Jana Liekam (Paula Beer) es la protagonista de la nueva serie «Bad Banks» de producción alemana y recién estrenada en el Canal AMC. Una joven ambiciosa, de aspecto frágil, inmersa en el mundo de la banca, cuyo trabajo es el de ‹estructuradora› de productos bancarios a gran escala.
Un cerebrito lleno de ambición pero con cierta inseguridad personal. La joven ignora que poco a poco se irá metiendo en la boca del lobo, y en torno a ella surgirán personajes siniestros llenos de ambición por el éxito y el poder a toda costa. Jana posee un único aliado honesto, su novio Noah. En cierto modo se intuye que Noah será su salvavidas para permanecer en la realidad.
El primer capítulo de esta serie arranca con revueltas callejeras, repentinamente las personas no pueden sacar dinero de los cajeros. En una sucesión rápida nos presenta a varios de los protagonistas principales, algo gordísimo ha ocurrido, se escucha como si del silbido de una bala se tratara «esto es peor que Lehman Brothers» y ahí arranca el thriller abriendo la puerta al suspense.
Con un ritmo ágil y algo confuso se produce un giro drástico, el espectador no sabe si se halla en el pasado o en el presente y entra de lleno la protagonista Jana Liekam, cuya tarea principal es asesorar (aunque en realidad hace el trabajo) a Luc Jacoby, hijo protegido de un directivo de la banca de Luxemburgo.
Luc es un adicto a la cocaína y un mentiroso empedernido que hará cualquier cosa con tal de lograr más y más clientes. Desde el primer momento se adivina una fuerte carga de crítica social, Luc aparece repartiendo comida a personas sin hogar, nos muestra a una especie de filántropo, pero la realidad será que ahí es donde Luc compra su cocaína.
Rivalidad hombre – mujer
Jana recoge a Luc para acudir a una reunión con un cliente importante. En un momento dado, el jefe de Jana se ve perdido ante las preguntas del cliente, Jana sale al paso, ¡pero! Comete el gran error, demuestra su competencia. Luc se siente herido en su orgullo, minusvalorado y como consecuencia la despide.
La vida de Jana hasta ese momento se presentaba apacible, ordenada e ilusionada tanto en su trabajo como en su vida personal.
A raíz del incomprensible despido –donde se muestra con toda crudeza la falta de humanidad–, Jana pasa en cuestión de horas de bajar al infierno para subir de golpe al cielo laboral. Entra en juego nuevos personajes curiosos e interesantes, como por ejemplo la jefa del Banco donde la acaban de despedir, quien le ofrece ayuda y de la noche a la mañana le consigo un nuevo trabajo.
Esta jefa, llamada Christelle Leblanc, es presentada en el primer capítulo como el referente del feminismo. Prototipo de la mujer triunfadora, la que ha llegado a lo más alto, con un halo de misterio y dominio total de sí misma y de la situación.
Christelle acoge a la desconsolada Jana y la anima a cómo sobrevivir en un mundo de hombres «¿Cuál ha sido tu error, Jana? Tener más talento. Bien, pero has cometido el error de demostrarlo delante de tu jefe, queriendo ayudar, has metido la pata. Primera lección. Yo te ayudaré a moverte en este mundo de hombres».
Ingredientes
Bad Banks se presenta como una historia de pasiones donde la ambición prima en todos los protagonistas. Hay algo interesante y es que enseña al espectador ajeno a los entresijos profesionales del mundo de la banca, el know how del trabajo, qué tipo de personas y profesiones entran en juego, cómo la especulación sin tener en cuenta el bien de los ahorradores o inversores sea tenido en cuenta.
Así, para dar forma a un nuevo producto bancario y ganar a la competencia, se conforman equipos pequeños de cerebritos: un matemático, la estructuradora jefe (Jana), abogado experto en impuestos y leyes fiscales, un experto en terremotos, ingenieros, y algún experto en economía. Todo ello con un ritmo trepidante de trabajo, no conocen el horario, y si el proyecto fracasa el despido es automático «Es lo que hay, si ganas te quedas, si pierdes te vas».
El trabajador de altos vuelos es presentado como un producto de usar y tirar, la dignidad personal desaparece porque el éxito siempre irá antes que las personas. Todo ello rodeado de la exquisita educación y altísimo nivel de vida de los países europeos más desarrollados, en este caso, Luxemburgo y Alemania.
El arranque de la serie es bueno, convincente y engancha al espectador, aunque queden aspectos algo rebuscados para el público al caer en tecnicismos excesivos. Se intuye que la serie irá a más y que probablemente Jana de inocente pasará a lobo y quizá, en algún momento se vuelva heroína, pero no lo sabemos.
De 1 a 10, le damos (de momento) una nota de 7.
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