La crianza y educación de los hijos supone dedicación y esfuerzo diarios por parte de los progenitores. Añadido a esto, los padres no pueden desatender sus ocupaciones laborales con el consiguiente estrés y la autoexigencia por erigirse como los mejores padres. Siete de cada diez padres españoles descubren sentirse agotados y presionados, según el próximo estudio, en cuanto a la búsqueda de perfección en la paternidad/maternidad. El concepto que se trata se denomina “burnout parental” o cansancio o desgaste por el cuidado de los hijos, concepto surgido en 1980 que ha cogido más fuerza con los años.
Según un reciente estudio realizado a 600 familias por la app de contenidos en inglés para niños Lingokids, el 72% de los padres sufren estrés laboral y ese estrés, en el 46% de los consultados, les hace ver afectada su vida familiar.
A los padres también les preocupa cómo equilibrar el tiempo de trabajo y crianza de los hijos. De la investigación, a mayores, se rescata que ocho de cada diez padres se sienten culpables por no dedicar el tiempo necesario a sus hijos. Por otro lado, se sienten frustrados por no tener tiempo para sí mismos.
Las personas encuestadas, sitúan en primer lugar el agotamiento mental (43% de los consultados), continuando con el agotamiento físico (36%), el estrés (33%), dormir mal por las noches (20%), la ansiedad (19%) y el mal humor o irritabilidad (17%). Los consultados refieren reducir su estrés en actividades fuera de casa los fines de semana; la más elegida es salir a caminar o a correr (40%).
“Burnout parental” en la dificultad de compaginar la parte profesional y la crianza
Rhona Anne Dick, educadora y directora de Experiencia de Aprendizaje de Lingokids, asevera que los padres pueden percibir que sus hijos tienen miedo de pedirles cosas y están tristes o decaídos y junto con el estrés, se hablaría del “síndrome de desgaste en los padres” o “burnout parental”. “En algunas ocasiones, los padres afectados por este síndrome no son capaces de atender debidamente a sus hijos o en circunstancias más extremas, incluso pueden llegar a hablarles o tratarles mal. Llegados a este punto, lo principal es pedir ayuda a un profesional”, indica Dick.
Para la experta resulta contraproducente la autocrítica al no alcanzar la perfección como padres y asegura que hay que buscar el equilibrio entre trabajo, crianza, ocio…, para disfrutar de los niños.
Irene Pascual, neuropsicóloga, psicóloga sanitaria y doctoranda en neurociencia, refiere que en la actualidad resulta muy complicado compaginar el ámbito profesional con el familiar y considera “peligroso” el que se piense que el padre/madre ha de ocupar todo su tiempo disponible al niño “invalidando sus propios intereses y emociones”. De ello puede surgir el desgaste en los progenitores o “burnout parental”.
La directora de Cirebrum. asume que consiguiendo el padre/madre satisfacer sus intereses personales sentirán una sensación de bienestar y equilibrio. Sin cubrir sus necesidades les llegará la decepción y frustración, pudiendo esta última interferir en la relación paterno-filial y deteriorarla.
“Para un niño lo más valioso es invertir tiempo con sus padres. Cuando los niños sienten que sus padres no están todo lo presentes que ellos querrían, puede suceder que intenten llamar la atención con conductas disruptivas que garanticen el foco atencional que no tienen, esto es, me porto mal y así me haces caso”, argumenta la profesional.
Ofrecer los padres tiempo de calidad a los niños
Los niños perciben la situación y el sufrimiento de sus padres. «Si no se les explica qué ocurre, intentarán dar una explicación, pudiendo no coincidir con la que viven los adultos. Por lo cual, resultaría conveniente dar una breve explicación para que puedan comprender y así ayudarlos a regularse”, declara Pascual.
“La culpa afecta mucho a los padres”, conviene, Ana Sierra, psicóloga, sexóloga, escritora y comunicadora. Para la experta aparece en los dos géneros, con diferencias. “La culpa hace que nos apaguemos por dentro, que se pierdan sueños e ilusiones en todas las áreas de la vida. Nos sentimos culpables por no dar el cien por cien con el trabajo y con los hijos. Suele estar más generalizado que la madre se haga cargo del hijo, como cuando se avisa desde el colegio por un motivo inesperado. Frecuentemente, se da por hecho que el padre no puede ir y ni se pregunta. Los hombres, en general, también quieren corresponsabilizarse y la sociedad parece no dejarles, quedando en un lugar secundario”, manifiesta la profesional en terapia de pareja.
Muchas mujeres renuncian a sus puestos de trabajo frente a la maternidad
Sierra argumenta respecto al terreno laboral, que en un alto porcentaje son las mujeres quienes piden reducción de jornada o abandonan puestos de alta responsabilidad para implicarse en la crianza de los hijos. De ahí puede hablarse del “techo de cristal”, esto es, “la limitación velada del ascenso laboral de las personas dentro de las organizaciones”. Del estudio “El coste de la conciliación de 2022” de la Asociación Yo No Renuncio se extraen relevantes datos: “Concretamente, el 64% de las mujeres con hijos e hijas ha asumido algún coste laboral, ya sea reduciendo su jornada, cogiendo excedencia, rechazando empleos por sus horarios o abandonando el mercado laboral. Y el 57% de ellas ha asumido esta pérdida de ingresos para poder ejercer el trabajo doméstico familiar”.
En consultas de sexología y psicología de pareja, Sierra observa como existe cierta resistencia a aceptar la nueva realidad de la vida y no se cierran duelos. “También puede hablarse de duelo en cuanto a la vida anterior. Muchas de las mujeres de mi consulta se sienten culpables por ir apartando su faceta profesional”, expone la escritora.
Siendo la crianza el trabajo más duro no se valora socialmente. “Se ve a la persona que trabaja fuera de casa como que es quien mantiene a la familia por ganar dinero. Aunque, quienes están en casa lo hacen también de otro modo. Y los problemas de la pareja y con uno mismo vienen porque en la pareja uno de los dos ha de renunciar. En algunos casos sin poder seguir el ritmo laboral y de crianza has de hacer uso de colegios, actividades extraescolares y familiares como son los abuelos. El agotamiento y “burnout parental” son notorios”, asevera la psicóloga.
La importancia de tener tiempo para uno mismo
“El tener tiempo para uno es lo primero que se trabaja a nivel terapéutico porque es el drenaje y te reinicia. Asimismo, con los niños todo no es juego sino implicarse con otras facetas de la crianza”, apunta la profesional.
Estudios revelan el gran papel que juega la carga mental en todo esto. “Puedes estar en el trabajo y pensando a la vez en la compra, en qué hacer de comer, en llevar al niño a clases extraescolares… Y la carga mental no se ve y genera mucha ansiedad, el “burnout parental” y más con hijos”, sostiene la sexóloga.
Desde hace unos 10 años se habla de disciplina positiva. “Ahora se tiene más en cuenta el aspecto emocional de los niños y se respeta más su forma de ser. Cuando no actúas así temes hacerles daño y te genera desilusión”, soporta la experta en psicología afirmativa en diversidad sexual y de género. “Desde luego debemos asentar bases positivas, pero si algo falla no echarnos la culpa de todo. Cada hijo es diferente y es normal que existan fallos durante toda la vida. Hemos de relajar las exigencias externas. Debe existir mayor flexibilidad o la búsqueda de la perfección nos puede volver locos y llegar al desgaste del que se habla”, promulga la experta.
La autora de “Felices por la vida” (Kailas Editorial), con rutinas para reconstruir el bienestar, comenta que como padres hay que saber relativizar y no llevarse todo a la espalda. “En consulta ayudo a personas con las que no guardo implicación emocional. Con un hijo todo es mayor porque depende totalmente de ti. Y a mayor responsabilidad mayor decepción si algo no sale bien”, remata Sierra, quien ejerce docencia en posgrados y másteres universitarios.
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