La crisis generada por la pandemia del coronavirus puede alterar nuestro equilibrio emocional y afectar la visión que tenemos del mundo y de nuestro futuro.
Empezamos a desconfiar de nuestras habilidades, nos cuestionamos por qué no hicimos esto o aquello, para afrontar mejor esta crisis y nuestra autoestima va desapareciendo.
Empiezan a surgir preguntas tales como:
¿Por qué que no soy lo suficiente hábil, tenaz, inteligente o no estoy centrado para hacer lo necesario y poder alcanzar el resultado que deseo?
¿Por qué lo crees? ¿Por qué tienes tantas dudas que pudieran ser razonables o no? Con la autoestima hemos topado.
Lo más natural del mundo es que como personas sintamos temor de los demás y de sus intenciones, y ¿entonces cómo supero este listón? La llave la tienes en tu mano, tienes que tener confianza en tus capacidades, de este modo irás llenando el vaso de la autoestima, hasta que reboce, “sin que afecte a tu ego”.
Maslow y la estima (reconocimiento)
Maslow, en su Pirámide de las necesidades, nos habla de las necesidades de la estima (reconocimiento) y relaciona dos tipos:
- La estima alta concierne a la necesidad del respeto a uno mismo, e incluye sentimientos tales como confianza, competencia, maestría, logros, independencia y libertad
- La estima baja concierne al respeto de las demás personas: la necesidad de atención, aprecio, reconocimiento, reputación, estatus, dignidad, fama, gloria, e incluso dominio.
La merma de estas necesidades se refleja en una baja autoestima e ideas de inferioridad. El tener satisfecha esta necesidad apoya el sentido de vida y la valoración como individuo y profesional, que tranquilamente puede escalonar y avanzar hacia la necesidad de la autorrealización.
La necesidad de autoestima es la necesidad del equilibrio en el ser humano, dado que se constituye en el pilar fundamental para que el individuo se convierta en el hombre de éxito que siempre ha soñado, o en un hombre abocado hacia el fracaso, el cual no puede lograr nada por sus propios medios.
Concepto e Impacto de la autoestima. Nathaniel Branden
“La autoestima es la confianza en nuestra capacidad de pensar, en nuestra capacidad de enfrentarnos a los desafíos básicos de la vida. La confianza en nuestro derecho a triunfar y a ser felices; el sentimiento de ser respetables, de ser dignos, y de tener derecho a afirmar nuestras necesidades y carencias, a alcanzar nuestros principios morales y a gozar del fruto de nuestros esfuerzos.” Nathaniel Branden
De todos los juicios a que nos sometemos, ninguno es tan Importante como el nuestro propio. La autoestima positiva es el requisito fundamental para una vida plena.
Tiene dos componentes:
- Un sentimiento de capacidad personal y
- Un sentimiento de valía personal.
En otras palabras, la autoestima es la suma de la confianza y el respeto por uno mismo.
Refleja el juicio implícito que cada uno hace de su habilidad para enfrentar los desafíos de la vida (para comprender y superar los problemas) y de su derecho a ser feliz (respetar y defender sus intereses y necesidades).
Sin embargo, la autoestima es siempre una cuestión de grado, no es homogénea. Nadie carece por completo de autoestima positiva, ni tampoco hay nadie que no sea capaz de desarrollar su autoestima.
Desarrollar la autoestima es desarrollar la convicción de que uno es competente para vivir y merece la felicidad, y por lo tanto enfrentarse a la vida con mayor confianza, benevolencia y optimismo, lo cual nos ayuda a alcanzar nuestras metas y experimentar la plenitud. Desarrollar la autoestima es ampliar nuestra capacidad de ser felices.
Cuanto más alta sea nuestra autoestima…
- Mejor preparados estaremos para afrontar las adversidades; cuanto más flexibles seamos, más resistiremos las presiones que nos hacen sucumbir a la desesperación o a la derrota.
- Más posibilidades tendremos de ser creativos en nuestro trabajo, lo que significa que también tendremos más posibilidades de lograr el éxito.
- Más ambiciosos tenderemos a ser, no necesariamente en nuestra carrera o profesión o en un sentido económico, sino en términos de lo que esperamos experimentar en la vida en el plano emocional, creativo y espiritual.
- Más posibilidades tendremos de entablar relaciones enriquecedoras y no tóxicas, ya que lo semejante se atrae entre sí, salud llama a la salud, y la vitalidad y la generosidad de ánimo son más apetecibles que el vacío afectivo y la tendencia a aprovecharse de los demás.
- Más inclinados estaremos a tratar a los demás con respeto, benevolencia y buena voluntad, ya que no los percibiremos como amenaza, y porque el respeto por uno mismo es la base del respeto por los demás.
- Más alegría experimentaremos por el solo hecho de ser, de despertarnos por la mañana, de vivir dentro de nuestros cuerpos.
Cómo desarrollamos la autoestima
La autoestima no viene determinada por el éxito social, el aspecto físico o la popularidad.
- Depende de nuestra racionalidad, honestidad e integridad, que son procesos volitivos, dependientes de nuestra voluntad, de acciones de las que somos responsables.
- El pilar central de una autoestima saludable es la política de vivir conscientemente. Vivir conscientemente es vivir responsablemente la realidad, aceptando los hechos, el conocimiento y la verdad, con la intención de generar un nivel de conocimiento apropiado a nuestras acciones.
- La autoaceptación es el cimiento que nos permite crecer y avanzar hacia el bienestar. El punto de inflexión que nos lleva a vernos y mirarnos desde la humildad para querernos tal y como somos. El coraje de ser para nosotros mismos.
- Debemos aprender a no disculparnos nunca por nuestras virtudes, ni hacernos reproches por ellas, ni tratar de rechazarlas. Debemos tener el coraje de reconocer nuestros puntos fuertes y nuestros aciertos. De otro modo, inevitablemente traicionaremos a nuestra autoestima.
Ahora que estamos (aunque ya se ha pospuesto para 2021) en año olímpico y paraolímpico (¡es para quitarse el sombrero ante todos!) ¿has visto algún deportista de élite bajo de autoestima? Esta gente no se rinde nunca, ¡no se rinden!, están todo el día de entrenamiento probándose y por supuesto no basan su autoestima en lo que realiza. ¿Habéis escuchado que digan “soy un fracasado”? ¡Noooo! Dicen: “fallé esta vez o cometí un error”.
La autoestima pobre crea un techo invisible que puede detener a una persona para que no intente superar sus limitaciones autoimpuestas
La persona que no cree en sí misma no solo espera lo peor de ella misma sino también de los demás. Al tener la autoestima baja no está enfocada en ella misma, sino que estará siempre luchando y siempre preocupada por su aspecto, por el qué dirán, ¿fracasaré o no? Tus creencias limitantes o potenciadoras reflejan tu autoestima. El vivir con la autoestima baja es andar por el mundo atado de pies y manos, por tanto, el viaje será muy muy corto.
La autoestima es la reputación que tienes de ti mismo y cómo te ves como producto. Si no te gustas, está claro que “tu no te comprarías a ti mismo”, por tanto, esperes que los demás lo hagan. Te tratarán cómo tú te tratas.
Cuando crees en ti mismo, tienes esa libertad para enfocarte en mejorar y alcanzar tu máximo potencial, y el primer reto debiera ser cultivar hábitos mentales sanos.
Cree en ti mismo, enfócate en ti, ¡verás la diferencia!
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