El Festival de Málaga acaba de cumplir un cuarto de siglo con una edición donde volvió a brillar la presencia de jóvenes directoras y el calor y apoyo de una ciudad volcada con su certamen. Los pre-estrenos de series se consolidan como uno de los atractivos de esta muestra de cine que además ha incorporado este año una sección con estrenos de películas internacionales. Seleccionamos, de todo lo que hemos visto, nuestros cinco títulos favoritos.
Cinco lobitos
Fue la gran ganadora del Festival. Además de la Biznaga de Oro a la mejor película ganó el premio a la mejor dirección –para Alauda Ruiz de Azúa- premio al mejor guión y premio exaequo a las actrices Susi Sánchez y Laia Costa. La película es una certera radiografía de las dificultades de la maternidad primeriza pero también del valor que esta maternidad supone. A pesar de que la película subraye con excesivo énfasis las diferencias generacionales o la dispar –y a veces ardua- complementariedad entre hombres y mujeres, el balance es una película con un discurso equilibrado, magníficas interpretaciones y una certera observación de la psicología humana.
Alcarrás
La joven cineasta catalana Carla Simón es una vieja conocida del Festival. En el año 1997 ganó la Biznaga de Oro por su primera película, la notable Verano de 1993, una cinta autobiográfica que era toda una lección de cine y humanismo sobre el proceso de duelo de una niña.
Hace solo unas semanas, Simón hacía historia al ganar el Oso de Oro a la mejor película en el Festival de Berlín por Alcarrás, la conmovedora historia de una familia de agricultores que ven peligrar su modo de vida cuando pierden sus tierras. Alcarrás pudo verse por primera vez en España en el marco del Festival, en sección oficial fuera de concurso, y fue uno de los puntos fuertes del Festival.
Estamos ante una cinta de una sensibilidad cinematográfica muy por encima de la media. Desde su escena inicial –de la que se podrían escribir varias tesis doctorales- Simón nos adentra en una galería de personajes de gran riqueza interpretados por actores no profesionales que hablan muy poco y expresan todo con gestos y miradas. Que de eso se trata el cine.
800 metros
En el Festival se presentó esta serie de Netflix que revive el atentado terrorista en Las Ramblas de Barcelona. 800 metros son los que recorrió en su carrera asesina la furgoneta que se abalanzó sobre la multitud que paseaba despreocupada por esta importante avenida un caluroso 17 de agosto de 2017. La docuserie consta de tres capítulos y está dirigida por León Siminiani, un cineasta español formado en Columbia, que demostró su buena mano para el documental en El caso Asunta.
Lo mejor de 800 metros es su elaborada documentación que permite acercarse a algunos aspectos muy poco conocidos de la investigación policial y conocer de cerca el contexto de las víctimas pero también de los terroristas, unos jóvenes ultra-radicalizados que, sin embargo, convivían como uno más entre sus vecinos de la comarca de Ripoll.
Un nuevo mundo
En la sección Premiere internacional se estrenó este thriller francés –mitad jurídico, mitad laboral- que cuenta la historia de un hombre que, en la cúspide de su vida profesional, tendrá que enfrentarse a un difícil dilema ético mientras ve cómo su vida personal y familiar se desintegra. Protagonizada por un solvente Vicent Lindon, la película es un ejemplar ejercicio de esa clase de cine que aporta diálogo y pensamiento. Una de esas películas que merecen una buena conversación cuando terminan los títulos de crédito.
La maniobra de la tortuga
Un crimen que nadie parece interesado en resolver, un padre destrozado por la pena y la culpa y una joven mujer víctima de maltrato. Con este triángulo, Juan Miguel Castillo construye un interesante thriller policiaco que sabe combinar bien los elementos clásicos del suspense propio del género con una reflexión sobre cuestiones como la paternidad, la honestidad profesional o las consecuencias de la violencia de género. Las magníficas interpretaciones de Natalia de Molina y del francés Fred Adenis son determinantes para que la historia funcione con eficacia, e incluso para que olvidemos un malogrado final que no tira por tierra el resultado, pero lo ensombrece.
¿Qué te pareció este artículo? Deja tu opinión: