Si George Orwell es uno de los autores más actuales en estos momentos por sus premoniciones, no debería quedarse atrás Aldous Huxley. Su mundo feliz es una representación, podríamos decir que muy actual, de muchos de los problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad y sobre todo, de la forma en que esta los afronta: la inconsciente y feliz asunción de un mundo sin verdad, y por tanto sin libertad.
En Un mundo feliz, escrito en 1932, Huxley imagina una sociedad que usaría la genética y la clonación para el condicionamiento y el control de los individuos. La clonación ya está desterrada, aunque tuvo su momento, pero la genética está en boga. Usamos los tubos de ensayo para crear niños, sin pensar en las consecuencias de ello y las pérdidas que conlleva, se selecciona al presunto mejor dotado y se manipulan cadenas de ADN. El descarte de los inútiles a los ojos de la sociedad es ya una realidad.
Su mundo feliz es una representación de muchos de los problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad y sobre todo, de la forma en que esta los afronta: la inconsciente y feliz asunción de un mundo sin verdad, y por tanto sin libertad.
En la hipotética sociedad futura descrita que refleja en el libro, «todos» los niños eran concebidos en tubos de ensayo. Junto a la anulación de sentimientos por medicamentos, de no conocer el amor ni la entrega, esta forma de continuación de la raza humana era dirigida para que sus resultados pertenecieran a una de las 5 categorías de población que describe el libro. Desde los más inteligentes hasta los más simples: los Alpha (la élite), los Betas (los artistas intérpretes o ejecutantes), los Gammas (los empleados subordinados), los Deltas y los Epsilons (destinados al trabajo duro).
Pero además de las consideraciones sobre el mantenimiento de la humanidad y el juego humano a ser Dios, el libro también se mete a discurrir una forma de gobierno futura, describiendo lo que sería la dictadura perfecta: una dictadura que tendría la apariencia de democracia. De esta forma, la sociedad se convierte en una prisión sin muros de la cual los prisioneros no soñarían con escapar. Los ciudadanos vivirían felices en el engaño, dentro de un sistema de esclavitud donde, a través del consumo y el entretenimiento, los esclavos «amarían su esclavitud»… ¡Cómo resuenan estas palabras en nuestros oídos!
El hombre nunca perderá su dignidad pero la manipulación que se hace de él, privándole de sus capacidades para manejarle, si sería indigna. En esta forma de actuar, no cabe una justificación ética que defienda a la dignidad humana, y aunque esta palabra se use mucho ahora, no toda ética tiene el mismo valor.
En ese mundo, no tan ficticio, se perdería lo que para la tradición aristotélica serían los tres conceptos de libertad: de actuación, de elección y la libertad trascendente. La capacidad que posee el ser humano para poder obrar según su propia voluntad, por lo que es responsable de sus actos, en Aristóteles se convierte en el valor fundamental para la vida pues es, en realidad, el medio para llegar a la felicidad, la felicidad verdadera a la que aspira todo ser humano. No la felicidad artificial y programada, que proporciona el engaño, el pan y circo de los romanos, que sigue siendo a pesar de los siglos, una de las formas más antiguas y eficientes de manipulación.
Estos días de encierro nos han dejado la reflexión de que se puede vivir sin gastar, o por lo menos, gastando en lo necesario, un gran avance para la demandada economía circular. Pero nos planteaban una clara limitación de nuestra libertad. Por un lado tenemos las restricciones a la libertad física, que nos limita en la elección de ciertas acciones por el miedo a un contagio, pero también limitaba nuestra capacidad efectiva y real de elección al darnos información, escasa, nula o contradictoria, bloqueando incluso los medios o herramientas para actuar de forma lógica, mientras que leyes ilícitas coartaban nuestro movimiento, o por lo menos intentaban hacerlo, y nuestra capacidad, no ya de pensar, que a veces también, sino de obrar en consecuencia a nuestros pensamientos. La libertad trascendente no quedaba marginada para aquellos que pese a coartar estas otras libertades, no se habían quedado reducidos en un pensamiento acrítico y contaminados por años de ideología.
Hace unos días salió el nuevo desatino del doctor Simón, una vez más el Estado proteccionista trataba al pueblo como a niños pequeños a los que engañar para que no se asusten, en el mejor de los casos, y en el peor, manipulando cifras para no ser el primer país en numero de muertos por 100.000 habitantes y no sabemos cuantas historias oscuras más. Pero en ambos casos: mentira y falta de respeto hacia las víctimas y sus familias, hacia el sufrimiento de tantos españoles y a la entrega de tantos profesionales empeñados en salvar vidas, y sobre todo, falta de respeto a la verdad y a sí mismos, en su desafortunada labor de responsabilidad.
La excelencia moral es resultado del hábito. Nos volvemos justos realizando actos de justicia; templados, realizando actos de templanza; valientes, realizando actos de valentía. Aristóteles.
En «Un mundo feliz», gracias a los medicamentos que alteran el estado de ánimo, las distracciones de la tecnología de los medios de comunicación de masas (..y todo esto aumentado en la realidad gracias a las redes sociales) y el fácil acceso a la satisfacción sexual, la mayoría de las personas no se daba cuenta de que no eran libres…como muchos tampoco se dan cuenta ahora, adormecidos por la acción de herramientas similares.
Si en para Huxley el adormecimiento lo producía el consumo de un medicamento llamado soma, nada lejano de una realidad que ya existe, nosotros además tenemos el adormecimiento de conciencia y pensamiento que han instaurado las ideologías. Son muchos años sembrando la idea de que todo vale, lo bueno y lo malo tienen igual peso y todo es relativo, lo que se reduce en: ¿para qué pensar? ¿Para que plantear lo que está bien y lo que está mal o hace daño?
En sociedad “feliz”, el descontento era sofocado por la publicidad, la medicación, el sexo y el entretenimiento, lo que no se distingue nada de la nuestra.
A continuación reproducimos un diálogo del libro entre el Administrador General de Meilleur des Mondes y uno de los raros disidentes, que pone de manifiesto como Huxley había imaginado perfectamente los principios del control social moderno …
"-La población óptima está en el modelo de iceberg: ocho novenos a la - debajo de la línea de flotación, un noveno arriba. - ¿Y están contentos, debajo de la línea de flotación? ¿A pesar de este terrible trabajo? - No lo encuentran así. Les gusta. Es ligero e infantilmente simple. Sin esfuerzo excesivo de la mente o los músculos. Siete horas y media de trabajo ligero, de ninguna manera agotador, y luego la ración de soma, deportes, cópula sin restricciones, y Sentient Cinema. ¿Qué más podrían pedir? " "- Shakespeare está prohibido porque es viejo. Aquí no tenemos el uso de cosas viejas. - ¿Incluso si son hermosas? - Especialmente si son hermosas. La belleza atrae, y no queremos eso nos atraen las cosas viejas. Queremos que nos gusten las nuevas ". -"¡Pero las nuevas son tan estúpidas, tan horribles! Estos espectáculos, donde no hay nada más que helicópteros volando por todos lados, y donde ¡puedes sentir a la gente besándose!.¡Cabras y monos! - Muy buenos animales, no significa en ningún caso ... " "- Solo podemos pedirle a un Epsilon que haga sacrificios de Epsilon, por la buena razón de que para él no son sacrificios: es la línea de menor resistencia. Su condicionamiento puso rieles sobre el cual debe caminar. No puede evitarlo; está fatalmente predestinado". "- El mundo es estable ahora. Las personas son felices; obtienen lo que quieren y nunca quieren lo que no pueden obtener. (...) Están condicionadas para que, prácticamente, no pueden evitar comportarse como deberían. Y si algo sale mal, hay soma. Tenemos que elegir entre la felicidad y lo que solía llamarse gran arte, hemos sacrificado un gran arte. En cambio, tenemos el Sentient Cinema y el órgano de perfume. -¡Pero no tienen sentido! Representan para el espectador muchas sensaciones agradables (...)Esto requiere la habilidad más enorme. Hacemos automóviles con el mínimo de acero y obras de arte con prácticamente nada más que puro tacto ". "- No es solo el arte lo que es incompatible con la estabilidad. También hay ciencia. La verdad es una amenaza, y la ciencia es un peligro público. Estamos obligados a mantenerla cuidadosamente encadenada y amordazada. (...) Nos ha dado el equilibrio más estable de la historia. Pero no podemos permitir que la ciencia deshaga lo que ha logrado. Es por eso que tan cuidadosamente limitamos el campo de su "Solo le permitimos lidiar con los problemas más inmediatos del momento. Toda otra investigación se desaconseja cuidadosamente".
El momento histórico que vivimos, se ha convertido sin embargo en una oportunidad que la humanidad no debe dejar pasar. Hoy leía a Armani en una entrevista para El País Semanal, y vuelve a salir la humanidad, la esperanza del hombre es su libertad, siempre hay posibilidad de cambiar.
Y rectificar…siempre se ha dicho que es de sabios.
“La libertad de poder pasear, de viajar, de ver a nuestros amigos y a la gente que queremos. Eso es el verdadero lujo. En este contexto, tenemos una actitud diferente hacia los objetos: compraremos cosas de una manera más reflexiva, valorándolas más y apreciándolas durante más tiempo… Belleza y calidad volverán a ganar relevancia…” Giorgio Armani.
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