En España nos enfrentamos a un futuro nada esperanzador. Siempre se ha dicho que de aquellos barros vienen estos lodos, y no se puede aplicar mejor a lo que estamos viviendo, porque la situación actual viene de aquellos barros.
Haber permitido una educación falsa y dirigida en Cataluña sobre su historia, que ha fabricado un nacionalismo, aleccionando durante más de cuatro décadas a algunos catalanes, hace que estemos donde estamos.
Sufrimos el resultado de una manipulación política gracias a las delegaciones autonómicas, donde el Estado y los juzgados dejaron de velar por el cumplimiento de ciertas leyes (eso sí, en temas de recaudación, son implacables), y si veló, dejó de ejercer su función de control. El resultado es que se les fue de las manos.
Podríamos decir como Super Ratón aquello de… “No se vayan todavía, aún hay más“.
Stanley G.Payne, en una entrevista a La Razón, nos describe la realidad de España vista por uno de los Hispanistas más reconocidos, precisamente por su profesionalidad, rigor e imparcialidad.
Hoy, a sus ochenta y cinco años, desde Wisconsin, prepara una nueva obra sobre los hechos más recientes de España -prepárense señores-, sus respuestas son tan ciertas como dardos en la diana.
En dicha entrevista explica el origen del problema: “Aunque no fue esa su intención, las autonomías son la causa de la fragmentación española.»
Destaca la falta de liderazgo político de los partidos y la corrupción política que ha provocado la cesión durante años a los partidos nacionalistas, además de la dejación de funciones por parte del Estado, llegando a “automarginarse”.
Para Payne “no hay Estado», y eso ha permitido llegar a este proceso de autodestrucción.
«Los responsables finales son los separatistas. Desprecian la Ley. No la reconocen, pero el Estado tampoco impone el imperio de la Ley. El Gobierno es culpable, no por lo que ha hecho, sino por lo que no ha hecho». Stanley G. Payne
La crisis del sistema es real y, en estos momentos y después unas elecciones bastante desesperanzadoras, cuando todos los españoles podemos ver la variopinta, antiespañolista y anticonstitucionalista lista de partidos que han conseguido representación en el Parlamento, cuando se hace gobierno pactando con los que han apoyado a la dictadura venezolana, con el comunismo fracasado, o con los fracasados que han encontrado en la política «la» forma de vivir del espectáculo, no podemos más que alarmarnos, y recordar con mucha tristeza las palabras de Machado cuando se refería a España «como país de charanga y pandereta».
El problema es cuando la charanga, porque esto es serio, sale cara.
Pero, ¿alguien hace algo?
Porque nuestra situación es peor que en el resto de Europa. Para Payne, la crisis de España es parecida a la occidental pero mucho más grave ya que para él: «el discurso de la corrección política es un nuevo totalitarismo en dos niveles; poder del individuo y el poder del Estado que lo determina”.
Y en España, ”el problema más grave es el victimismo que divide a la sociedad en víctimas y perpetradores. Y el separatismo catalán es un claro ejemplo de victimismo. Efecto del discurso de la propaganda».
Estos días se celebra en España la COP25, y Payne vuelve a ser claro, aunque no políticamente correcto, y comienza denunciando la retórica exagerada. Esa retórica producto de la demagogia, convierte un proceso de cambio climático (que siendo real, no es el único importante en el planeta) en la alarmante generalización de un problema, como ocurre con otras “olas” producto de la demagogia.
No podemos más que pensar que preocupados por el calentamiento del planeta, por la continuidad de las desigualdades, de la pobreza y muchas cosas más, hay una manipulación que tapa los ojos a otras crisis crisis importantes que quizás están por debajo de estas. La de las estructuras y los valores que constituyen nuestra sociedad y sobre los que se sustenta la democracia y el Estado de Bienestar, por ejemplo.
En medio de la campaña publicitaria de Greta llegando a Portugal en catamarán, con helicópteros y barco de protección, y su llegada a Madrid, en vísperas de la celebración del aniversario de nuestra Constitución, no podemos más que reflexionar sobre el valor de la misma, porque defender es más que decir palabras bonitas, es hacerla cumplir.
¿De que sirve si España está cada vez más desunida? ¿Si los mecanismos para defender la nación no se ponen en marcha para hacer su función? Si partidos anti constitucionalistas y republicanos están en el Gobierno gracias a la permisividad, y asesinos que nunca han pedido perdón ocupan escaños… ¿Qué podemos pensar el resto de los españoles que confiábamos en las instituciones?
Los políticos han conseguido que no entendamos nada.
Stanley G. Payne sentencia que “oponerse a la Ley de Memoria Histórica es un deber moral”, total, ya se la ha saltado Pedro Sánchez, la veda queda abierta y su legitimación cuestionada.
Vienen tiempos propicios a revueltas, tenemos otra forma de dictadura e imposición de ideas, quien se sale del tiesto está mal visto o incluso demonizado. Tiempos revueltos. Los jóvenes deberían rebelarse a lo impuesto, esperemos que sean ellos la solución, porque lo que es por los mayores, hay exceso de conciencias adormecidas.
Para que la verdadera historia de España no se olvide y antes de que la descataloguen, o cambien los libros de texto de todo el país, recomendaremos a continuación algunos libros interesantes que abren los ojos a la verdad.
Ni que decir tiene que hablamos de autores políticamente incorrectos.
En defensa de España: desmontando mitos y leyendas
Stanley G.Payne
Ningún otro país como España posee una historia tan rica en sus imágenes ni tan abundante en conceptos, mitos y leyendas. Es la historia más exótica de Occidente y también la más extensa y extrema en su envergadura, tanto cronológica como geográfica, y con mayores diferencias en las distintas épocas.
A lo largo de los siglos, la Historia de España se ha descrito y definido a partir de conceptos inusitadamente controvertidos: reino bárbaro decadente, conquista oriental, paraíso multicultural, guerra divina, Reconquista, Inquisición, primer imperio mundial, monarquía paneuropea, decadencia profunda, leyenda negra, país insurreccional que reclama su independencia, cultura romántica por excelencia, sociedad convulsa y/o revolucionaria, democracia militante antifascista, país fascista retrógrado, pionera democracia de consenso…
Algunas de estas descripciones son tópicos esencialmente falsos, pero la mayor parte se refiere a procesos o logros históricos muy complejos que requieren mucha matización. Este libro es una interpretación en el debate sin fin de la Historia de España, siguiendo un esquema cronológico que explica la evolución del país y, con ella, los mitos, estereotipos y leyendas que se han construido a través del tiempo.
Imperofobia y leyenda negra
María Elvira Roca Barea
María Elvira Roca Barea acomete con rigor en este volumen la cuestión de delimitar las ideas de imperio, leyenda negra e imperiofobia. De esta manera podemos entender qué tienen en común los imperios y las leyendas negras que irremediablemente van unidas a ellos, cómo surgen creadas por intelectuales ligados a poderes locales y cómo los mismos imperios la asumen.
El orgullo, la hybris, la envidia no son ajenos a la dinámica imperial. La autora se ocupa de la imperiofobia en los casos de Roma, los Estados Unidos y Rusia para analizar con más profundidad y mejor perspectiva el Imperio español. El lector descubrirá cómo el relato actual de la historia de España y de Europa se sustenta en ideas basadas más en sentimientos nacidos de la propaganda que en hechos reales. La primera manifestación de hispanofobia en Italia surgió vinculada al desarrollo del humanismo, lo que dio a la leyenda negra un lustre intelectual del que todavía goza. Más tarde la hispanofobia se convirtió en el eje central del nacionalismo luterano y de otras tendencias centrífugas que se manifestaron en los Países Bajos e Inglaterra. Roca Barea investiga las causas de la perdurabilidad de la hispanofobia, que, como ha probado su uso consciente y deliberado en la crisis de deuda, sigue resultando rentable a más de un país.
Una historia de España
Arturo Pérez Reverte
Por primera vez un volumen reúne la historia de España escrita por Arturo Pérez-Reverte durante más de cuatro años en su columna «Patente de corso» del XL Semanal.
Un relato ameno, personal, a ratos irónico, pero siempre único, de nuestra accidentada historia a través de los siglos. Una obra concebida por el autor para, en palabras suyas, «divertirme, releer y disfrutar; un pretexto para mirar atrás desde los tiempos remotos hasta el presente, reflexionar un poco sobre ello y contarlo por escrito de una manera poco ortodoxa».
A lo largo de los 91 capítulos, más el epílogo de los que consta el libro, Arturo Pérez-Reverte narra los principales acontecimientos ocurridos desde los orígenes de nuestra historia hasta el final de la Transición, con una mirada subjetiva, construida con las dosis exactas de lecturas, experiencia y sentido común.
«La misma mirada con que escribo novelas y artículos —dice el autor—; no la elegí yo, sino que es resultado de todas esas cosas: la visión, ácida más a menudo que dulce, de quien, como dice un personaje de una de mis novelas, sabe que ser lúcido en España aparejó siempre mucha amargura, mucha soledad y mucha desesperanza», Arturo Pérez-Reverte.
La esperanza es lo último que se pierde y, aunque lo parezca, «esperamos» no estar tan solos como augura Pérez-Reverte, a pesar de que cada vez haya menos «educación» en la verdad. Porque conocer la verdad es la única forma de retomar el camino y mirar el futuro de España de forma esperanzadora. Como dice el dicho «siempre que llueve escampa», aunque también está el que dice que «el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra», y parece que los españoles somos expertos en ello, prueba de ello es el gobierno que tenemos.
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