Un minúsculo virus, pero con corona, ha puesto en jaque al sistema. Un momento decisivo para pararnos a pensar sobre nuestras prioridades individuales y colectivas… No es momento de conjeturas, de protestas ni exigencias, sino de actuar todos a una. De cumplir nuestras obligaciones con responsabilidad, solidaridad y conciencia social, como gobernantes, empresas y ciudadanos, para minimizar lo que es ya esta pandemia mundial. Es el momento de dar lo mejor de nosotros mismos. ¿Qué puedo hacer yo? Cualquier pequeño gesto positivo, individual o colectivo, puede transmitir un gran mensaje y mejorar la situación de todos.
No colapsar el sistema sanitario
Tener una sociedad sana, por dentro y por fuera, es fundamental y prioritario porque sin eso, nada puede funcionar. Tampoco la economía. Por eso es tan importante no colapsar el sistema sanitario, intentando evitar al máximo el pico de contagios. Es necesario seguir las pautas de los expertos, en este caso científicos y sanitarios, para tomar todas las medidas de higiene y distanciamiento social (consultando fuentes fiables). Debería ser prioridad de todos los gobernantes, hacer que se cumplan. Porque en una sociedad global, los problemas nos afectan a todos y en nuestras manos está solucionarlos. Tenemos el ejemplo de otros países y el tiempo corre en contra. Dejemos de mirarnos el ombligo. Este virus no entiende de fronteras, razas o estatus sociales y su efecto dominó va a llegarnos de una u otra manera.
Cuidar de las personas más vulnerables
Es responsabilidad de todos, gobiernos y ciudadanos, cuidar a las personas más vulnerables. Y ellos no son solo los ancianos, también los bebés, embarazadas o personas con patologías y enfermedades crónicas e inmunológicas. ¿Acaso no tenemos todos en nuestras familias algún caso? Sabiendo esto, debería ser una premisa para todos, seguir las pautas para contener su propagación. Todos somos igual de importantes en esta cadena, porque todos tenemos algo que aportar. Desde los limpiadores hasta los gobernantes. Desde los bebés hasta los ancianos. Pero debemos proteger a nuestros mayores, haciéndoles la compra, la comida o la colada, para que en la medida de lo posible, no salgan de casa.
Mantener la calma
Es un momento difícil para todos, porque estamos viviendo una situación nueva. Es normal tener algunos miedos, dudas e incertidumbres. Por eso es necesario estar informado y permanecer en alerta, para saber cómo debemos actuar en cada momento. Pero contrastar la información para evitar sobre información y noticas falsas. Debemos actuar con responsabilidad, criterio y sentido común. Respecto a lo que escribimos, lo que compartimos, lo que escuchamos y con nuestra forma de actuar. Intentar hacerlo con normalidad, sin perder los nervios, por nuestra propia tranquilidad y la de nuestros familiares. El pánico no sirve de nada, sólo para complicar las cosas. Si nos volvemos locos, provocamos aglomeraciones, más contacto, contagios… y que nuestros mayores no encuentren lo que necesitan. Las autoridades aseguran que el suministro está asegurado, por tanto, no debemos preocuparnos en este sentido.
Quedarnos en casa
Dicen los expertos que, de momento, esta es la mejor manera de ayudar a contener la pandemia y dejarles trabajar. Para ello deberemos adaptar nuestras rutinas y horarios a la nueva realidad en la medida de lo posible. Teletrabajo, compartir las tareas domésticas y turnarnos a la hora de comprar lo imprescindible. Intentar hacer cosas en familia e individualmente, tener momentos de ocio y comunicarnos. Comprender que cada uno tenemos unos ritmos y asimilamos las cosas de forma diferente. Es un buen momento para desarrollar nuestra paciencia. No podemos controlarlo todo, pero si ayudar al de al lado.
Ser conscientes, solidarios y empáticos
El minúsculo virus, nos trae un gran mensaje: es el momento de dar lo mejor de nosotros mismos. De reflexionar, aprender y mejorar, como sociedad y como individuos. Reconectarnos y tomar consciencia. Cooperar y desarrollar nuestra capacidad de trabajar en equipo. Mejorar la intuición y la empatía. Cualquier pequeño gesto es necesario. Una mirada de complicidad. Una sonrisa o un mimo. Aplausos en balcones, abrazos y besos virtuales para dar ánimos. Llamadas, videoconferencias o mensajes en redes sociales, para compartir cosas prácticas y reflexiones. Todos somos importantes y vulnerables. Todos nos necesitamos, los grandes y los pequeños. Todos tenemos algo que aprender y debemos transmitirlo con humildad. Es el momento de la solidaridad y la responsabilidad. Cada uno sabe cuál es su batalla y debemos ser tolerantes y pacientes, con las personas y con el sistema, porque todos tenemos fallos. Evitar juzgar, para no herir sensibilidades y no tomarnos los comentarios como algo personal. Guardar nuestras energías para lo verdaderamente importante.
No perder el humor
El humor es importante para sobrellevar mejor cualquier situación, siempre y cuando se haga con respeto. Aunque estemos preocupados, podemos seguir compartiendo, más que nunca sonrisas virtuales.
Apoyarnos en la cultura
Aprovechemos el tiempo en casa, que normalmente no tenemos, para leer más, escuchar canciones o ver películas. Siempre los libros, la música y el cine pueden ser nuestros aliados para despejarnos, entretenernos o hacernos volar con la imaginación por unas horas, para poder retomar el momento presente con las pilas cargadas.
Tiempo de reflexionar
Es tiempo de reflexionar, de sentir el calor del ser humano. De que todos entendamos y sintamos que aunque estemos aislados, no estamos solos.
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