Frente a la idea principal cabe resaltar que la cuestión radica del claro y reciente ejemplo, motivo de comentarios por parte de la gran mayoría de la sociedad a nivel privado y en prensa, de dos personas, dos hombres que con gran humildad se ofrecen gestos de afecto públicamente.
Los dos varones que recientemente han generado tanta expectación en medios de comunicación y redes sociales por sus muestras de cariño y la gran humildad de ambos en la despedida de uno de ellos, son Rafa Nadal y Roger Federer. Ambos son figuras consideradas casi sobrehumanas en el ámbito del deporte y la popularidad.
Hemos podido ser testigos de escenas con tiernos gestos, especialmente en una maravillosa imagen que ambos protagonizan, en la que se agarran las manos en señal de entendimiento mutuo. Desde las redes sociales se han señalado e intuyen esos momentos como una apetecible ruptura en esta época, de ideas y conductas que pueden perjudicar al hombre porque no se ajustan a la realidad. Y no solo eso: se ve a dos hombres que perfuman su rivalidad deportiva con una exquisita modestia y agradecimiento mutuo.
El día del evento, era ‘el día’ para ambos puesto que los dos tenían los sentimientos a flor de piel debido a temas que mueven sus vidas personales y privadas. Y ahí se apartaba un poco la parcela profesional que desde luego ha sido la que los ha llevado a tenerse cara a cara en muchas ocasiones, sintiéndose contrincantes sin piedad, a la vez que compañeros de camino como demuestran las imágenes. Y es que la grandeza sabe reconocer a la grandeza.
Dos grandes referentes a nivel mundial
Federer y Nadal son ídolos de muchos y grandes referentes del mundo del deporte a nivel mundial, y esto hace que su caso no pase desapercibido por nadie. El peso que tienen en el mundo del tenis y del deporte en general no es equiparable al de otros profesionales hombres o mujeres. “Nadal es considerado el mejor tenista del mundo, aparte de que es una persona que por su manera de ser se ha ganado el afecto del público. El que ambos puedan manifestar esa sencillez y esos gestos tan conmovedores rompe un poco con esa imagen o ideas más frecuentes de los deportistas y los hombres”, aclara Mercedes Bermejo, vocal del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.
Desde siempre se ha considerado a la mujer más sensible o más capaz de mostrar sus emociones y es algo que nunca se le ha censurado, sino que se ve totalmente normal y natural.
De la representación descrita se han ofrecido muchas críticas positivas y de avance respecto a lo que puede y debe ser para generaciones futuras, por el hecho de no ponerse filtros, admitir la grandiosidad del otro y ser honesto con uno mismo. A todos nos ha gustado sentir a través de la pantalla escenas tan significativas y cargadas de sentimiento. “Existe una tendencia tradicional a creer que los varones no pueden llorar o admirar a otro por sus capacidades, o no deben exponer sus sentimientos porque generalmente son los fuertes a nivel físico y emocional. Poder ser testigos de una expresión emocional, de una declaración de admiración conjunta entre dos hombres considerados muy “machos/guerreros” es una muestra de una deconstrucción de los que frecuentemente puede entenderse como masculinidad”, refiere la psicóloga.
Gestos de afecto y respeto pese a ser rivales
La experta afirma que son actitudes muy sanas por parte de dos hombres muy valorados. Personas tan bien consideradas también tienen sus sentimientos y pueden y se ven libres de mostrarlo en público sin que eso afecte para nada a su fortaleza o su agresividad sanamente hablando en el terreno de juego.
Dos personas que han sido rivales durante muchos años y han luchado por el éxito individual y por derrotar al otro, se respetan y eso prima por encima de todo, algo que puede claramente extrapolarse a la vida de cualquier sujeto. Existe humildad y admiración y la admiración genera en dos personas, sean hombres o mujeres, afecto y consideración. “Es una muestra de una competitividad respetuosa tan necesaria en el deporte”, define Bermejo.
Existe admiración y la admiración genera en dos personas, sean hombres o mujeres, afecto y consideración.
Esta profesional apunta que se tiende a creer que el que un hombre se deje llevar por la tristeza o el llanto, que se alegre o emocione por otro, se asocia a la fragilidad, algo que se cae por su propio peso cuando los ejemplos llegan de personas con este perfil. “Es bonito que con personas así se normalicen gestos, algo muy sano y ejemplar para la sociedad y para que otros también lo hagan sin que sea visto como un seña de vulnerabilidad”, perfila Bermejo.
El pasado 10 de octubre, Día Mundial de la Salud Mental, se ha recordado la importancia de la expresión emocional. Desde el punto de vista afectivo debe verse la igualdad de todas las personas, sin matizar por cuestión de sexo. “La valentía radica en la expresión libre de los sentimientos y las emociones, algo muy sano para la salud mental”, sostiene la experta.
Una positiva convivencia
Este claro ejemplo resulta necesario hoy en día y existe cabida al respeto, la convivencia, el afecto y la generosidad sin dejar de ser válido en lo que uno hace. “Es preciso dar mayor visibilidad a estos gestos en el mundo del deporte que se asocia tanto al enfrentamiento, pero puede aplicarse a cualquier otro campo”, subraya Mercedes Bermejo.
Para Claudia Portillo Martínez , psicóloga general sanitaria, el que estos gestos sean públicos y vengan de gente con un perfil tan elevado y tan admirados, supone un gran ejemplo para quienes les siguen que son muchos, niños, jóvenes y adultos.
Quienes vean, no solo a esos deportistas, sino a más personas en el ámbito público y social dar muestras de afecto y respeto a quienes tengan enfrente sin pudor alguno y comprueben que no se les reprobará, representará una liberación. Seguramente servirá para que otros también lo lleven a cabo sin miramientos y exista una mejor convivencia.
El reconocimiento de la individualidad
Portillo Martínez afirma que desde casa es necesario aprender a identificar, expresar y regular las emociones para enseñar a los hijos a que lo hagan también. “Necesitamos crear un clima de seguridad y confianza en el que los menores puedan expresar lo que sienten sin ser juzgados, sean humildes y sepan respetar y alabar actitudes de otras personas de su entorno. Es importante aceptarles tal y como son, con sus gustos y rasgos personales sin hacer distinciones entre sexos”, asevera la experta.
E incide en que debe tenerse cuidado con el tipo de juegos, películas, libros o canciones que se consumen y tratar de elegir aquellos en los que se presentan personajes masculinos y femeninos igualitarios y flexibles. “Puede darse un debate cuando aparecen personajes con roles rígidos y dañinos para abrir un espacio de debate con los niños y ayudarles a cuestionarlo y reflexionar sobre ello”, concluye la psicóloga.
Es necesario como seres humanos avanzar juntos respetando y reconociendo la libertad y necesidades personales de cada uno.
Los seres humanos, sean hombres o mujeres deben y necesitan ser quienes son, sin reprimir sus emociones, porque no son superhéroes o superheroínas que se dibujan en cómics y protagonizan populares series de ficción.
Llorar o expresar y exponer los sentimientos ayuda a que otros sepan qué ocurre y puedan ayudar, del mismo modo, que se libera una sensación de angustia y ahogo. Hemos rescatado muchas ideas positivas, así que, ¿por qué reprimir algo tan beneficioso y natural? y ¿por qué no ensalzar de un modo sincero aquello que otro hace bien?
Albergar miedo por ser juzgado por algo, váyase a saber por qué…, debe ser algo horrible para cualquier persona.
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