Estos días hemos oído la barbaridad que ha dicho una diputada catalana, cuyo nombre no merece la pena recordar. Cada vez hay menos cordura y coherencia en las declaraciones de algunos representantes políticos, y la verdad es que los españoles no estamos para oír tantas tonterías.
Esta señora, asombrosamente, ve en la familia una “lógica perversa” y “poco enriquecedora”, proponiendo tener hijos en común, como en las “tribus” y eliminar cualquier “sentimiento de pertenencia”, ya que explica, son “hijos e hijas que has tenido tú con los demás”.
Mientras tanto ella misma ha sido la que en otras ocasiones parece haber declarado que su mayor tesoro son “los valores heredados de mi familia”, reconociendo tanto su pertenencia a una familia como el valor de lo que esta le aportó, y llegando a admitir, aunque parezca inverosímil después de sus declaraciones, que la misma ha sido pieza fundamental en su desarrollo social y político. Pero parece que el dicho de “lo que no quieras para ti no lo quieras para los demás» no es de aplicación, transformándose en “lo que quieres para ti, no lo desees para los demás…”.
Pese al intento de algunos movimientos de mina el valor de la familia, sigue siendo y será la base de la sociedad, y donde las personas aprendemos a convivir.
Así, el pasado veinte de este mes, tuvo lugar una conferencia histórica en la ONU, en la cual se reconocían todos lo valores fundamentales de los cuales la familia era responsable y transmisora. En dicho encuentro participaron embajadores de diferentes países y distintas personalidades de reconocido prestigio en este campo, con el anuncio de la nueva alianza, Sociedad Civil para la Familia.
El viceministro de la relaciones exteriores de Bielorrusia, Valentín Rybakov, presentó la declaración del grupo en la cual se indican todas las formas en las que la familia contribuye a formar personas, siendo un actor clave en la transmisión de valores dentro de la sociedad que son vitales “ para el desarrollo, así como “conforma un ambiente protector contra las amenazas externas y da esperanza para el futuro a todos sus miembros.”
El especialista Sherif Girgis, puntualizó que el “matrimonio es la base de la familia “…”el hombre y la mujer se unen para ser esposo y esposa, y para ser padre y madre de los hijos que crían. Esta perspectiva sirve a la salud y a la educación, y a todas las cosas necesarias para una sociedad y una vida política saludable”. Entre otras intervenciones, el profesor David Crawford, asoció la identidad a la familia, y a la familia como amortiguador contra el totalitarismo, previene la reducción del hombre y la mujer a criaturas de estado. Además, “somos seres comunitarios, y la familia es la comunidad natural”.
La profesora Helen Alvarez añadiría que “la armonía dinámica de la familia, desear el bien para el otro, no puede fabricarse o legislarse, y se menoscaba cuando tratando a las personas tan solo como un cuerpo, como un objeto sexual.”
Al mismo tiempo, la Universidad de Harvard publicaba estos días las conclusiones del estudio Harvard Study of Adult Development (TED, Dic.2015), que se ha venido realizando desde 1938, examinando la vida de 700 personas durante ese tiempo. Su objetivo era investigar los factores que pudieran determinar si una persona envejecerá de una manera feliz y saludable, o si sufrirá alguna enfermedad o debilitamiento mental, algo que parece ser tiene mucho que ver con la soledad.
Robert Waldinger, profesor de psiquiatría clínica en la escuela de medicina de Harvard y director del estudio en la actualidad, concluye la relación constatada que existe entre familia estable y felicidad. entre los resultados más importantes a lo largo de este tiempo de observación,
Según Waldinger decidieron publicar los resultados porque “queríamos que la gente supiera de la existencia de este estudio y de sus conclusiones”…”la gente que parece estar mejor es aquella que se apoya en las relaciones con familias, amigos y la comunidad…y principalmente con la pareja”. Aunque las relaciones tengan altibajos y se discuta, el hecho de sentir que puedes confiar en el otro de verdad cuando algo va mal, hace que afecte incluso a sufrir menos enfermedades crónicas e incluso mentales, o de falta de memoria.
En esta línea, el profesor Waldinger recomienda cosas muy sencillas:
- Mantener vínculos cercanos con familia y amigos, lo que afecta incluso a una vida más larga que aquellos que están lejos de las personas que quieren.
- Tener relaciones de buena calidad, evitando relaciones conflictivas. No es más feliz el que más amigos tiene, sino el que cuida las que posee.
- Apoyar al otro y ser capaz de ponerse en su lugar, escucharle y esforzarnos por entender al otro, estar conectado con otra persona es beneficioso a nivel mental.
Por otro lado, estos años de crisis económica, han puesto de manifiesto el gran trabajo que han realizado las familias, que gracias a la ayuda desinteresada han sacado a flote a muchos de sus miembros.
El gran valor de la familia como estructura básica social y escuela de convivencia, donde se aprende a compartir y a ponerse en el lugar del otro, es incuestionable y sigue estando de moda.
Quizás el objetivo de algunos políticos no sea el de construir una sociedad feliz.