Tres gitanos cantaban mientras golpeaban el yunque con sus martillos. Esta escena ocurrió en la Granada de 1868, en el Sacromonte. Pienso en esta España nuestra tan magnífica, peculiar e inigualable. Tanto, como que uno de esos tres gitanos resultó un hombre genial: el «Chorrojumo».
El gran salto cultural y con grandes frutos para la industria turística de España arrancó en el siglo XIX, dejando aparte la divulgación propia del mundo histórico y académico. Destinos como Ronda, Granada con su Alhambra, Sevilla llamaron la atención de extranjeros con dinero y ganas de aventuras, gracias a la literatura y a un emprendedor nada común.
El boom
El boom comenzó gracias a dos personajes: El escritor americano Washington Irving, quien viajó a Granada en el año 1829 y a un personaje tan peculiar como real apodado el “Chorrojumo” («Ronda, entre el mito romántico y la realidad”, Elvira Roca Barea).
Mariano Fernández Santiago, granadino del Sacromonte era de etnia gitana, nacido en 1824. Fue herrero de profesión. Ganaba poco con su trabajo y tenía que mantener una familia. Un hecho fortuito según se narra en el Blog “Rincones de Granada” describe cómo surgió el personaje creado por Mariano: “Chorrojumo (Chorro de humo)”.
“Su fama vino dada en gran medida gracias al célebre pintor Mariano Fortuny. En el viaje de novios que el artista hace a Granada, en 1868, junto a su esposa, en el Sacromonte queda encandilado al ver a tres gitanos cantar mientras golpeaban el yunque con sus martillos. Uno de ellos llamó su atención por su piel oscura y le pidió que posara con una vestimenta anacrónica, un traje de gitano goyesco. A este singular gitano le gustó tanto el disfraz que se autocalificó como el “rey de los gitanos”, y en este momento fue cuando nació el mito de Chorrojumo”.
Nació el mito, el genio y el empresario
Chorrojumo puso a la Alhambra y a España en un lugar preferente del turismo europeo y americano de la época. Es sabido que aristócratas ingleses, franceses y ricos americanos del siglo XIX pusieron de moda viajar a lugares considerados exóticos para ellos. Los viajes con intenciones arqueológicas a Egipto y Oriente, por ejemplo, o a lugares españoles como Ronda, Sevilla o Granada.
El segundo de los promotores culturales de la Alhambra, Washington Irving, resultó fundamental para entender el porqué de la predilección internacional por el conjunto monumental de la Alhambra de Granada.
Irving escribió “Cuentos de la Alhambra”, dentro de la denominada literatura folklórica europea y supuso un éxito sin precedentes.
Chorrojumo supo sacar un enorme partido a la obra de Irving. Se le ocurrió la idea de fabricar un tipo exótico. Primero comenzó cobrando por ser el modelo en las fotografías de los turistas.
Más adelante comenzó a imprimir postales con variopintas imágenes de “Chorrojumo” y del paisaje granadino. Descubrimos por tanto, a un genio y a un adelantado de su tiempo. Sus trajes iban variando, gitano, bandolero, con pompón en el gorro, los accesorios (inventados) aumentaban según observaba las preferencias o lo que más llamaba la atención del guiri.
Se convirtió en el bandolero por excelencia, un día aparecía con trabuco, otro con paños colgados a modo de capas, botas, polainas, pañuelos al cuello, etc.
Se hizo muy popular, llegó a ser portada de la famosa revista “Blanco y negro”, incluso la famosísima Concha Piquer en la copla “Manolo Reyes” incluyó a Chorrojumo como consejero sentimental. De esta forma podemos intuir la influencia de este genio gitano.
Un ingenioso emprendedor
Pero fue más allá, resultó un ingenioso emprendedor. Creó una industria, -hoy sería CEO de Marketing y publicidad-, experto en merchandising y sin duda, tazas, camisetas, gorras o mochilas con el retrato del Chorrojumo habrían llegado hasta la Coronación de Carlos III. Ganó mucho dinero e hizo ganarlo a otros.
Él sabía que había un nicho de mercado: vender la España exótica. Cabría considerar que quizá esa “España exótica y de leyenda” a largo plazo y culturalmente hablando, tras más de un siglo dejó de ser algo innovador y que en esas áreas andaluzas, aún se sigue viviendo… de las rentas, de esa impronta, quizá perjudicando el haber fomentado desarrollar más áreas, porque talento hay, recursos también ¡Pero! Lo fácil es el sector servicios, no lo olvidemos, el guiri es el guiri y lo de la España de los bandoleros de trabuco… aún aporta réditos.
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