Decía Marcel Proust:
“El único verdadero viaje de descubrimiento consiste no en buscar nuevos paisajes, sino en mirar con nuevos ojos”.
Decía Laurens Van der Post:
“El hombre moderno ha perdido el sentido de la maravilla sobre lo desconocido y lo trata como un enemigo”.
Entre Proust y Van der Post iremos engarzando esta nueva mirada hacia nuestro futuro, lo que viene, el bienvenido 2021.
Pensando en el encargo de escribir de alguna manera un mensaje, un sentimiento, una reflexión sobre lo vivido y lo que dilucidamos podríamos vivir a futuro, quiero decirles, qué ni Merlin, el Mago de Oz, Alicia en el país de las Maravillas, o Aladino con su lámpara, podrían venir hoy, a traerme el entramado intelectual para diseñar una construcción lingüística que pudiera sostener esta mirada futurista, renancentista, cuya imagen principal de “ave Fenix” -resurgir de las cenizas-, tenía además otra virtud, sus lágrimas eran curativas.
En este devenir, vamos resurgiendo, sanando, curándonos… porque de eso se trata este relato, de la posibilidad que tenemos los seres humanos de renacer. Y no es sólo una acumulación de ideas generales y buenos deseos navideños y la posible inconsciencia desde donde a veces decimos: ¡Happy New Year!. Una frase que sale casi sin sentido, como por obra de gracia, pero necesaria para crearnos ambientes de buenas intenciones.
No nos queda otra opción que quemar las naves, decía Julio César, a nosotros nos nos queda otra opción que comenzar a sentir y diseñar nuevas miradas -como Proust- o de maravillarnos por estar vivos, que no es poco.
Nos automatizamos, nos programamos y nos programaron, decimos sin decir, pensamos sin pensar, hacemos sin hacer…. En ese sin sentido, nos desplomamos y en ese instante, nace nuestro Fenix.
Nuestro Fenix actual se llama innovación emocional, y aquí entramos en la ontología del lenguaje, en su fortaleza del decir, en su poder curativo y transformador.
Innovación -crear algo nuevo- , emocional -en el sentir-.
No nos queda otra opción que quemar las naves, decía Julio César, a nosotros nos nos queda otra opción que comenzar a sentir y diseñar nuevas miradas -como Proust- o de maravillarnos por estar vivos, que no es poco.
Y para no entrar en detalles ya archiconocidos de lo sucedido en nuestro 2020, iré directamente al aprendizaje de lo vivido: se llama «Conciencia de Finitud», tenemos fecha de vencimiento.
¿Y cómo se hace?
Comúnmente me preguntan: ¿y cómo se hace? ¿Cómo se hace para darnos cuenta, para hacer consciente lo inconsciente, para despertar, para cambiar de hábitos, para pensar en positivo para tener nuevas ideas … para innovar emocionalmente?.
Una de las maneras de hacerlo es con el lenguaje, nuestra mayor herramienta como humanos.
Y además, conversando distinto, cambiando nuestro enfoque, resignificando lo vivido, pensando con el cerebro funcional -como dice el libro de La Alegoría de la Verdad-, dando otra interpretación, pero sobre todo y principalmente es un tema de cuadrantes. Depende del cuadrante en el que te pares, será el observador en el que te transformes.
Si te paras en el cuadrante del ego y el resentimiento, tendrás una emoción, sí te paras en el cuadrante de la humildad y la aceptación, tendrás otra emoción, y para sentirte meramente «Innovador», tendrás que pensar distinto, creativamente, no se pueden resolver desafíos nuevos con pensamientos viejos .
Por todo ello, agregar solo un punto más en este escenario 2021, agradecer y confiar, confiar en el curso de la vida y también en la espera de los procesos.
¡Innova, piensa distinto, agradece, confía y cree, primero en ti y luego en la magia de la vida!
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