En nuestros campos ya ha florecido el almendro. Curioso árbol. Te debo reconocer que me encanta esta época en la que, cuando vas por los campos españoles, sobre todo de la meseta castellana, los almendros ya han florecido, y pintan de blanco rosado un paisaje dormido aún, gris, neutro.
Hay un refrán español que siempre me ha hecho pensar mucho. Para mí es una de esas frases-tesoro, que hoy quiero regalarte: «Harto le cuesta al almendro, hacer primavera del invierno».
En un momento en que la tierra aún está latente, en que las temperaturas comienzan a subir, si, pero aún están muy bajas, en que las horas de luz siguen sin ser suficientes… surge el Almendro con su floración, apostando por la nueva vida, por la lucha y la belleza. Surge dando belleza a su alrededor, ofreciendo un espectáculo de grandeza… belleza que oculta el enorme esfuerzo que ha tenido que hacer su savia para lograr insuflar la vida renovadora.
A su alrededor las demás plantas aún están medio muertas, sin atreverse aún a sacar sus brotes. Con frio, con viento,… demasiado inhóspito aún para crecer. Y en medio de ellas, el Almendro florece. Y harto le cuesta, ¡¡pero no deja de hacerlo cada año!!
Conozco muchas personas-Almendro. Conozco también Empresas-Almendro. Personas y Empresas que saben florecer, dar belleza y esplendor aún en circunstancias adversas. Personas y Empresas que, aun cuando los demás están dormidos, sin atreverse a florecer, ellos ponen todo su esfuerzo, toda su savia, toda su sabia sabiduría para comenzar el proceso de dar fruto en la belleza.
En estos momentos de crisis, de adversidad, de dureza, momentos inhóspitos, surgen con más fuerza que nunca. Y mientras a su alrededor los demás se excusan en que el momento está difícil, que las cosas no van bien, que aún las temperaturas son bajas, que no sabemos si las cosas van a mejorar…. estos «Almendros» saben apostar por su lucha, y saben invertir en esfuerzo para apostar por su meta. Una meta que siempre es felicidad, que siempre es perdurar, que siempre es dar fruto.
Y te confieso una cosa. Soy una privilegiada por poder ejercer una de las profesiones más bonitas del mundo. El Coaching ayuda a la floración de esas Personas-Almendro, de esas Empresas-Almendro. Porque les capacita para salir de su zona de comodidad (zona incómoda de comodidad le llamo yo, porque estoy a gusto, pero no me gusta estar ahí) y les capacita para descubrir y usar sus recursos latentes, a veces dormidos, a veces no conocidos. Mediante el Coaching muchos de mis Coachees han descubierto su capacidad para florecer en momentos de dificultad. Han descubierto los recursos que tienen en su interior, su savia renovadora que les saca del invierno en el que estaban transitando.
Busquemos personas-almendro y contemplemos su belleza. Más aún, seamos Personas-Almendro, creemos empresas-Almendro. ¿Qué personas-Almendro conoces? ¿Qué haces tú para ser Almendro, para florecer y llenar de belleza tu entorno, aún en los momentos de dificultad?
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