La primera vez que entrevisté a Miguel Aranguren, sin conocerle en ese momento más allá de los artículos que publicaba y sus libros, descubrí a un hombre de compromisos, con los jóvenes, con la transmisión de la cultura, con el arte, con la inquietud por descubrir la belleza, con la educación, además de un compromiso hacia los más pobres… y con Dios.
Entre muchas cosas, me contó que estaba trabajando en una novela histórica, pero no desveló a su protagonista, y no volví a pensar en ello.
Hablamos a menudo porque es colaborador de nuestra revista, y un buen día me dijo que ya la había terminado. Me envió solo unas páginas que despertaron gran interés y curiosidad por ver, especialmente, cómo iba a ser capaz de transmitir o contar una historia que ocurrió hace 2.000 años, que cambió la historia de la humanidad, y sigue cambiando a las personas, con la misma expectación con que empezaba aquella narración.
Busqué fecha para la entrevista porque de esto han pasado ya algunos años…
Han sido años de constancia y trabajo en los cuales se mezcla estudio, documentación y muchas cosas más, acompañados del reto que conlleva escribir sobre una historia muy conocida, de la que se ha escrito mucho, sin partir de tópicos y yendo más allá del relato evangélico, con el añadido de recrear las escenas desconocidas, que no aparecen en ningún pasaje evangélico, pero que son la esencia de la vida, e imaginar a unos protagonistas que en su día, fueron de carne y hueso.
Woman Essentia.- ¿Cuánto tiempo te ha llevado el libro y por qué Jesucristo?
Miguel Aranguren.- El tiempo total de trabajo de la novela han sido siete años. Inicialmente no estaba previsto ese tiempo, pero me he encontrado con un personaje que es casi inabarcable y una novela con un compromiso especial por lo que significan los personajes y la intención que yo tenía.
La idea surge durante una comida con un sacerdote que trabaja con chicos en un centro de formación profesional. En aquella comida hablamos sobre la juventud, que estamos en una sociedad pagana donde muchos jóvenes sufren por familias rotas, en relaciones complicadas por falta de norte y que no saben casi nada de Jesús. Él decía que hacía falta una novela en la que se pueda presentar a Jesús como lo que es: «la única Persona de toda la historia que vive y va a vivir para siempre». Cómo hacerles llegar la realidad de Jesús que vive y que se haga cercano, de forma que el lector, tenga fe o no, formación cristiana o no, viva de tópicos o no, se pueda encontrar con un Jesús, en las páginas del libro, que como hombre habla directamente al corazón con la fuerza de Dios. Un reto enorme.
Esto era mucho tiempo y esfuerzo, yo acababa de terminar una novela, y además éste era un libro del que no iba a ser fácil encontrar editor.
WE.- Es un reto también escribir de etapas de la vida de Jesús que no figuran en los Evangelios, el día a día de Jesús.
MA.- Yo tenía varios puntos de partida innegociables. El primero era que quería que los personajes fueran de carne y hueso, nada de personajes azucarados o débiles, pero tampoco quería unos personajes relacionados con un Cristo del lenguaje evangélico entendido, ya que el Evangelio es un resumen inspirado sobre unas escenas muy concretas donde todo está muy reducido.
Por ejemplo, caben varias posibilidades de cómo se pudo desarrollar en el sermón de la montaña, de que las bienaventuranzas no las dijera de un tirón, sino que fueran parte de un discurso más largo, o que fuera una enseñanza repetida durante muchos días, o que dijera una, la explicara y unos días después dijera otra. El Evangelio parece que tiene cierta rigidez que no podían tener mis personajes, y sobre todo, me interesaba contar lo que no sabemos, la vida entre escena y escena. Se trata de introducirse en la vida de Cristo y meterlo en tu vida, y ser capaz de vivir también su vida en aquellos momentos que no sabes que sucedió, pero que se elaboran a partir de lo que conoces.
WE.- Esto ha debido ser muy difícil porque tienes el riesgo de dejarte llevar por la imaginación y es una responsabilidad en cierta manera.
MA.- Sí, pero también he llegado a una conclusión, y me hubiera gustado indicar en la novela que ese es mi Jesús, mi San José, mi Virgen María.
El que lee la novela descubre cosas sorprendentes, el otro día me preguntaban si físicamente San José o Jesús eran como yo contaba.
Tiene ese reto, pero es mi Jesús, es un Jesús asequible, contrastado (porque lo he dado a leer a personas que podían ser críticas con ello), pero esto me hace pensar que hay un Jesús para cada persona, incluso desde fuera de la fe como personaje histórico, porque lo tienes que construir a la fuerza, en la medida en que, aunque hay muchos datos a pesar de ser un personaje tan lejano en la historia, estos siguen siendo muy pocos.
Este Cristo que yo he elaborado también tiene rasgos de muchos santos, porque entiendo que son personas que han dejado que Cristo traspase su vida. Por ejemplo la madre Teresa de Calcuta, estoy seguro de que tendría muchos rasgos de la Virgen María en ella.
Los santos tendrían que tener muchos rasgos de José y María, que vivieron en esa sociedad tan estratificada, donde la fe se había distorsionado tanto, donde la vida era tan difícil, incluso físicamente. Por ejemplo, Jesús fue artesano como su padre, donde no había máquinas, todo se hacía a mano y a través de instrumentos muy precarios, con lo que tendría que tener carácter, pero a la vez dulzura y una serie de elementos personales donde, sin quererlo ellos, llamaban constantemente la atención.
WE.- A mí siempre me ha llamado la atención la Anunciación, el sí ciego de María. Creo que la Virgen fue una mujer muy valiente, porque además, en esa época, cuando el Ángel le anuncia que está embarazada, ella lo asume, se pone el mundo por montera y se va a ayudar a su prima Isabel que iba a dar a luz… y no se queda parada pensando en lo que iban a decir de ella.
MA.- En la novela se resuelve, y quien juega un papel determinante es José. Los santos nos rodean. Muchas veces los medios de comunicación o la negatividad de las noticias, nos hacen pensar que vivimos en un mundo de locos donde todo está fatal, y no es cierto porque hay mucha gente cerca de Dios, y esa gente son los santos de la puerta de al lado, como dice el Papa Francisco. Todo esto me hace pensar que José fue un santo de la puerta de al lado. Con dificultades, dudas, miedos, equivocaciones etc. y por ello es uno de los personajes con los que el lector se va a sentir muy identificado.
A San José no le nacían nardos en la vara, ni los ángeles hacían su trabajo. En la novela, José sufre mucho, hay mucha difamación, y él padece lo que casi todos los mortales sufrimos a lo largo de nuestra vida, por ello tiene también un lugar muy importante en la novela. Pero tiene la fortuna de morir al lado de dos personas que cualquiera de nosotros querría tener a su lado al morir.
WE.- Se habla mucho del liderazgo… yo creo que Jesucristo es el único líder verdadero que ha habido. Si tomamos el liderazgo resumido en la frase “liderar es servir”, es muy bonita, pero pocos la ponen en práctica. Desde luego sus enseñanzas siguen vivas y actuales, no importa el momento de la historia que sea y sigue siendo un modelo a seguir.
MA.- Es un dato muy significativo que en principio, al final de la vida de Cristo, que es cuando uno hace un juicio global, Él fue aparentemente un fracaso. Condenaron al líder, le abandonaron, le torturaron, y le mataron de la forma más indigna para un hebreo…pero luego resucitó, y aquí estamos nosotros. Tenemos un caudal de gracia que se nos va de las manos. En efecto, Jesús, yendo a contracorriente de las circunstancias históricas temporales, del lugar de nacimiento, fue capaz de dar la vuelta a la tortilla… cierto es que era Dios.
Tiene condicionantes tan curiosos como por ejemplo que su Madre solo tuviera un Hijo, cosa que en esa sociedad era signo de que había pecado en tu vida o en la de tus antepasados, después, no sabían que había nacido en Belén y por tanto era “el Galileo” o “el Nazareno”. Galilea era lo peor de lo peor porque era tierra de gentiles. Los judíos eran puros, pero convivían con gente de Siria, a los que llamaban los griegos, y aquella gente también creía que habían hecho disipar las costumbres de la Torá, por lo que existía el convencimiento de que aquel Hombre no podía liberar nada, y menos en el ámbito de Jerusalén. Pero lo hizo.
“Seguramente lo más atractivo de Jesús para un no creyente es que fue un hombre de una pieza, no había doblez”
WE.- La coherencia total. Mirando a todo el público, para los no creyentes, tu libro puede servir también para recuperar nuestra historia. No cabe duda de que es el punto de partida de una civilización nueva, la que llamamos Occidental. El Jesús histórico transforma la sociedad de tal manera que empiezan a contabilizarse los años, y somos el resultado de una civilización que empieza a existir a partir de sus enseñanzas. Como ya no se da religión en los colegios, los niños no saben quién fue verdaderamente Jesús, el tema está lleno de tabús, pero es el principio de donde estamos ahora.
MA.- Sería un experimento curioso llevar a estos niños a una Iglesia muy decorada y preguntarles el porqué de esta grandeza.
Los referentes histórico culturales e incluso económicos, como es nuestro modelo de Economía, que busca la Justicia, el reparto equitativo, el Derecho… Es impresionante porque Los Evangelios son muy parcos a pesar de que es mucha la información que se da en relación a la época en que son escritos. Y de esa parquedad ha salido toda una civilización, que aunque llamamos Occidental, es universal. Viajas a África, América, etc. y te das cuenta de que el cristianismo ha pacificado, ha construido las familias, ha roto la poligamia… queda mucho por hacer pero realmente su expansión ha humanizado mucho.
WE.- Veo que los no occidentales están más abiertos a esa trascendencia…
MA.- Claro, ellos creen en todo más, en el alma, en el más allá, tiene más cerca la naturaleza.
WE.- Y si quitamos todo, ¿con qué nos quedamos?
MA.- Cuando quitas lo espiritual, que en nuestro caso es el cristianismo, al final materializas todo y al final consigues que el hombre sea un ser “perdido”, sin referentes, relativista, no hay verdades absolutas, y la vida se convierte en un caos.
WE.- El diablo…
MA.- En el libro aparece mucho el demonio, porque el demonio rabiaba cuando venía Cristo porque sabía que era su perdición…
WE.- El espíritu crítico. El libro puede hacer pensar al que no cree o no conoce y podría hacerles cuestionarse ¿por qué me esconden esta realidad? Actualmente la sociedad asume con total condescendencia lo que hacen y plantean otras religiones, pero al cristianismo se le ponen trabas, nos critican y hay un principio de la duda sobre cualquier planteamiento que hagamos. ¿Qué pasa en la sociedad con los cristianos?
MA.- Es una pregunta muy complicada. La condición del hombre es la rebeldía, no estamos ni en el peor momento de la historia, ni en el peor momento de la Iglesia. Estamos en un momento complejo como son… casi todos.
Lo que hace falta es más gente comprometida y que quiera vivir la santidad. Curiosamente en Occidente, y puedes analizar Hollywood, los movimientos literarios, la moda o en relación a cualquier expresión cultural, la Iglesia despierta furia, y a Cristo se le acepta nada más que como a un hombre bueno.
Cuando lees los Evangelios te das cuenta de que es un Hombre exigente y con un mensaje muy claro, donde no hay medias tintas, o le sigues, o no le sigues. La radicalidad del cristianismo escandaliza desde siempre, por eso los mataban y actualmente los matan en nuestro siglo.
También ha hecho mucho daño, siendo objetivo, en las sociedades donde el catolicismo se hizo oficial, donde se confundía lo espiritual y lo temporal, y esto ha generado un espíritu de revancha.
Es una forma de vida tan auténtica y compleja, que incita al bien, que se construye a partir del rechazo o el “no” a una serie de manifestaciones que a la sociedad, en general, le parecen maravillosas. No dice que sean malas cuestiones como el sexo, el dinero o el poder, sino que sea ordenado a una serie de fines…y eso el mundo no lo soporta.
WE.- Así es, cuando le provocaban con la rebelión a los impuestos, su contestación fue “dar al César lo que es del César”.
MA.-Al final el cristiano que vive con su fe es libre, da igual su condición social, educación, física etc.
Lo que provoca asombro es la felicidad que irradian, la libertad con la que viven, el bien que son capaces e hacer, y la discreción. La beatería es muy negativa y es muy fácil hacer del cristianismo una caricatura.
El católico es una persona muy optimista, alegre y muy libre, cada uno con sus circunstancias. Pero hay que tener muy claro el patrón, y hacia donde nos lleva.
WE.- El tema de la revolución tecnológica, el problema de un exceso de tecnología sin humanidad. ¿Cómo ves el futuro?
MA.- Basta ver que los niños vienen casi limpios del colegio. No tocan la plastilina, ni traen el baby manchado de pintura, no van a tocar la arcilla nunca, ni la pintura, ni saben a que huele el aguarrás. No van a vivir una serie de experiencias plásticas fundamentales, no porque sirvan para detectar quien tiene habilidades, sino porque el ser humano necesita experimentar, y necesita experimentar la naturaleza.
Tiene que aprender a mirar la hierba, a ver pasar un caracol o a coger una hormiga, pero sin embargo están enfocados desde que nacen a aprender un idioma que no es el suyo, y a ser útiles desde muy pequeños. El niño está constantemente haciendo cosas, y cosas que suman a algo, con lo que no tienen tiempo para aburrirse. Pero en el propio aburrimiento está el descubrimiento de actitudes que no sabías que tenías, como me pasó a mi con la escultura. Empecé con una navajita un día, todo eran virutas y con el tiempo se convirtió en una escultura.
Otra parte terrible es que se lee muy poco en los colegios, la exigencia lectora ha bajado en general. Si a un niño se le veta la escritura creativa se convierte en un niño que no es capaz de hacer volar su imaginación y por tanto de dar libertad a su pensamiento. Por tanto, los años escolares, que son tan importantes, se acaban convirtiendo en una fagocitación de conceptos, que además en España y gracias a nuestro sistema, son conceptos aprendidos a base de codos, en una competencia brutal que imponen los padres, que además estamos omnipresentes en la vida de los niños. Así se llega a una edad entre los 14 y 18 años, que es cuando se está en la edad de soñar, y los sueños no aparecen, sino la disposición para conseguir aquello que me va a dar la posibilidad de vivir como mis padres o mejor.
Por ello las humanidades son fundamentales, y habría que hacer un pacto educativo donde verdaderamente las humanidades estén presentes, desde el inicio de la formación de un niño hasta el bachillerato a través de pintura, música, filosofía o historia.
WE.- Los gurús de Silicon Valley tienen prohibido que sus hijos usen tabletas y ordenadores, mientras que en nuestros colegios se están introduciendo con la pretensión de ser una herramienta eficaz.
MA.- Además no está ni siquiera contrastado que el aprendizaje sea mejor. Creo que incluso es un aprendizaje muy superficial porque son impactos, que duran muy poquito tiempo, porque si no el niño se distrae, ya que está acostumbrado desde que es bebé.
Hay novelas como Momo, o la obra de Huxley y Orwell, que se están haciendo realidad.
Cristo también es en esto muy liberador, muchas veces pienso como viviría él en esta sociedad, donde estamos hipercontrolados, llenos de cámaras. No puedes hacer nada sin aceptar una ley de protección de datos, estamos geolocalizados y esto atenta contra nuestra libertad de una manera increíble. ¿Qué haría?, ¿daría likes a todo?, ¿aceptaría a todo el mundo en su FB?.
WE.- La familia es la base de la sociedad y la familia de Nazaret es una gran ejemplo incluso en el momento actual porque afrontaron situaciones muy duras, crisis, emigración. En el Congreso Trabajando en primera persona, que celebramos en Málaga en Febrero, una de las conclusiones fue la importancia y el valor de la familia como educadora de una personalidad estable. ¿Cómo ves a la familia actual?
MA.- Para aquellos que han vivido la experiencia de una familia como ruptura, les diría que su experiencia no es la verdad, es una experiencia en unas circunstancias concretas, con una serie de leyes y costumbres que han maleado una institución que es fundamental para crecer en libertad, con amor, incluso con creatividad.
Por otro lado insistiría en que aquella persona que tenga la más mínima responsabilidad social, tiene que aplicarla de alguna manera en el cuidado y la defensa de los valores familiares, en todo, sea empresa, administración, cultura, ocio etc.
Muchas familias numerosas se encuentran con muchos problemas porque el ocio no está pensado para ellos, sino que está pensado para un matrimonio con uno o dos hijos, y habría que hacer una revisión de este planteamiento.
Por otro lado, y ya como responsabilidad mía que asumo como escritor, creo que también sufrimos una visión muy pesimista de las cosas buenas. En televisión, en las series, teatro, novelas, es bastante habitual que la familia sea un lugar hostil, donde hay enfrentamiento, cierta violencia, engaño, etc. No es que no se dé, pero en la medida en que eso lo elevas o le das el valor de que esto es la familia, le haces y mal favor a la sociedad.
El hombre tiene la necesidad de amar y ser amado, y en segundo lugar, de perpetuarse, aunque no como los animales, sino de forma racionalizada, como quiero a esta mujer, y la quiero tanto, fruto de ese amor nacen los hijos, y queremos que los hijos reciban lo mejor de nosotros, para que sean lo que nosotros fuimos. Pero ¿qué está sucediendo para que las generaciones que tiene ahora entre 20 y 30 años que tenga tan claro que no van a formar una familia? …y por tanto van a morir solos. Porque esta lectura no se cuenta.
WE.- Las estadísticas dicen que las mujeres que ahora tiene entre 45 y 50 años y no tienen hijos, habría deseado tenerlos en su mayoría.
MA.- Pero el final es muy drástico, porque si no has creado a tu alrededor una comunidad de amor, te quedas solo, y esto es un problema mayor en una sociedad donde el utilitarismo hace que no haya tiempo para cuidarnos unos a otros.
WE.- No es solo que te cuiden, es el simple hecho de ir a visitarte…
MA.- Si le damos la vuelta, las familias tenemos en nuestro día a día los mejores argumentos para contagiar esa alegría.
WE- Pintor de murales en países lejanos…¿Qué te dicen cuando estás pintando?
MA.- Para mí esto es un regalo, es una oportunidad de dar de forma totalmente gratuita uno de los dones que Dios me ha dado, puedo hablar con los pinceles y los colores. Mi vida ha estado muy ligada a Kenia desde la juventud, y hace unos años me surgió una oportunidad, fue un ofrecimiento primero y empecé en una casa de los niños de la calle, y después vinieron las iglesias.
Los habitantes locales se ríen cuando te ven pintar. Allí no está desarrollada la habilidad pictórica y hay pocos artistas, la gente no sabe dibujar, nunca lo han hecho porque no es lo normal y cuando ven que de un muro que conocen blanco empiezan a salir personajes, que pretendes que tengan cierta tridimensionalidad y que además conocen, como son Jesús, María y San José les sorprende. En África, a pesar de esa cercanía con la muerte, de ese sufrimiento, la pobreza, la miseria y el dolor, cuando pintamos se llena generalmente de niños. Te ven como especie de mago que saca los personajes de la nada. También es bonito pensar que pintas, te vas, y ya no vas a volver a tener contacto con tu obra porque se queda en manos de los fieles. Nunca te vas a enterar de lo que allí suceda entre la persona, el fiel, y la ayuda que presta la pintura.
WE-. Pintar así abre los ojos ya que no lo habrían conocido nunca.
MA.- Dependiendo de los lugares, en zonas urbanas y los niños de familias marginales son niños que nunca han conocido la estética, su vida es un horror, sus casas son horribles, duermen todos juntos, no hay alcantarillado, no tiene comida, la ropa está descolorida…y descubren unas líneas, que dependiendo de la forma que las manejes, creas unas formas, a las que puedes dar color para interpretar la realidad. Eso debe ser un impacto muy grande para ellos.
Aunque si tienen contacto con la belleza a través de la música y el baile.
El acercamiento a la belleza nos pasa a todos y nos redime de alguna manera.
WE.- Las nuevas tecnologías, el progreso parece que mata la necesidad de la búsqueda de la verdad, no todo lo que parece progreso es bueno, incluso puede llevar a la destrucción de la belleza.
MA.- Si pones en contraste la belleza con la ordinariez, o la frialdad, te das cuenta de que esto es muy destructivo. Creo que la mujer, que es por si misma recia, con gran fuerza interior y delicada en su tono, en la forma de hablar, etc. en las nuevas generaciones sin embargo se está perdiendo todo esto. Hablar de forma soez machaca la belleza. Al final el hombre busca la armonía, y esa ambigüedad y desfeminización genera un mundo oscuro.
¡Te deseamos todo el éxito del mundo con este libro, fruto de tanto esfuerzo, Miguel!… y muchas gracias por tus reflexiones.
Cierto es que el progreso no conlleva de forma intrínseca que todos los cambios que se produzcan sean lo deseado para un verdadero avance social. Hay cosas que no deben cambiar porque son la esencia, el amor, la entrega y el servicio, son algunas de estas cosas. Si destruimos la belleza y la capacidad del hombre de asombrarse ante ella, destruiremos lo más valioso de nuestra humanidad porque merece la pena luchar por ello. Redescubrirla es también muy importante, y gracias a autores como Miguel, esto es posible. Historias que siempre serán actuales y que merece la pena recordar, aunque sea para «el simple hecho de encontrar sentido a nuestras vidas».
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