Todos los padres sabemos lo que son las “mentiras piadosas” que se dicen a los niños. Mentiras que pensamos que son inofensivas pero necesarias para no alterar su estado emocional o simplemente para no tener que dar más explicaciones cuando no tenemos ganas de hacerlo o creemos que es contraproducente hablar más de la cuenta.
En una nueva investigación de la Universidad Tecnológica de Nanyang vieron que mentir a los hijos, incluso aunque sean pequeñas mentiras piadosas que nos ayudan con la disciplina en el día a día, hará más probable que nuestros hijos oculten la verdad cuando crezcan. En este sentido, es necesario hacer un balance de valores internos para ver qué tipo de educación queremos ofrecerle a nuestros hijos hoy, para que se conviertan en personas coherentes en su futuro.
Las mentiras piadosas
Muchos padres han fingido dejar a sus hijos en el parque como un último esfuerzo para que se vayan. ¿Y cuántos de nosotros hemos dicho a nuestros hijos que algo está cerrado hoy para no tener que lidiar con decirles que no pueden ir? Los padres hacen esto todo el tiempo porque… en realidad funciona. ¿Pero realmente debería ser así?
La verdad es que nunca dejarías a tu hijo en el parque solo y su tienda favorita ciertamente no está cerrada siempre que le dices que lo está… Estas son declaraciones falsas: mentiras. Por supuesto, suenan bastante inofensivas.
En esos momentos difíciles, pequeñas mentiras blancas realmente pueden ayudar a evitar rabietas y mantener las cosas con buena armonía. Sin embargo, una nueva investigación nos dice que incluso la menor deshonestidad o las mentiras piadosas afectan a nuestros hijos hacia peor en su evolución. Puede funcionar ahora, pero tiene efectos negativos a largo plazo… Entonces, ¿qué es lo que tienes que hacer?
El estudio sobre los efectos de mentir a los niños
Investigadores en Singapur descubrieron que en su estudio, los participantes a los que se les mentía cuando eran niños, eran más propensos a mentir a sus padres cuando ya eran personas adultas. Además, en su vida adulta tuvieron más problemas para poder hacer frente a aspectos cotidianos tanto a nivel psicológico como social. Se convirtieron en personas más egoístas que también experimentaban con frecuencia la culpa y la vergüenza.
En este sentido, lo que piensas que hoy serán mentiras sin maldad ninguna, pueden ser la base de un problema mucho mayor en el futuro… Cuando tus hijos ya sean personas adultas y hayan aprendido a que mentir no siempre es malo y que pueden usarlo en su beneficio propio en las circunstancias que consideren más adecuadas.
Hay alternativas
Llegados a este punto, es probable que te preguntes qué tienes que hacer entonces cuando debas enfrentarte a una situación complicada y quieras mentir a tus hijos, pero que sabes que no es buena idea hacerlo… Aunque eso pueda provocar una rabieta. En este sentido, es necesario que entiendas qué es mejor para ti y para tu hijo, el camino más corto no es siempre el más fácil.
También debes tener presente que las pequeñas protestas de tus hijos no son el fin del mundo. Incluso, es algo necesario para ellos.
Cuando pienses en mentir a tu hijo, aunque sea exageración o mentira piadosa, es mejor explicar las razones reales a tu hijo, así, estará más receptivo a tus palabras porque verá que estás siendo honesto y que confías en él. Además, también tiene mejor resultado usar frases positivas. Por ejemplo, puedes decirle algo como: “Hoy no podemos ir al parque porque mamá tiene que trabajar hasta tarde. Pero cuando acabe jugaremos juntos en casa y mañana acabaré antes y podremos ir un rato”.
Es importante que seas consciente y que aceptes, que cuando acabe el día tus hijos no siempre estarán contentos con las decisiones que tomes. También debes tener presente que las pequeñas protestas de tus hijos no son el fin del mundo. Incluso, es algo necesario para ellos.
Desde pequeños tus hijos necesitan confianza por tu parte y que la comunicación sea en ambas direcciones. Esto le ayudará a ser una persona honesta a medida que vaya creciendo. Por eso, merece la pena que inviertas en honestidad desde ya, incluso en los momentos en que puede resultar más complicado. Esto lo agradecerás sobre todo cuando tu hijo sea adolescente o joven y sepa que puede ir a tu lado para contarte crudas verdades y que estarás ahí para guiarle con todo tu amor todo el tiempo.
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