El pasado Junio, estuve en un concierto que cerraba un curso de piano. Si el concierto estuvo agradable, lo mejor fue sin duda el discurso de una de las profesoras:
«Bienvenidos al concierto de este año.
Nos reunimos aquí esta tarde para disfrutar y compartir música, en el más puro sentido de la palabra.
Parte de lo que nos hace ser humanos es la música. Todas las culturas, desde las primeras civilizaciones hasta las más actuales, crean música. De hecho los instrumentos musicales están entre los objetos más antiguos diseñados por el hombre; hay hallazgos por ejemplo, de flautas de 37 mil años de edad y probablemente aún más antiguas. Si comparamos esto con el proceso de lectura y escritura que no tiene más de 35 mil años, podremos hacernos una idea del significado que tiene la música en la evolución de la sociedad.
También los expertos nos señalan los efectos beneficiosos que ésta tiene sobre la salud: Los niños que estudian música, tienen mejores habilidades verbales, se vuelven más creativos; es capaz de disminuir la ansiedad y contrarrestar el estrés con todos sus efectos negativos; es un excelente apoyo para el alivio del dolor; ayuda a acelerar el proceso de recuperación de los enfermos; y está demostrado que quienes tienen educación musical, tienen mejor desarrollo escolar.
Además de todos estos beneficios que por sí sola proporciona la música, nosotras, como profesoras, queremos sumar el valor añadido de la formación integral del alumno.
Los padres que ya llevan varios años con nosotras conocen el porqué de la importancia de estos conciertos y la razón por la que cada año Susana y yo nos implicamos y esforzamos en que este acontecimiento vaya adelante a pesar del enorme trabajo extra que esto implica.
Pensamos que los niños que llegan a nuestras manos desde pequeños , son un material maravilloso para crear futuras personas capaces de almacenar conocimientos y sobre todo capaces de ser lo suficientemente fuertes para hacer frente a la adversidades de la vida.
Y ahí es donde entra nuestra idea de educación integral. Primero les suministramos los conocimientos y luego, periódicamente, los forzamos a enfrentarse a sus nervios y a sus propios miedos con la certeza de que el día de mañana esto habrá sido un entrenamiento de incalculable valor para hacerlos individuos capaces de dominar situaciones conflictivas y estresantes, lo que les hará afrontar la vida con mayor seguridad.
Por supuesto, en los entrenamientos de cualquier tipo hay intentos fallidos y ya que nuestro niños no son concertistas profesionales, seremos muy comprensivos con los errores pues ellos han trabajado intensamente para su actuación de hoy y cualquier traspiés será para ellos una decepción que habrán de superar frente a todo un público. ¡Pero de eso se trata!»
Mónica Wetz Lozano.
Profesora de Piano
Ingeniería Integral,S.A. y Delta España, S.A.
Arquitecto técnico en Mwetzconsultores, S.L. Presidenta.