No hay quien se asome a la figura de María Montessori (1870-1952) sin pensar que se encuentra ante una mujer extraordinaria, una verdadera crack, como decimos hoy, una de esas mujeres no convencionales que revolucionó los paradigmas de la educación del niño y del adolescente que regían en el siglo XIX.
Esta mujer tan polifacética desde el punto de vista profesional tuvo una vida de aventura, de intensas luces y sombras. Era apasionada, resuelta, activa, se interesaba profundamente por cuanto le rodeaba y tenía un fino sentido del humor. Sus escritos reflejan esa ironía y tienen un lenguaje recargado y en ocasiones complejo, por la profundidad de sus planteamientos. La Metodología Montessori no solo es un método, es una filosofía de la educación.
La Metodología Montessori es tanto un método como una filosofía de la educación
«Sé que voy a ser médico»
María Montessori fue una mujer cosmopolita, hija única del matrimonio formado por Alessandro Montessori, un militar de ascendencia noble y después funcionario público, y Renide Stoppani, mujer culta dedicada a la liberación y unidad de Italia.
Proporcionaron a su hija una cuidada educación. En secundaria, María elige Ingeniería, pero tras graduarse, decide ser médico.
No ceja en este propósito a pesar de la oposición inicial de su padre y la negativa del director de la Facultad de Medicina a acceder a esos estudios por su condición de mujer. «Sé que voy a ser médico», le dijo María Montessori tras la entrevista.
Realizó entonces los estudios de Física y Matemáticas (1890) y después Ciencias Naturales en la Universidad de Roma (1892). Con el aval de esta Diplomatura y la intercesión del papa León XIII que había solicitado, finalmente logró ingresar en la Facultad de Medicina.
Era la única mujer y tuvo que superar prejuicios y dificultades como, por ejemplo, realizar ella sola las disecciones, pues no se permitía hacerlas en clases mixtas. Se costeó la mayor parte de estos estudios mediante becas.
En julio de 1896 se convirtió en la primera mujer médico de la Universidad de Roma y una de las primeras mujeres médicos de Italia, graduándose con un promedio de 100 puntos sobre 105. Comenzó a trabajar inmediatamente en el Hospital San Giovanni adscrito a la Universidad.
María Montessori fue la primera mujer médico de la Universidad de Roma y una de las primeras mujeres médicos de Italia
El feminismo de María Montessori
María Montessori estaba afiliada al Movimiento Feminista Italiano. En 1896 se le pidió representar a Italia en el primer International Council of Women sobre los derechos de la mujer. En su discurso desarrolló una tesis para la reforma social defendiendo el derecho de las mujeres al mismo salario que los hombres. Participaría después en 1899 en otro congreso para la mujer en Londres.
En 1897 se ofreció como voluntaria de un programa de investigación en la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Roma, donde comenzó a trabajar con el psiquiatra y también profesor Giuseppe Montesano.
En 1898 participó en el Congreso de Pedagogía de Turín, donde reveló sus investigaciones en psiquiatría aplicada a los niños con transtornos mentales con dificultades de aprendizaje, en el que aportó datos sobre la relación entre el abandono infantil y el posterior desarrollo de la delincuencia.
La vocación pedagógica de María Montessori
La participación de Montessori en la Liga Nacional para la Educación de los Niños Retrasados preparó su nombramiento como codirectora junto con Giuseppe Montesano, de una nueva institución en Roma llamada Scuola Magistrale Ortofrenica, que dirigió de 1899 a 1900.
La escuela acogió a niños con un amplio espectro de trastornos y marcó el punto de inflexión para su dedicación profesional a la educación. Como dejó escrito: “Sentí que la deficiencia mental era más un problema pedagógico que médico», lo que le llevó a desarrollar una teoría de la educativa propia.
Pudo experimentar estas ideas en la escuela y perfeccionar los materiales elaborados por los médicos J. Itard y E. Seguin. Consiguió que varios de sus alumnos de ocho años hicieran los exámenes estatales de alfabetización y obtuvieron notas por encima de la media.
Mario, el hijo secreto de María Montessori
María Montessori se enamoró de Giuseppe. Cuando descubrió que estaba embarazada, decidió no abortar. Como médico tenía medios a su alcance para interrumpir su embarazo. En esa época ser madre soltera era un oprobio y para esta joven médico de 28 años suponía un obstáculo a un futuro muy prometedor.
La madre de Giuseppe se opuso a que los jóvenes se unieran en matrimonio y las familias decidieron mantener en secreto el nacimiento de Mario (31 de marzo de 1898) y criar al niño en casa de la familia Montesano en las afueras de Roma, en el campo. María y Giuseppe, cediendo a las presiones familiares, hicieron la promesa de no casarse con otra persona. Él incumplirá su juramento tres años más tarde.
María Montessori visitaba a Mario con frecuencia, pero no le reveló que era su madre hasta que éste se lo preguntó cuando tenía quince años. Decidió entonces, llevárselo a vivir con ella. Inicialmente lo presentó en público como su sobrino y, posteriormente, como su hijo adoptivo. Luego se convertiría en el gran colaborador de su madre y continuador de su legado.
En 1902, María Montessori comenzó sus estudios de Pedagogía, Psicología Experimental y Antropología tras dejar su puesto de trabajo por la gran crisis vital que atravesó al quedarse embarazada. Así, pudo completar su método educativo y aplicarlo en su primera Casa dei Bambini, inaugurada en enero de 1907 en el popular barrio romano de San Lorenzo con cincuenta niños normales de dos a cinco años, hijos de obreros. Fue también un éxito.
El método Montessori
Por el proceso de normalización “el niño abandona todos los comportamientos negativos y adquiere comportamientos positivos de una manera espontánea y sin esfuerzo”, escribió María Montessori en el libro ‘La Mente Absorbente’.
“Nuestros alumnos quieren hacer todo lo que hacen, pero no hacen todo lo que quieren”, escribió también. A este respecto afirma la prestigiosa doctora en Educación y Psicología Catherine L’Ecuyer que “esa pequeña frase introduce un mundo de matices deliciosos. Libertad no es libertinaje. Necesidad y deseo no siempre caminan de la mano”.
“Nuestros alumnos quieren hacer todo lo que hacen, pero no hacen todo lo que quieren” (María Montessori).
El trasfondo y los principios de su método educativo guardan una relación importante con el uso del material didáctico, uno de los más rigurosos y estructurados que existen en la etapa infantil.
Así mismo, el método tiene en cuenta otros aspectos importantes para el aprendizaje del niño como la capacidad de asombro, la dimensión espiritual, los estímulos que resultan convenientes según el “período sensitivo” en que se encuentre, entre otros.
En 1909 organiza el primer curso de guías Montessori, al que asistieron personas de diferentes profesiones, y escribe el libro ‘El método de la pedagogía científica’, en el que describe los fundamentos de su método y el desarrollo de los materiales necesarios.
De 1907 a 1934, María Montessori dedicó su tiempo y energías a expandir los programas de capacitación de profesores y las escuelas que seguían su método educativo, y a impartir conferencias internacionales y cursos en numerosos viajes a Europa y Estados Unidos.
Otra de sus actividades fue aplicar su método a la educación religiosa católica experimentándolo en la Escola Modelo Montessori de Barcelona. Fue el germen del libro ‘I bambini viventi nella Chiesa’ (1922). Nunca renunció a sus creencias y escribió un buen número de obras pedagógico religiosas durante los años treinta.
En 1922 la Administración italiana la nombró Inspectora General de Escuelas. En 1929 fundó junto con su hijo Mario, la Asociación Montessori Internacional (AMI), con sede en Amsterdam, para supervisar las actividades de las escuelas de todo el mundo y la formación de los docentes.
Montessori, mujer genio nominada al Premio Nobel de la Paz
En 1934 tuvo que abandonar la Italia fascista porque su metodología educativa chocaba frontalmente con el sistema totalitario, que se servía de la escuela para adoctrinar a los jóvenes y convertirlos en soldados en vez de prepararles para ser hombres de paz. Mussolini ordenó cerrar todas las escuelas Montessori aunque había apoyado en 1926 la fundación de la Real Escuela del Método Montessori. Adolf Hitler también cerrará sus escuelas en Alemania.
Durante su exilio, sus libros fueron quemados por los nazis, primero en Berlín y luego en Viena. Vivió en España y en Holanda y después en 1939 viajó a India y Sri Lanka acompañada por su hijo. Allí les sorprendió la II Guerra Mundial y permanecieron en la India hasta 1947. Durante esos años entrenaron a miles de maestros en su método y ella desarrolló diversos programas de formación a docentes.
A raíz de su experiencia de la guerra, María Montessori profundizó en la idea de que la educación es el único camino para construir la paz. En 1949 recogió en un volumen sus escritos sobre este tema, que avalaron su nominación para el Premio Nobel de la Paz. También fue propuesta en 1950 y 1951.
Al regresar a Italia en 1947, Montessori se dedicó a la reorganización de las escuelas de su país, a la investigación científica, a la difusión de su método y a la defensa de los derechos de los niños. Escribió varios libros. Falleció el 6 de mayo de 1952, a la edad de ochenta y dos años en su casa de Holanda.
Desde sus convicciones como mujer humanista, feminista y católica, Montessori promovió la reforma social y defendió la construcción de la paz a través de la educación.
“Genio” es el que tiene una capacidad mental extraordinaria para crear o inventar cosas nuevas y admirables. María Montessori fue esa mujer genio humanista, feminista y católica que, a lo largo de su vida, promovió la reforma social y defendió la construcción de la paz a través de la educación.
El Método Montessori vino para quedarse como un valioso legado al mundo educativo. Los expertos avalan su llamativa actualidad.
¿Qué te pareció este artículo? Deja tu opinión: