Hace 53 años vivíamos acontecimientos convulsos, inquietantes y sobre todo se experimentó una intensa lucha entre dos bloques. Dos formas de entender la libertad, las oportunidades y la forma de intervención del Estado en las vidas de sus ciudadanos. Dos formas, podríamos decir, en varios aspectos antagonistas, diferentes y puede que enfrentadas. Desafortunadamente, el pueblo se ve avocado miserablemente a no (no elige con las elecciones) poder elegir y pertenecer a un sistema, del cual no se siente identificado, pero que no tiene la oportunidad de poder elegir en cual pretende participar y convivir. Sin embargo, la clave de las bondades de un sistema político requiere tener en sus bases alguna forma de libertad por parte de los ciudadanos de forma individual o bien colectiva. Sin la libertad necesaria el sistema es inválido y deja de ser funcional automáticamente.
Dentro de esa lucha subliminal, aunque palpable, no fue ajena la ciencia, mostrándose el poderío en los avances tecnológicos traducidos en la conquista del espacio. Dejando a un lado nuestro injustificado orgullo, más bien, habría que llamarlo la Conquista del Entorno Cercano del Espacio CECE. Porque hay que tener en cuenta, que como mucho hemos alcanzado nuestro satélite natural, situado a unos 380 mil kilómetros de nuestro hogar. Puede parecernos una gran distancia, pero comparado con la distancia hasta nuestra estrella de unos 149 millones de kilómetros o con los 6 mil millones de kilómetros del radio del Sistema Solar se convierte en una distancia cuanto menos ridícula, lo que supone escasamente el 0,006 % del tamaño del sistema solar.
Dentro de ese entorno sociopolítico, como una muestra de poder el 20 de julio de 1969 el Módulo Eagle, misión del Apolo 11, consiguió alunizar fuera de la Tierra con tres tripulantes a bordo. En un entorno hostil. Lo cierto, es que cualquier entorno fuera de la Tierra lo es. Y la Luna no es para menos. Con una tenue atmósfera carente de oxígeno, con variaciones de temperatura de más de 200 grados centígrados. La atracción gravitatoria provoca que los 70 Kg de peso se convierta en tan sólo 12 kg, así se siente uno más liviano. Pero también acarrea trastornos fisiológicos a medio y largo plazo. Inexistente campo magnético que nos proteja de la radiación cósmica.
Además de las condiciones extremas, que fuera de nuestro entorno terrenal lo son, hay que añadir que el módulo de descenso, con poco más de 12 metros cuadrados y unos dos mil kilos de peso, es decir del tamaño de un dormitorio principal, con un peso de poco más que un coche. Suficientes, para posarse sobre el Mar de la Tranquilidad, uno de los lugares elegidos por tener una superficie plana y limpia de escombros y piedras que hubieran dificultado aún más la misión.
Desde entonces la Carrera por el espacio no hizo nada más que comenzar con 6 misiones, dentro del programa Apolo, y 12 astronautas que pisaron la superficie lunar. La última ocasión fue el 11 de diciembre de 1972, con la peculiaridad que fue la ocasión donde se recorrió la mayor distancia sobre la superficie, y cuando se recogieron mayor cantidad de muestras rocosas. Desde entonces no hemos vuelto a salir de las órbitas cercanas alrededor de la Tierra.
Entre tanto, sin tripulación, hemos puesto en órbita alrededor de 12.000 satélites, de los cuales 8.000 están actualmente activos. Un centenar de misiones a la Luna. Más de una docena de misiones a Marte desde el 2001. Y ocho misiones a largo plazo dentro y fuera del Sistema Solar. Las sondas Voyager 1 y 2 ya están en el espacio interestelar, después de 40 años de un largo viaje.
El interés por la Luna ha retomado recientemente, como lugar de lanzadera para futuros viajes tripulados a Marte. Un proyecto que está emergiendo con fuerza después de que empresas privadas se estén involucrando en la conquista del espacio exterior. Cabe destacar SpaceX, que tiene como objetivo fundamental visitar y colonizar Marte, pero que ya ha mostrado una capacidad de resolución en los procesos aeronáuticos como en la optimización de los recursos materiales ofreciendo una disminución de las pérdidas de materiales en un 90%, consiguiendo cerrar un contrato de más de 1.600 de dólares con la NASA.
El objetivo está ahora en el planeta rojo. Situado en la distancia más corta a 59 millones de kilómetro de la Tierra. Con una atmósfera más tenue pero muy activa, rica en dióxido de carbono, nitrógeno y argón. La superficie es fría, desolado, rocoso y rojizo por el hierro oxidado, y presenta volcanes que están inactivos. Los días duran un poco más que el nuestro y sus años son casi el doble. Le acompaña dos satélites naturales: Fobos y Deimos.
Aún existen varias incógnitas sobre el planeta rojo, por ejemplo, si hubo vida con anterioridad. Investigaciones recientes advierten que hubo mares y océanos en el pasado y ahora el agua está congelada y en algunos minerales hidratados. No sé conoce aún la evolución que ha experimentado durante su vida geológica. Los cual, será posible cuando lo colonicemos y podamos trabajar sobre el terreno.
Los retos esenciales que se tienen que superar para conseguir la viabilidad del viaje, son tres:
- la capacidad de gestionar un asentamiento autosuficiente en un terreno hostil.
- Contar con la suficiente tecnología para poder estar viajando por el espacio durante casi dos años.
- Controlar las emociones, situaciones de riesgos, capacidad de reacción ante las dificultades que se presentarán en la tripulación y los futuros habitantes marcianos.
Viajar a Marte no es sencillo. Se convertiría en el mayor proyecto internacional que realizara la humanidad en su historia. Sin embargo, no está carente de riesgos y dificultades que se pudiera etiquetar como una hazaña inviable:
DIFICULTADES | INCONVENIENTES | SOLUCIONES |
Atmósfera hostil | Fundamentalmente la diferencia atmosférica radica en la ausencia de oxígeno. | Crear estructuras cerradas autosuficientes donde se genere oxígeno para su habitabilidad, además poder cultivar los alimentos. |
Radiación | Los pasajeros recibirán radiación cósmica durante un largo periodo de tiempo. | Tener trajes espaciales preparados para absorber la radiación cósmica. |
Menor gravedad | La estancia en Marte se supone a largo plazo. Aún no tenemos conocimientos de como afecta una reducción drástica de la gravedad en nuestro organismo. | Crear un protocolo de adaptación tanto para reducir la gravedad, como para el regreso a la Tierra. |
Duración del viaje | El viaje, en el mejor de los casos tiene una duración de 2 años. Sin gravedad (dependiendo del diseño), alimentación necesaria, producción de oxígeno y el mantenimiento de la temperatura | La dificultad mayor es la ausencia de la gravedad, lo cual implica desajustes orgánicos. Sin embargo, se puede hacer una sonda que esté en rotación simulando la aceleración gravitatoria. |
Financiación | Un proyecto de este nivel necesita una financiación bastante grande, aproximadamente de 400 mil millones de dólares. | Se necesita la colaboración entre empresas privadas y gubernamentales. Sin embargo, cuando consigamos colonizar Marte, se realizarán viajes comerciales que garantizarán en gran medida la amortización de la inversión. |
Entonces, de nuevo, nos hacemos la misma pregunta, ¿cuáles son las ventajas para afrontar un proyecto tan peligroso y con innumerables dificultades? Es necesario analizarlo detenidamente, para entender los beneficios:
- Es estrictamente necesario conquistar otros planetas y/o satélites que permitan la habitabilidad en un entorno hostil. Por encima de nuestras individuales tenemos un instinto de permanencia que permite conservar la especie. Hay que colonizar otros lugares para garantizar la continuidad y eludir la posibilidad de extinción, por los peligros que acucian nuestro planeta.
- Es posible, aunque no una garantía, se creará una conciencia global como sociedad. Tal vez, mayor unidad, empatía, humildad, mejor comprensión de nosotros.
- El desarrollo tecnológico necesario provocará un avance mayor. Tanto para garantizar la seguridad del trayecto como la estancia en Marte. Además, se generará un precedente de manera que podamos copiar el modelo y replicarlo en otros lugares.
- Aprenderemos una nueva perspectiva como especie. Mayor conocimiento de nosotros mismos de forma colectiva e individual. Mejor conocimiento tanto del Universo, de la Tierra y la evolución que ha experimentado Marte.
- Siendo más prácticos. Se trata de un nicho de mercado. Es decir, la idea es que habrá varias organizaciones que explotarán el viaje vacacional a Marte. Con un precio de poco más de 100.000 dólares el billete, minimizando los costes, es un negocio muy atractivo a medio y largo plazo.
Algún día, estaremos cenando mientras escuchamos el tema de Frank Sinatra “Fly me to the moon”. Con nuestras familias, amigos disfrutando de unas inusitadas vacaciones, hasta entonces. Fuera, el oscuro espacio, tachonado de miles de millones de estrellas, frío, austero pero iluminado por el centelleo de los sueños que albergan en el interior de un transbordador interplanetario.
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