Lluís Durán Rodríguez, tiene 47 años y es psicoterapeuta emocional especializado en TOC (trastorno obsesivo compulsivo) y demás trastornos de conducta. Es, además, experto en psico-traumatología (reparación del apego, traumas y otros efectos del estrés postraumático). Durán Rodríguez es autor del libro “El poder de sentirme sentido” y conferenciante sobre el impacto del apego en la salud mental. Asegura estar enfocado en la pronta publicación de otros libros y el trabajo en proyectos relacionados con la salud mental y su prevención desde un nuevo paradigma. Revela que ante todo el apego está en el eje central.
Woman Essentia. ¿Por qué considera usted que se da tan poca importancia a la salud mental y emocional? No resulta tan accesible acudir a consulta psicológica o psiquiátrica como a la del médico de familia, ¿qué tendría que cambiar?
Lluís Durán: En primer lugar, considero importante marcar la diferencia entre salud mental y emocional. Una cosa es la gestión de las emociones y la otra, el sufrimiento que puede sentir cualquier afectado por un trastorno mental. Hay que dejar claro que, para mí, en la gran mayoría de trastornos mentales subyace un problema emocional en el que aparecen emociones que nos bloquean y llegan esas conductas problemáticas y disruptivas que causan un sufrimiento que no podemos cambiar y que nos lleva a entrar en bucle.
La salud mental y la emocional
Se les da poca importancia a ambas porque no es algo que pueda vincularse al día a día, no se habla de ello en la calle y siempre se ha ocultado. En el pasado, hablar de eso y asumir ese sufrimiento suponía ser tachado de loco con lo que ello conllevaba. Y en la actualidad, va muy marcado a la importancia que se le da el éxito. Suelen obviarse los fracasos o asuntos menos agradables. Poner esto sobre la mesa, nos permitiría a muchos, sentirnos conectados por problemas comunes.
No es lo mismo acudir a un psicólogo o psiquiatra que al médico de familia porque se tratan cosas muy distintas. Mucha gente que sufre en niveles muy elevados no tiene posibilidades económicas para acceder a una consulta y es que suele ser de pago. Debería, también, conocerse el punto de vista de un especialista y el del paciente, ya que, en ocasiones, no se logra una buena conexión entre ambos.
WE.-Como refiere usted en su libro, “El poder de sentirme sentido”, suele costarnos pedir ayuda. Nos da miedo, nos hace sentirnos vulnerables e insignificantes. ¿A qué ha temido Lluís Durán de niño? ¿Qué le hacía sentirse desamparado?
Lluís Durán: El que nos cueste solicitar ayuda va ligado a que no nos han enseñado o no nos han preparado a mostrarnos para que el resto de personas puedan ver nuestras partes vulnerables porque eso acrecentaría nuestro miedo y sufrimiento al no sentirnos comprendidos.
Lluís Durán y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) que padece
De pequeño he temido a todo. Siempre me recuerdo acompañado de una sensación de inseguridad constante, desamparado y sin sensación de control. Esto puede ir relacionado al tipo de apego, si se ha tenido un trauma, asociado esto a un tipo de desregulación del sistema emocional primario, que funciona de forma inconsciente. Estar encerrado en mi habitación se convertía en mi zona de confort. Ahí me sentía menos inseguro.
WE.-Usted tiene TOC con TAG (trastorno de la ansiedad generalizada). Pero, en suma, se refiere al TOC “de amores”. ¿Puede explicarnos en qué consiste?
Lluís Durán: Con 18 años me diagnosticaron TOC CON TAG. El TOC “de amores” lo descubrí hace poco tiempo cuando investigando sobre el trastorno comprobé el abanico que se ha abierto al respecto y las consiguientes etiquetas. El TOC “de amores” es un TOC puro donde la compulsión no es visible, ocurre a nivel mental y tiene que haber una re-aseguración o buscar constantemente una sensación que no aparece. Viene por la inseguridad en esa relación: no tienes claro si estás enamorado o no, si es real, si puede cambiar, si pueden gustarte personas distintas… Una parte tuya está convencida y otra interna e inconsciente, la llamada «boicoteadora», está mandándote señales sobre que no es real. Necesitas constataciones constantes de lo que sientes. Es difícil detenerte y desconectar. No logras aliviar esa ansiedad.
La falta del primer apego
WE.-¿Puede hablarnos de las fobias y compulsiones que ha sufrido a lo largo de los años? Usted explica una falta de apego al estar separado de su madre en una incubadora. ¿Tuvo la falta de ese primer apego algo que ver en esos hechos?
Lluís Durán: En la primera relación de pareja puedo mencionar el TOC “de amores”. A partir de ahí, aparece la obsesión de terminar con todo. Tuve obsesiones de hacer daño a otros y a mí mismo. No existía compulsión que me hiciese sentirme seguro. Respecto a esto, existe un bajo índice de recuperación y racionalmente es difícil de gestionar.
Estuve en incubadora y ahí fue donde mi apego se vio influenciado. Fue un trauma de abandono y quedó marcado en mí. Esto produjo una parte disociada que necesitaba estar sola. Se instauró un apego inseguro porque esa relación no se inició de la forma adecuada. El trauma estaba ahí desde el principio y me ha acompañado toda mi vida. Desarrollar un apego inseguro de pequeño es la semilla de desarrollar la mayoría de trastornos mentales para mí emocionales, que cada vez debutan más pronto, en la adolescencia, sobre todo.
El poder de sentirme sentido
WE.-En el libro se habla de un apego no seguro. Expone claramente que el apego lo es todo y la falta de él lleva a un sentimiento de pérdida y angustia, ¿qué puede añadir al respecto?
Lluís Durán: El primer año de vida o fase prenatal se ha demostrado que el hemisferio derecho es más emocional y está más desarrollado que el izquierdo o parte racional. Posteriormente, puede equilibrarse y a partir del izquierdo, puede llevarse un control o forma de proceder que consiga ayudar a gestionar lo que sucede en el derecho.
El apego lo marca todo y no deja de ser lo que se instala en el inconsciente como mecanismo automático primario incontrolable. Es lo que hemos sentido desde pequeños.
Las experiencias posteriores vienen marcadas por cómo nos sentimos o hemos interiorizado tan pequeños lo que somos, creemos ser o cómo nos hicieron sentir. Tras ello, es la semilla que ante un problema o episodio de la vida normal unos podrán sentirse seguros y recuperarse y otros no, pudiendo aparecer en cualquier momento la sensación de angustia y abandono.
Arropo al hijo a lo largo de su vida
WE.-Recientemente escuché en una conferencia del pediatra Carlos González, contrario a Estivill, que, si a un bebé o niño se le negaba la asistencia y el arropo, no se podía esperar que contase con sus padres de adolescente, ¿está usted de acuerdo?
Lluís Durán: Totalmente de acuerdo con lo que puede decir el pediatra. Para mí es una eminencia a la q tendrían que dar mucha más cabida y altavoz que la que se dio en su momento al doctor Estivill haciéndole publicidad gratuita y creando a gente traumatizada.
Si a un niño lo dejas llorar y le niegas la asistencia y el arropo en el momento en que te lo pide, siendo esa su forma de comunicarse, normal que ahí se instale un trauma. Se produce la ruptura del apego. Llegada la noche, lo creado por durante el día, se tira a la basura y se crea una herida de abandono. Con eso de fondo, es casi imposible desarrollar en la adolescencia, donde todo se magnifica, seguridad y confianza en las personas que no estuvieron cuando las necesitaste.
Con esa ruptura es complicado que luego tengan esa capacidad de comunicarse cuando las emociones son desagradables y te hacen sentir altamente desprotegido.
Sería importante fomentar el apego seguro en los niños y recién nacido y hablar más de ello.
Mucha gente, incluso Estivill, creo que tendrán que pedir perdón. Las consultas psicológicas de quienes se lo pueden permitir están llenas de adolescentes, incluso de menor edad, con heridas por ese trauma.
Valentía en aquellos con problemas de salud mental
WE.-Pasamos una época, afortunadamente, donde se le da mayor importancia a las enfermedades mentales y la salud mental. ¿Qué recomendaciones daría a las personas que sufren en silencio?
Lluís Durán: Como recomendación general no. Cada uno vive el sufrimiento a su manera y tiene una historia de vida distinta. Me gustaría modificar esa creencia de que quienes sufren un problema de salud mental son personas débiles. Realmente son mucho más valientes que quienes han tenido un apego seguro y se pueden desarrollar con normalidad en la vida. Es de valientes despertarse y levantarse si desde que te levantas sufres. Desearía que esa gente supiese lo valientes y fuertes que son y trasmitirles cómo el apego y la parte emocional han influido en todo. Ellos no son culpables de nada. Se da mucha importancia a la actitud y parece que todo depende de nosotros. Estamos atrapados y sufriendo constantemente y seguimos pese al esfuerzo que nos supone.
WE.-Usted habla con mucho amor de su mujer. ¿Es importante tener a alguien al lado que te valore y sea un soporte para avanzar?
Lluís Durán: Al venir de una herida de abandono, establecer un vínculo era algo peligroso. Mi parte presente me salvó muchas veces. Vivir y sentir ese amor incondicional merece la pena y nos mantiene en la búsqueda por sentirnos mejor. Nos conecta con nuestra mejor versión.
¿Qué supone sentirse sentido?
WE.-¿Cómo afecta el estado emocional de los padres en la crianza de los hijos? Y a la hora de gestionar las emociones, ¿puede un hijo sentirse libre si no se siente sentido y amado?
Lluís Durán: Es el gran marcador en la crianza de los hijos. Dicen estudios, que conociendo el apego que tuvieron los padres en su infancia se puede adivinar prácticamente al 90% el tipo de apego que tendrán con sus hijos. Está claro que cuando uno es padre revive la forma en la que fue tratado o como se sintió siendo niño; resulta algo primario e innato. Por mucho que intentemos ponernos parches o usar herramientas, el cómo nos hicieron sentir o cómo nos sentimos nosotros, define la forma en que haremos sentir a nuestros hijos. Hablando de esto, muchos padres pueden trabajarlo antes. Un hijo jamás podrá sentirse libre si no se ha sentido amado porque bebe de una inseguridad constante y no tiene la certeza de la seguridad.
WE.-Algunas escuelas dan mucho valor a la educación emocional. Algunas trabajan para que se implante en ciclos superiores y no solo en etapas de Infantil y Primaria. ¿Y si las familias de esos niños no la practican en casa?
Lluís Durán: Que se imparta en Primaria o Secundaria permite que se ofrezcan recursos a los niños para que puedan poner palabras a cómo se sienten. No obstante, lo que está de fondo o los bloqueos que pueden aparecer a nivel inconsciente vienen delimitados por esas heridas o el primer apego que mantienen con sus padres. La única forma de cambiar ese sustrato emocional es trabajar primero los padres. Es difícil el discurso porque pretendes que los padres se hagan responsables de algo que normalmente no quieren; no se han hecho primero cargo de sus propias heridas.
El vínculo con los hijos
WE.-Tiene hijos: Martina de 11 años y Pau de 9. ¿Cómo ha trabajado el vínculo con sus hijos y qué valores considera que son esenciales enseñarles desde muy pequeños?
Lluís Durán: Tengo hijos y desgraciadamente, descubrí la terapia emocional cuando ya habían nacido. Descubrí cosas que los niños me hacían sentir y me demostraron que debía seguir buscando porque no podía estar con ellos en mis mejores condiciones. Creo que debo trabajar en la reparación del apego. Mis partes infantiles internas se sienten conmigo y estoy empezando a trabajar desde mí hacia ellos y en cómo sus estructuras infantiles no se sintieron bien conmigo de pequeños. Mis hijos todavía no son adolescentes y tengo margen para hacerlo; es el mejor momento. La terapia emocional es altamente efectiva. Por fortuna, comienzan a aparecer investigaciones y se puede producir un vuelco a cómo se ha enfocado toda a una psicología tan conductual, dejando la emoción en segundo plano.
WE.-¿Qué significa para usted su mujer tras convertirse en madre?
Lluís Durán: Ya la consideraba mi ángel de la guarda y ahora lo es tres veces más. Con ella mis hijos han podido sentirse seguros y establecer ese sustrato emocional cargado de seguridad, optimismo, de un autoconcepto fuerte y positivo. Para mí es esencial, porque los recursos que encuentran mis hijos por haber tenido el vínculo y apego seguro con ella es el mejor regalo que se nos ha hecho.
Ayuda sin juicios
WE.-Natalia Sanchidrián, colaboradora en su libro y autora de varios de liberación emocional, es una mujer de fuertes valores y una luchadora. ¿Qué destacaría usted de ella? ¿Se ayudaron mutuamente?
Lluís Durán: Tuvimos una conexión muy directa e importante porque presentamos heridas parecidas y un bagaje emocional cargado de inseguridad. Conectamos desde un lugar vulnerable y el trabajo fue mucho más fácil. Nos sentimos sentidos el uno con el otro, seguros y eso resultó ser una gran ayuda. Ella tiene gran capacidad de escucha y de no poner juicios. Con otra persona me hubiese resultado más difícil abrirme. Me gustaría que también mi libro fuese un regalo para mucha gente.
WE.-¿Cómo evolucionó la relación con su madre y qué destacaría de ella?
Lluís Durán: La relación siempre ha estado marcada por esa sensación de inseguridad que yo ya tenía innata, que casualmente también es una sensación de inseguridad innata en ella. Mi madre no me podía ofrecer un apego seguro. Ella vivió una guerra; fue refugiada. Creció fuera de su familia, sin referentes. Entiendo que ella no me pudiese dar esa seguridad, aunque sí me sentí profundamente amado. Nuestra relación ha sido normal, pero no es muy estrecha. No he llegado a sentir la sensación de protección. Agradezco a mis padres lo que han hecho por mí, pero no me he sentido “sentido”.
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