Es tradición en nuestro lenguaje coloquial hablar de «las pagas» a los hijos o la importancia del dinero en la educación de las personas.
Quizás porque en casa nunca se llamó así, el término me produce cierta urticaria. Digamos que un hijo no es un empleado y en consecuencia, la pasta que maneje se entiende como una ayudita o donación.
Por irme definiendo diré que me parece sano, educativo y adecuado asignar una cantidad mensual a los hijos para que asuman sus gastos y les sirva de aprendizaje para administrar el dinero que, llegado el día de su independencia, gobernaran con inteligencia y mesura.
Dicho lo anterior, el debate está en si los padres pueden o no ejercer su autoridad para determinar qué dinero dar al hijo. La lógica nos dice que sí, ya que los progenitores son los educadores autorizados y cualificados para decidir sobre los menores.
Pero… ¿Qué pasa cuando traspasamos la frontera de los dieciocho?
Sería interesante entablar un coloquio con los Reyes de Bélgica y lo digo, porque sus Majestades han «conminado» a su primogénita y heredera al trono, a «renunciar» a la sustanciosa cantidad de un millón de euros anuales que le corresponden al alcanzar la mayoría de edad.
La princesa Elisabeth renuncia a su paga estatal
Imagino la charleta durante la cena soberana:
Reyes: Por cierto querida, hemos decidido que renuncies a los 2.500 euros diarios que te corresponden por ley.
Princesa: ¿ Qué? ¡Ah! ¿Cómo?
Reyes: Sí, querida, sigue cenando mientras unificamos criterios…
Y así, los Monarcas belgas, de un plumazo y entre sorbo y sorbo han desposeído a su propia hija de la estúpida cantidad millonaria que de seguro, podría entontecerla hasta la locura o llevarla por quién sabe qué oscuras callejas expuesta a quién sabe qué peligros o tentaciones.
Este es un ejemplo real de la importancia del dinero en la educación de las personas.
Los padres están obligados a ejercer su autoridad.
La autoridad, cuando su significado apunta directamente al prestigio, al ascendiente, es una cualidad tan bella como difícil, extinta y necesaria.
En el caso de los hijos y reflexionando sobre el dinero, su uso y la cuantía, una idea común a los mortales es cuánto nos atrae el dinero, cómo nos gusta y de qué manera nos afanamos por conseguirlo. Por tanto, concedamos la certeza de que nuestros hijos quieren dinero.
Distintas formas hay de conseguirlo, unas lícitas y otras no tanto – véase el arte por lo ajeno que observamos en nuestro mundo actual, en nuestro país en concreto y en la afluencia de visitantes a los Tribunales-
Entonces y dado que un hijo menor carece de recursos lícitos para obtener guita, estipular una suma para que afronten sus gastos, es una opción, desde mi punto de vista, educativa.
Volviendo a las Casas Reales
Volviendo a las Casas Reales y sin ánimo de hacer mala sangre a quienes no entienden la utilidad de la monarquía, la nuestra, la española, y concretamente el Rey D. Felipe VI es el rey que menos cobra de Europa y curiosamente, los padres ejemplares citados más arriba, y concretamente el monarca belga, es el que más percibe.
En relación a la noticia de la «renuncia al sueldo de la princesa» hay que decir que el gesto honra a D. Felipe de Bélgica y su esposa Matilde y sin duda, lanzan un mensaje de austeridad y recato para la futura monarca, princesita «desposeida» de su paga millonaria, que a buen seguro, se avendrá a los estipendios que ya recibe y de los que dispone en su condición de hija y princesa.
La importancia del dinero en la educación de las personas
En cualquier caso, principes o mendigos, es común a las personas la importancia de ser educados en la honestidad y la sobriedad, virtudes ambas que liberan social y personalmente de muchos tormentos.
Los hijos aprenden de sus padres la importancia del buen uso del dinero, del hábito saludable de ahorrar una porción para necesidades e imprevistos.
Por ir concluyendo destacaré dos cuestiones básicas:
1.- El dinero se gana con esfuerzo, con trabajo, día a día, en un mano a mano con la perseverancia y la listeza de emplearlo o ahorrarlo con inteligencia.
2. El dinero se comparte con generosidad. Colaborar con un donativo para una obra social como las que lleva a cabo Cáritas o cualquier ONG de probado prestigio, será una opción en su vida adulta si han sido sensibilizados previamente.
A fin de cuentas, mientras los hijos permanezcan en el nido y bajo la tutela paterna, es responsabilidad de los padres atender sus necesidades, y entre ellas, cómo no, incluyo el dinero de bolsillo para ir al cine o comprar un regalillo. ¿ O no ?
Finalmente te pregunto:
¿Te planteas la importancia del dinero en la educación de las personas que están a tu cargo?
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