Publicamos la segunda parte de la interesante entrevista a Cristina Jiménez, especialista en sinergología.
JA.-¿Miente mucho nuestro cliente? ¿Por qué lo hace?
CJ.- Más que mentir, yo diría que pone en marcha las estrategias que considera oportunas para obtener lo que persigue. La cuestión está en detectar lo que realmente necesita y desea y generar un espacio de comunicación y complicidad en el que se sienta seguro y, más que mentirnos, sea capaz de confiar en nosotros y en nuestros productos.
En lo que respecta a nosotros como vendedores, si creemos en lo que hacemos y lo mostramos con pasión, resultaremos realmente convincentes.
JA.-¿Cómo podemos utilizar estas ciencias en un departamento de selección de personal?
CJ.- Pues precisamente la selección de personal es fundamental para conseguir trabajadores comprometidos y realmente productivos.
Tanto la Sinergología como la Morfopsicología aportan valor a los departamentos de personal.
La Morfopsicología nos ayuda a elegir un perfil adecuado a una actividad concreta. También nos permite avanzar ciertas necesidades de los candidatos, dónde se encuentran sus potencialidades y cómo pueden desarrollar mejor sus capacidades.
Un perfil morfopsicológico dinámico, instintivo y reservado no será lo mismo que otro más reflexivo, racional y extrovertido.
Por su parte, la Sinergología nos aporta herramientas para determinar la mejor manera de organizar una entrevista, por ejemplo. Nos permite, desde la estructura y disposición de la sala donde se desarrolle, hasta la elaboración de los contenidos de la entrevista que nos permita analizar los comportamientos.
Si a todo esto le añadimos una buena definición del puesto de trabajo y de las cualidades que debe tener el candidato, ahí estará la clave del éxito.
JA.- ¿Son útiles la sinergología y la morfopsicología para saber a quién asignar un puesto de trabajo u otro?
CJ.- Tal y como he comentado con anterioridad, la selección de personal es clave para el buen funcionamiento de un equipo de trabajo y para el resultado de la empresa y estas disciplinas son muy interesantes por lo que pueden aportar.
JA.- Siempre pregunto qué extensión de Chrome puedo ver en la barra de tu navegador o qué aplicación te gusta y recomendarías que usara…
CJ.- Lo que habitualmente trabajo en mi día a día, son programas que me permitan la edición de vídeos para poder entrenar y practicar en estas disciplinas. Personalmente me encanta Camtasia como editor de vídeos y el audacity para grabación y edición de audios.
Como te podrás imaginar, diariamente entreno en la detección de microexpresiones faciales. Este entrenamiento lo realizo, al igual que mis compañeros del Instituto Vermen, mediante la aplicación formativa Humintel de David Matsumoto, cuyo único partner en España es mi compañero Pedro Cárdenas.
Sinceramente, para aquel que quiera aprender las expresiones básicas y entrenar las microexpresiones, es una herramienta clave.
Si alguien estuviera interesado, solo tiene que comentarlo con nosotros y se le da la información oportuna. También pueden acceder a través de la página expego.es
JA.- Para finalizar recomiéndanos una buena práctica para empezar el día y… otra pregunta, ¿qué libro te ha gustado más y recomendarías a un empresario para su crecimiento profesional o personal?
CJ .- Jajaja. La práctica para iniciar el día, que me da gran resultado es madrugar y hacer ejercicio. Me levanto diariamente a las 5 de la mañana. Realizo media hora de ejercicio físico que me ayuda a elevar, desde primera hora de la mañana, mis niveles de endorfinas. A esto le sigue un buen desayuno equilibrado y ya no hay quien me pare, jajaja.
En cuanto a lectura, me encantaría recomendar un libro que leí hace un año aproximadamente. Es de estos libros que subrayas y que te gusta abrir de vez en cuando y releer lo subrayado.
Curiosamente se titula: “Olvida tu lenguaje corporal” de Javier Cabreiros. Me gustó precisamente porque trata del no comportamentalismo que tanto apreciamos en la sinergología.
Maneja aspectos fundamentales en la comunicación como la pasión, la autenticidad, el liderazgo, las emociones o el sentido. Todos ellos se exponen partiendo de una idea esencial: para ser mejor comunicador hay que trabajar para ser mejor persona.
En definitiva, y como decía el principito, uno de mis personajes favoritos: “lo esencial es invisible a los ojos”. Lo más importante de la comunicación no es lo que haces ni lo que ven de ti, sino lo que provocas en los demás.
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