Ha tenido que llegar el coronavirus para marcar definitivamente el rumbo del teletrabajo. Por fin se comprenderá que, en más ocasiones de las que se piensa, se puede tener la oficina en casa haciendo posible que las personas trabajen en su domicilio.
El concepto de teletrabajo no es nuevo. Nació al final de la década de los años 70 del siglo pasado y según Jack Nilles, pionero en este campo, para aprovechar la avanzada tecnología de las comunicaciones y reducir los desplazamientos a las empresas. En esa época, el teletrabajo estaba limitado, pero desde finales del siglo pasado las nuevas tecnologías hacen posible la comunicación permanente, desde casa o cualquier otro punto de trabajo.
En el teletrabajo, el empleado ejecuta la misma actividad que haría en la empresa, pero sin necesidad de desplazarse a la misma, bien en su domicilio o en un centro satélite de la organización, utilizando las nuevas tecnologías. Muchas organizaciones pueden utilizar este sistema. Al comienzo, los sectores de empresas que más lo utilizaron fueron: consultoría, programación de software, servicios informáticos, agentes comerciales, servicios médicos, marketing, servicios financieros, artes gráficas, multimedia, escritores, guionistas y creadores de contenidos. Hoy en día se demuestra que muchos empleados, que no tienen que estar obligatoriamente en las líneas de almacenamiento, producción, expediciones, etc., lo pueden ejercer sin problemas.
El teletrabajo tiene muchos puntos fuertes
A favor del empleado, se pueden citar el horario flexible y la conciliación del trabajo con la vida familiar. A su vez, el teletrabajo aumenta la calidad de vida al evitar el tiempo de desplazamiento a la empresa y tener más tiempo disponible. Es bueno para personas discapacitadas ya que facilita su trabajo. También, el trabajador puede elegir su lugar de residencia, en lugares distantes de la empresa.
A favor de la empresa, está demostrado que aumenta la productividad dado que se trabaja por objetivos. Se reducen los costes, sobre todos los inmobiliarios y hay ahorro de energía al remodelar y reducir las oficinas. Otro dato a tener en cuenta es que evita la problemática del control horario ya que no es necesario fichar. Se reduce el absentismo y es positivo para la retención del talento, al estar más motivado el trabajador.
A favor de la sociedad, hay un hecho muy importante relacionado con el medio ambiente, ya que se produce un ahorro en combustible y disminuye mucho la contaminación. Además, se descongestionan las redes de comunicación: carreteras, ferrocarril, autobuses. El teletrabajo debe ser un factor de liberación de espacios en las ciudades, ya que muchas familias se ven obligadas por este problema a vivir en la periferia o en barrios, en ocasiones alejados y saturados.
Para que el teletrabajo funcione correctamente es preciso dotar al empleado de las herramientas necesarias en su hogar para poder trabajar, fundamentalmente un espacio propio y las redes, equipos y programas informáticos necesarios. También, es fundamental la planificación y organización del trabajo, trabajar por objetivos, autodisciplinarse y comunicar con los compañeros de trabajo a través de vía telemática. El empleado es autónomo, pero debe tener espíritu de equipo al formar su trabajo una parte de proyectos colectivos. Estas son las exigencias esenciales.
Para que el teletrabajo funcione correctamente es preciso dotar al empleado de las herramientas necesarias en su hogar para poder trabajar, fundamentalmente un espacio propio y las redes, equipos y programas informáticos necesarios.
A su vez, los empleados que la empresa destine al teletrabajo deben tener unas condiciones: cualificación, ya que tienen que usar tecnología avanzada. Capacidad de decisión y ser merecedores de la confianza de la empresa. Esta tiene que delegar, marcando objetivos y dejando hacer a los empleados. Otro de los aspectos a tener en cuenta, muy importante, es la seguridad de los datos, al igual que si trabajan en las instalaciones de la empresa.
Es evidente que el teletrabajo no exime de la comunicación presencial en la empresa cuando las circunstancias lo requieran. Es más, el empleado debe acudir a las instalaciones de la compañía de una forma estructurada. Y como para todo, es preciso tener con el empleado que trabaja en su casa un periodo de adiestramiento y sobre todo un proceso cultural.
El teletrabajo puede desarrollarse en el propio domicilio o en lugares preparados por las empresas en sitios estratégicos que evitan que el trabajador tenga que hacer grandes desplazamientos. Son centros satélites de trabajo. Se dan en las grandes ciudades donde hay empresas que habilitan pequeños espacios en la periferia, donde los empleados disponen de una infraestructura compartida con otros compañeros. Es decir, no hay despachos personalizados de forma permanente, sino que existe un número reducido que se ocupan indistintamente por los empleados cuando necesitan acudir a estos centros satélites. Estos lugares disponen de los servicios telemáticos y de comunicación que se precisan.
La implantación del teletrabajo en una empresa depende de la naturaleza del negocio, y su grado de desarrollo debe tener un equilibrio para aprovechar al máximo las ventajas y reducir al mínimo los inconvenientes. Con objeto de no aislar al empleado en su casa es recomendable que el teletrabajo se ejecute parcialmente, no todos los días, para no perder el contacto del ambiente laboral y la comunicación con la organización. Por supuesto, el teletrabajo debe estar sujeto a la legislación laboral, no puede haber vacíos legales.
El teletrabajo por cuenta propia
Los emprendedores son los que más lo utilizan. La revolución tecnológica hace posible gran cantidad de negocios en el propio domicilio y con diversos enfoques:
- Creando un negocio autónomo para lograr beneficios con el trabajo del emprendedor. Por ejemplo, un pintor artístico tiene una página web donde se exponen sus obras. En este caso las horas invertidas en el trabajo generan los beneficios. Se cambian horas por dinero.
- Creando empresas que gestionan ventas de productos o servicios realizados por otras compañías. Por ejemplo, la creación de una empresa que gestiona repartos a domicilio, pero los repartos los realizan otras compañías que son las que disponen de las furgonetas de reparto y los empleados. O la empresa que tiene una tienda virtual pero los artículos son fabricados por otras compañías. O una empresa de una persona que diseña moda, patenta su marca, le fabrican los vestidos y a través de la red vende a tiendas que comercializan estos productos con su marca o con la de la tienda. Estos mismos negocios se pueden ampliar si a través de la red se dispone de agentes que trabajan por su cuenta. En estos casos, el trabajo en red multiplica las horas (contando las de los demás) y el negocio es superior.
- Se pueden poner otros muchos ejemplos de negocio como las outlet online que permite acceder a productos de primeras marcas con grandes descuentos a través de sus clubs de socios (memberships) en artículos de belleza, calzado, mobiliario, moda, relojes. O el de empresas que ofrecen formación para hacer negocios a través de la red, las hay que venden software y videojuegos, existen casinos online, etc.
Tiene otros puntos fuertes como que el jefe es uno mismo, posibilita múltiples negocios y permite la creación de empresas virtuales que integran grupos de personas teletrabajadoras autónomas asociadas para ofrecer servicios de forma cooperativa.
El teletrabajo por cuenta propia, además de los beneficios del teletrabajo por cuenta ajena que se han detallado (conciliación, horario flexible, mayor calidad de vida, etc), tiene otros puntos fuertes como que el jefe es uno mismo, posibilita múltiples negocios y permite la creación de empresas virtuales que integran grupos de personas teletrabajadoras autónomas asociadas para ofrecer servicios de forma cooperativa. Evidentemente, tiene exigencias, comenzando por la necesidad de tener un buen producto y/o servicio (vital), disponer de una web eficaz y atraer al público a la red. Así mismo y esto es muy importante, precisa financiación ya que hay que invertir en equipos, conexiones, formación en informática, conocimiento de redes y pagar los impuestos: seguridad social, licencia fiscal…
Con la experiencia adquirida en los días de confinación por el coronavirus, ¿seguirán los macro edificios en los lugares más céntricos de las ciudades (sobre todo en las grandes), continuando con el problema de desplazamiento de los empleados y la contaminación del medio ambiente?
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