Este artículo surge desde mi preocupación y asombro por las noticias que tienen como protagonista la IA en su más amplio sentido de presencia.
El pasado 4 de abril, el periódico El Mundo publicó en su portada una fotografía en la que aparecían juntos, frente a las cámaras, Yolanda Díaz y Pablo Iglesias. La imagen tenía truco: era falsa y había sido generada por inteligencia artificial (IA). Así lo advertían con una etiqueta sobre ella y el propio titular del artículo. Era la primera vez que uno de los principales medios de comunicación en España ofrecía abiertamente una imagen falsa creada por algoritmos.
Ante esto, muchos periodistas nos preguntamos si se vulneran los principios del periodismo al crear contenido falso aunque se advierta al receptor.
De momento Google acepta la información generada a través de este método pero ha tomado medidas en el asunto, publicando en febrero unas nuevas guías a los creadores de contenido que empleen IA para evitar la propagación de información errónea y/o que contradiga el consenso sobre temas importantes.
Otro asunto: el avance del uso de las inteligencias artificiales para hacer música parece imparable. Los resultados que se logran nos impresionan y se superan en cada edición. Esta misma semana conocíamos que un grupo británico ha utilizado una IA para imitar el sonido de Oasis. Bajo el retorcido nombre de «AISIS», el grupo Breezer ha producido y publicado el álbum “The Lost Tapes”, conformado por ocho canciones compuestas por ellos mismos pero con el sonido de Oasis y por supuesto con la voz de Liam Gallagher generada a través de una inteligencia artificial.
A este producto musical lo describen como un «álbum conceptual de realidad alternativa». Y se da el caso de que los miembros de Breezer han explicado que la idea del proyecto les surgió porque están cansados de esperar a que los hermanos Gallagher se reconcilien. En el momento de escribir este texto no me consta que ninguno de los componentes de Oasis se haya pronunciado al respecto.
También comparto otro ejemplo interesante protagonizado por el fotógrafo alemán Boris Eldagsen que rechazó hace unos días el premio de fotografía Sony World Photography Awards, en la categoría Creativo, por haber creado la imagen ganadora con inteligencia artificial. Así lo publicó el propio artista en su página web. La imagen ganadora del premio se titula “Pseudoamnesia/The electrician”.
Eldagsen, desde el año 2000 se ha convertido en lo que él denomina un “artista fotomedia” dedicado a explorar las posibilidades de la inteligencia artificial generativa. El fotógrafo señala, en su comunicado de renuncia, que la presentó como una pequeña broma “para averiguar si los premios de fotografía están preparados para la inscripción de imágenes generadas con inteligencia artificial. Y no lo están”.
Una cuestión interesante es el hecho de que El propio Boris Eldagsen, así lo informa en su blog, había advertido de la circunstancia a los organizadores cuando le comunicaron que había ganado el premio. E insiste que es necesaria una “discusión abierta” sobre lo que se considera fotografía o no. El creador argumenta su renuncia al premio señalando que “las imágenes generadas por inteligencia artificial no deben competir entre ellas en un certamen como este. Son entidades diferentes. La IA no es fotografía”.
Y reservo para el final el caso de un joven que a través de un software y entrenando a ChatGPT ha sido capaz de «resucitar» a su abuela fallecida.
Los hechos ocurrieron el enero pasado y El South China Morning Post los publica este mes de abril: en Shanghái un joven de 24 años apellidado Wu, colgó en internet un vídeo con el audio de una conversación entre él y la versión en IA de su abuela fallecida, que murió en enero con 84 años. Wu explica que ha hecho esto porque estaban muy unidos, ya que ella fue la encargada de criarle cuando sus padres se separaron. Para crear este vídeo, Wu ha utilizado un software de imagen y fotos antiguas logrando una imagen dinámica de la anciana. Además, ha tenido que entrenar la IA para que imitase el tono de voz a través de grabaciones que tenía de su abuela. Wu también pasó tiempo hablando con el chatbot ChatGPT para alcanzar su objetivo: que la IA se comportara como su abuela.
Hasta el momento, afirma Wu, la IA solo es capaz de mantener conversaciones sencillas y cuando el diálogo es más complejo es incapaz de seguirle. Esta historia ha atraído la atención de millones de personas en las redes sociales de China con los usuarios divididos entre los que sí creen que esta hazaña es una forma de consuelo manteniendo viva a la persona fallecida y quienes piensan que es un error no enfrentarse a la realidad.
Yo, si me permiten opto por la segunda casilla. Y apoyo los comentarios de quienes opinan que debería dejar que su abuela descanse en paz y echarla de menos en su corazón.
Y que conste que pido el mismo respeto para los hermanos Gallagher. Es una pena que no se hayan reconciliado y no podamos disfrutar de Oasis pero también es una actitud prepotente y egocéntrica forzar temas marca “Oasis” cuando sus verdaderos protagonistas humanos no tienen la intención de hacerlo. El debate no ha hecho más que empezar, tanto a nivel económico y sobre todo ético. Creo que nadie estamos libres de ser recreados a través de IA, porque quien más o quien menos tenemos volcadas fotografías y audios en la red; tal vez alguien nos eche de menos o simplemente disponga de tiempo e intenciones varias para que nuestro yo virtual esté por ahí pululando hasta que nos enteremos. Lo dicho, nadie está libre.
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