¿Cuál es tu modelo de liderazgo? ¿Utilizas diferentes modelos de liderazgo según la situación, el momento, el equipo…?
Para Harold Koontz el liderazgo es: “El arte o proceso de influir en las personas para que se esfuercen entusiasta y voluntariamente en el cumplimiento de metas grupales.”
Warren Blank habla de las 9 leyes en el liderazgo:
- Un líder tiene seguidores-aliados de buena voluntad.
- El liderazgo es una acción recíproca.
- El liderazgo sucede igual que si sucede un acontecimiento.
- Los líderes hacen uso de su influencia, incluso por encima de su autoridad formal.
- Los líderes actúan sobrepasando los límites de los procedimientos definidos por sus organizaciones.
- El liderazgo implica riesgo e incertidumbre.
- No todo el mundo seguirá la iniciativa de un líder.
- Conocimiento – la capacidad para procesar información – crea el liderazgo.
- El liderazgo es un proceso de autorreferenciar. Los líderes y los seguidores procesan la información, según un sistema de referencias subjetivas e internas.
Tomando de referencia los 4 diferentes modelos de liderazgo: Transaccional, Transformador, Trascendente y Emocional, hoy quisiera hablaros del modelo de liderazgo emocional.
Ya Aristóteles decía: cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.
Daniel Goleman en 1995 en su libro: Emotional Intelligence nos habla de la inteligencia emocional que consiste en:
1) Conocer las propias emociones:
El principio de Sócrates «conócete a ti mismo» se refiere a esta pieza clave de la inteligencia emocional: tener conciencia de las propias emociones; reconocer un sentimiento en el momento en que ocurre. Una incapacidad en este sentido nos deja a merced de las emociones incontroladas.
2) Manejar las emociones:
La habilidad para manejar los propios sentimientos a fin de que se expresen de forma apropiada se fundamenta en la toma de conciencia de las propias emociones. La habilidad para suavizar expresiones de ira, furia o irritabilidad es fundamental en las relaciones interpersonales.
3) Motivarse a sí mismo:
Una emoción tiende a impulsar hacia una acción. Por eso, emoción y motivación están íntimamente interrelacionados. Encaminar las emociones, y la motivación consecuente, hacia el logro de objetivos es esencial para prestar atención, automotivarse, enfocarse y realizar actividades creativas. Las personas que poseen estas habilidades tienden a ser más productivas y efectivas en las actividades que emprenden.
4) Reconocer las emociones de los demás:
Un don de gentes fundamental es la empatía, la cual se basa en el conocimiento de las propias emociones para comprender las del otro. La empatía es la base del altruismo. Las personas empáticas sintonizan mejor con las sutiles señales que indican lo que los demás necesitan o desean. Esto las hace apropiadas para las profesiones de la ayuda y servicios en sentido amplio (profesores, orientadores, pedagogos, psicólogos, psicopedagogos, médicos, abogados, expertos en ventas, etc.).
5) Establecer relaciones:
El arte de establecer buenas relaciones con los demás es, en gran medida, la habilidad de manejar las emociones de los demás. La competencia social y las habilidades que conlleva, son la base del liderazgo, popularidad y eficiencia interpersonal. Las personas que dominan estas habilidades sociales son capaces de interactuar de forma suave y efectiva con los demás.
Un claro ejemplo de alguien que ejerció el tipo de liderazgo emocionalmente inteligente fue: Goleman. Actualmente Vicente del Bosque, Simeone…
¿Qué lo caracteriza?
El liderazgo emocional es fundamental porque todas las personas actuamos por emociones y además éstas se contagian.
Desde la mirada externa:
Hay ya más de 10 años de datos que avalan la correlación directa que existe entre la inteligencia emocional de los líderes, en todos los niveles y cómo se desempeña la organización, sin importar el indicador. O lo que es lo mismo, el nivel de inteligencia emocional de los líderes afecta el desempeño de sus organizaciones.
El líder emocional es capaz de provocar las emociones en el otro para que repercuta positivamente en su bienestar y en su productividad, que esté más contento en su día a día, que pueda expresar sus emociones de manera equilibrada, etc.
Del liderazgo emocional se deriva el clima laboral y poder actuar sobre las emociones colectivas, ¿cómo quieres que se sienta tu equipo en su trabajo diario?
Goleman creía que es fundamental escucharnos a nosotros y a los demás, para entender y aprender de la experiencia.
Por este motivo, para ser un excelente y sobresaliente líder habrá que desarrollar los siguientes aspectos: escuchar primero a las personas, dejar que expresen lo que saben, sienten y piensan los miembros de su equipo, empatizar con las personas, motivar en función de las necesidades que requiera cada miembro del equipo, y luego, integrar todo. Si eres un buen gestor de las emociones y de la energía del equipo, serás un mejor líder.
Desde la mirada interna:
Tiene mucho que ver con nuestros sentidos, con lo que vemos, oímos, sentimos cuando estamos trabajando, y sobre todo, con cómo influir en eso que vemos, sentimos y oímos para estar mejor y dar lo mejor.
Es muy importante estar alerta de nuestras emociones y las que queremos generar en nuestro entorno, así como detectar qué ocurre a nuestro alrededor para ser facilitador del cambio. Para ello, es importante el observar, el escuchar y el sentir, en definitiva, parar y reflexionar sobre nuestras emociones.
¿Eso significa que no podemos tener días malos? No… Lo importante es saber gestionarlos con naturalidad.
Os comparto algunas claves a tener en cuenta para ser un mejor gestor de emociones:
- Ser más extrovertido.
- Mostrar tus emociones con más frecuencia y sin juzgarlas. No esperar a que estén en un nivel elevado de intensidad, detectarlas pronto, nombrarlas y expresarlas de forma más socialmente aceptable.
- Tener una actitud, postura e imagen abierta.
- Mejorar las interacciones personales, desarrollando las habilidades sociales.
- Mantener un tono constructivo y generar una conversación honesta.
- Mejorar tu habilidad para hablar en público.
- Ayudar a las personas que trabajan contigo a sentirse mejor.
¿Cuándo usar el Liderazgo emocional?
En 2miradas recomendamos utilizarlo siempre, ya que la insatisfacción de los colaboradores impacta directamente en la cuenta de resultados.
Como resumen, si cambiamos y aprendemos a cambiar nuestras emociones, podremos saber cómo ayudar a otros a que las cambien y recuperar el fluir diario de un entorno agradable.
Además de esto, es deseable que los líderes de las empresas aprendan a gestionar las emociones del grupo y de los equipos a su cargo. Y esto es cada día más importante. Tanto que existen formaciones para los líderes en las que se aprenden herramientas que les ayuden a llevar a cabo dicho liderazgo en su día a día.
A través del aprendizaje nos re-creamos a nosotros mismos, ampliamos nuestras competencias y nos capacitamos para hacer algo que antes no podíamos hacer y/o creamos diferentes posibilidades.