecieron de las más potentes. Relatabas un caso muy interesante de una enferma tramposa, ¿nos lo puedes resumir?
CJ.- Pues efectivamente. Se trata de una paciente que ya tenía concedida una IPT (Incapacidad permanente total) para su trabajo habitual desde hace unos años. Demanda ahora una IPA (Incapacidad permanente absoluta) refiriendo una complicación psiquiátrica derivada de la lesión que le ocasionó la IPT.
Lo más curioso es que esta complicación psiquiátrica la avalaban 2 informes psiquiátricos y el informe forense previo a la vista en sala. Refería imposibilidad de hacer una vida normal por depender de su hija para todo. No sale de casa si no la acompaña su hija, no tiene vida social, su hija ha tenido que dejar de trabajar y de estudiar. En fin…
Decidimos incluirla en el observatorio y llevamos a cabo un análisis de su comportamiento en una cita para valoración médica.
Según el informe ADECCO de 2016, los costes directos por absentismo en España, se elevaron a 5 Millones de euros y 57 millones los costes indirectos. Lo más preocupante es que el absentismo sube a medida que vamos saliendo de la crisis económica.
Diversos estudios demuestran, además, que el 50 % del dolor crónico, aproximadamente, es simulado o magnificado y que entre un 14 % y un 30 % de las patologías en las que puede llegar a haber una ganancia extra, también lo son.
JA.- Te he oído decir, más de una vez que la sinergología más que buscar al mentiroso, que detectar mentiras, lo que pretende es encontrar la verdad…
CJ.- Efectivamente. Date cuenta que el objetivo fundamental de la sinergología es mejorar la comunicación.
Si buscamos la mentira, siempre vamos a juzgar previamente y a interpretar posteriormente. La comunicación contiene mentira en sí misma. Mentimos de media 1-2 veces al día.
Cuando nos hacemos expertos en la lectura y la interpretación del lenguaje corporal, detectamos incongruencias y congruencias entre lo que nuestro interlocutor nos dice con sus palabras y lo que nos dice con su cuerpo.
JA.- ¿Está la mujer mejor dotada para desarrollar la práctica de la sinergología? ¿El sinergólogo nace o se hace?
CJ.- Siempre se ha dicho que la mujer tiene un “sexto sentido” y eso tal vez nos hace tener una cierta predisposición, jaja. La verdad es que este aspecto está relacionado con cómo nos comunicamos cuando nacemos hasta que aprendemos a hablar y a gesticular.
Nuestras madres aprenden a detectar cada una de las necesidades del bebé y lo hacen desde la pura observación. Incluso heredamos esa capacidad y aunque nunca lleguemos a ser madres, como es mi caso, el sexto sentido también lo poseemos.
Por otra parte, desarrollamos una mayor capacidad de observar sin que nos detecten ya que nuestra visión periférica es más amplia que la de los hombres.
A partir de ahí, todo lo demás es conocer las bases de análisis, estudiar y, sobre todo, entrenar y entrenar. Llega un momento en que el ojo percibe sin proponérselo siquiera.
JA.- No hace mucho comiendo con amigo me decía que con los años había desarrollado una capacidad implícita para detectar, para definir en dolor real o fingido de un paciente. ¿Esto es posible?
CJ.- En lo que respecta a la capacidad implícita para detectar a un paciente que finge, desgraciadamente existen muchos estudios que demuestran lo contrario. En aquellas profesiones en las que se trabaja más de cerca con personas que engañan, el porcentaje de éxitos no solo no es superior al de la media de la población, sino que incluso es algo inferior.
El problema está en que terminas buscando al mentiroso y, como te dije al principio, cuando buscas un mentiroso, cualquier indicio te lleva a concluir y eso incrementa la cantidad de falsos positivos.
En Sinergología trabajamos, por este motivo, el espacio ARE (asertivo, empático y reflexivo). Es la única manera de eliminar prejuicios y evaluar con la mente clara.
Lo que sí es importante es sensibilizarse con los indicios de sospecha. Como te comentaba antes, incongruencias de síntomas y signos, pacientes que no mejoran cuando deberían, etc. A partir de ahí, no debemos escatimar la incorporación de herramientas que incrementen las posibilidades de no fallar. Ahí es donde entra, entre otras, la sinergología.
Cambios acelerados y retos laborales
JA.- Vivimos en un mundo en constante cambio y esto produce un dolor en los equipos de trabajo, ya que este cambio no solo es constante, también es asimétrico.
CJ.- En mi faceta de coach e incluso en mi actividad en la Mutua he podido trabajar con equipos, codo con codo. Es cierto lo que dices en referencia al cambio. A lo largo de los años, las maneras de concebir el trabajo se han ido modificando.
En los años 60 y 70, para los «Baby Boomers», generación nacida tras la posguerra, el espacio de trabajo se limitaba a la oficina; Se fichaba la entrada y la salida y nadie se llevaba trabajo a casa. Las responsabilidades eran individuales y muy específicas.
Las aspiraciones se limitaban a llegar a ser un buen empleado en la compañía y responder a la jerarquía de la empresa. Los trabajadores mantenían disciplinas férreas y el sacrificio les garantizaba, en cierta medida, la recompensa.
Posteriormente, la «Generación X» congregó trabajadores extrovertidos, competitivos y persiguiendo continuamente el crecimiento, siempre a la caza de las mejores propuestas.
Una idea rentable podría colocarles en puestos de liderazgo. La experiencia es menos importante y se persigue el ser independientes profesionalmente y destacar de manera individual.
Se mezcla la vida personal y la laboral y el «adicto al trabajo» se convierte en objeto de admiración. Se persigue alcanzar puestos directivos en el más corto espacio de tiempo y a edades más tempranas.
Actualmente tenemos a los millennials. La economía creativa, las nuevas profesiones, el boom de la actividad emprendedora y la nueva fuerza colectiva están estableciendo un brillante e inédito escenario.
La velocidad con que se conectan al mundo marca el ritmo de sus relaciones laborales.
Todos estos cambios de perfil, unido a que muchas empresas siguen manteniendo estructuras directivas arcaicas, provoca desmotivación y escaso sentimiento de pertenencia por parte de los trabajadores.
Una de las premisas de la mentira es que tiene muchas más probabilidades de mentir aquel que tiene poco o nada que perder en el caso de ser pillado. Esto, desgraciadamente, es parte de lo que está ocurriendo en la actualidad.
¿Cómo solucionarlo? Complicado. Pero, sin embargo, podemos trabajar algunos aspectos que, por lo menos, lo minimizarían:
- Buena selección de personal
- Tareas y objetivos bien definidos
- Valores compartidos con los trabajadores
- Mayor comunicación y capacidad de escucha
- Recompensar cuando se merece, etc.
Muchas gracias Cristina, prometemos volver pronto contigo porque el universo que nos presentas es más que interesante.
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