«El vicio del poder» presenta en su título en inglés «Vice», el doble juego de palabras: vicio, corrupción y… Vicepresidente. Trata la historia de un matrimonio… poderoso. La astucia y la ambición son los peldaños para alcanzar un poder inimaginable. Hablamos de Dick y Lynne Cheney.
La película próximamente llegará a las plataformas de televisión, su estreno en salas de cine fue hace unos meses.
Si no pudiste ver esta película en su día, te recomendamos le hagas un hueco.
«El vicio del poder» albergó la esperanza de llevarse varios Oscars importantes, sin embargo, al final ganó una única estatuilla en la categoría de Maquillaje y peinado. Un chasco en toda regla.
Se quedaron con las ganas frente a «Green Book«, la ganadora de este año.
Lynne Cheney – Amy Adams
Al tratarse de dos personas vivas, protagonistas de la memoria reciente de la política en Estados Unidos, el interés aumenta.
Nos centramos primero en ella, Lynne Cheney, interpretada por Amy Adams, quien, como resultado de su excelente trabajo, fue nominada como mejor Actriz al Oscar 2019.
Aunque una película se base en hechos reales, siempre conviene dejar un margen al beneficio de la duda, máxime cuando los entresijos son políticos. Ya se sabe, hay directores y productores (Brad Pitt, en este caso) que priman sin ambages su visión política.
Lo cierto es que tras ver la película, el espectador curioso acudirá a la hemeroteca, más que nada porque no termina de creerse el grado de poder que una persona pudo alcanzar en 20 años. Algo así como frotarse los ojos y pensar: «Si esto es cierto, el Duque de Lerma, el más corrupto nacido en la península ibérica, se queda corto».
La lectura final que el espectador saca sobre este matrimonio es demoledora. Nunca sabremos la realidad de la intimidad de este matrimonio, aunque se puedan intuir…
Una mujer de pueblo alcanza la cúspide
Lynne Cheney es el prototipo de la mujer de la América profunda de los años 60, ama de casa, devota esposa, madre entregada… pero insatisfecha. Da muestras de una enorme ambición, ella tiene claro que para progresar ha de salir del pueblo y deposita toda su fe en su marido para lograrlo.
Una mujer sin apenas estudios y consciente de esa carencia. Pero ese factor no le amedrenta. Su marido sí estudió en la Universidad y eso… no puede caer en saco roto.
Lynne es la ambición, Dick, la inteligencia.
Ella proyecta su vida en él, de hecho, en un momento dado (si es real se merece el aplauso), Lynne es quien saca a su marido del fango y la desidia. Borracho, con un trabajo sin aspiraciones de futuro, y le pone contra las cuerdas. «O cambias o te dejo», le viene a decir. «Si me amas ¡Demuestramelo!»
El dilema Cheney
Pasados los años, los Cheney se hallan en Washington en «The Top of the World» como la canción de Carpenters, tocando el cielo del poder. Ambos de convicciones republicanas, es decir, familia convencional, conservadora, de principios cristianos, provida, etc.
Y de repente ocurre lo inesperado, en plena década de los 80, la menor de sus dos hijas, Mary Claire, les anuncia que es lesbiana.
La película refleja muy bien el dilema en esta familia. Por un lado, como padres aceptan a su hija, y por otro, de cara al partido y a los votantes, no pueden cambiar su postura hacia los lobbies gay (en pleno apogeo tras la era Clinton) y por la presión de su propia hija.
El hecho es que en un momento dado, Dick Cheney, sí se muestra públicamente a favor del «matrimonio» entre personas del mismo sexo… porque en su familia había una persona homosexual.
En su discurso usó la palabra libertad como el talismán para justificar la ley.
El matrimonio (ocupando la vicepresidencia) se puso abiertamente en contra del Presidente Bush (padre) quien pretendía enmendar la Ley aprobada en su día por Clinton.
La historia del matrimonio Cheney nos sugiere la pregunta: ¿Es incompatible mantener unos principios frente a una realidad que los reta? El dilema no es fácil de resolver salvo que verdaderamente se tengan principios fuertes e inamovibles.
Quien parece que sí solucionó abiertamente la disyuntiva fue la hermana de Mary Claire, Liz Cheney, cuando presentó su candidatura al Congreso por Wyoming, rechazó la legalidad del «matrimonio» entre personas del mismo sexo.
Este hecho distanció mucho a las hermanas. No sabemos si se han reconciliado, pero el asunto fue sonado en las revistas del corazón americanas.
¿Cómo habrá sentado la película a la pareja Cheney? Lo ignoramos. Lo único que consta es que «se dice, se oye, se comenta…» que una mano invisible sí ha tenido algo que ver con el escaso éxito de la película «Vice» en los Oscars 2019.
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