Un equipo de científicos de la Stanford University School of Medicine (EUA) descubrió que la voz de la madre tiene un efecto calmante en sus hijos, puesto que los circuitos cerebrales subyacen a la percepción de la voz de la madre.
En el llamado «Experimento de la cara de póquer con un bebé», del prestigioso psicólogo del desarrollo Dr. Edward Tronick, se muestra a una madre charlando, sonriendo e interactuando con su bebé, pero de repente deja de hablar y mantiene el rostro inexpresivo, lo que hace que el bebé genere ansiedad, llore y grite con angustia, y al cabo de uno o dos minutos la madre le consuela de forma natural.
Por otro lado, un grupo de investigadores de la Universidad de Ginebra han demostrado recientemente también el impacto de la voz de su madre en los bebés prematuros, que sienten menos dolor durante los cuidados cuando su madre está presente y les habla. En este estudio, los médicos examinaron las distintas respuestas de dolor de los bebés en cuidados intensivos ante un procedimiento rutinario como es la extracción de gotas de sangre del pie, en tres momentos distintos: cuando la madre hablaba, cuando cantaba y cuando no estaba presente.
Los resultados mostraron que los niveles de dolor son más bajos cuando las madres están presentes y hablan, demostrando de forma científica que el contacto vocal materno precoz es un analgésico natural también.
Cuando una madre habla con su hijo eleva la oxitocina que produce afecto y bienestar, reduciendo así el cortisol, el cual provoca estrés y ansiedad. Es otra de las razones, además de muchas más, por las que es tan importante el apego al principio de nuestros días en la tierra.
La voz femenina tiene un poder especial, en concreto la de la madre sobre el hijo, así como la expresión de su rostro, como ponía de manifiesto el estudio realizado, cercanía que no podrá sustituir nadie según muestran los estudios.
Me venían a la mente las leyes recientemente aprobadas por el Estado Islámico, especialmente las relacionadas con la vestimenta y la voz de la mujer.
El artículo 13 de ley aprobada por el líder supremo y emir de los talibanes, Hibatullah Akhundzada, prohibirá el sonido de las voces femeninas en público, ya que considera la voz de como un «atributo íntimo» que no debe ser escuchado en público, prohibiendo así que canten, reciten, lean o hablen en voz alta. Según Maulvi Abdul Ghafar Farooq, portavoz del régimen, esta restricción contribuirá significativamente a la «promoción de la virtud y la eliminación del vicio».
Este cuerpo normativo es el primer marco legal que articula de forma exhaustiva las restricciones impuestas a las mujeres desde que tomaron el poder, regulando la forma de vestir y restringiendo la libertad de expresión femenina, además de regular, y por tanto, asentar, la persecución y el castigo de aquellas que no cumplan con estas normas.
Las nuevas leyes obligan también a que las mujeres cubran su cuerpo por completo en público, incluido el rostro, ya que están obligadas a usar un velo que oculte toda la cara menos los ojos. Cubrir esto último podría ocasionar muchos accidentes. Además, la ropa debe ser gruesa, suelta y lo suficientemente larga para no delinear la figura, con el fin de evitar cualquier posibilidad de «tentación».
Menos mal que la reacción de muchas mujeres en Afganistán no se ha hecho esperar y se han grabado cantando, con el rostro descubierto, colgándolo en las redes y desafiando así al régimen talibán. Pero ¿quién las apoya desde occidente?
La noticia se da incluso, en la mayoría de los medios, en un tono totalmente plano, sin incluir ninguna opinión o denuncia por parte nuestra ante esta bárbara discriminación a la mujer, totalmente increíble en nuestro mundo.
En primer lugar está la discriminación femenina, esconderlas como si fueran de propiedad privada y uso personal, coartando su libertad bajo la apariencia de cosas, no personas, además de privar a la vida del rostro de la mujer, de su voz, de su amabilidad, sin duda fomenta este despotismo machista al que las valientes asociaciones extremistas feministas no se atreven a denunciar.
Paradógicamente, cuando alguien dice la verdad y denuncia el dañino extremismo del Estado islámico, ese que anula a la mujer y la pone sanciones si habla en público, es juzgado en España gracias a nuestra ley, como es el caso del Padre Custodio Ballester, quien será juzgado el próximo 24 de septiembre en Málaga por decir que «El Islamismo radical pretende destruir la Civilización Cristiana y aniquilar Occidente», frase por la que la Fiscalía quiere encerrarle en la cárcel alegando «delito de odio, más específicamente delito de discriminación».
Sin embargo, el Ministerio de Asuntos Exteriores de España (agencia Española de Cooperación Internacional para el desarrollo), junto al de igualdad, si que han perdido el tiempo, y el dinero, en hacer una revista de promoción de la disidencia sexual con imágenes vejatorias de la religión católica, mayoritaria en España (todavía).
Según explica la propia publicación, se trata «de un repertorio de artistxs, creadorxs y pensadorxs españolxs (sic) o residentes en España que trabajan, crean e investigan sobre o desde la diversidad o la disidencia sexual y las cuestiones de género». Además, los ministerios editores quieren que sirva como una «herramienta de trabajo para nuestras representaciones en el exterior, así como para cualquier otra institución dentro o fuera de las nuestras, en forma de propuestas con las que poder elaborar programación cultural que incluya esta temática».
Otros con mente calenturienta, pero estos toman otros derroteros, ya que destrozan la esencia femenina y su valor para la sociedad. Por ello los musulmanes serán quienes nos dominen ya que las mujeres siguen siendo mujeres, aunque vayan tapadas, y tienen hijos, y occidente no. Occidente, gracias a esta ideología perversa, destruye cualquier esencia y rompe el corazón del hombre, y de la mujer…
Si los talibanes tienen mentes calenturientas y ven pecado en la belleza de atributos propios de la feminidad, como son la voz y el rostro de una mujer, los valientes ministeriales españolitos, demuestran que tienen una mente enferma, trastornada y obsesiva, que solo se atreve con quien sabe no se la va a devolver. Ofendiendo a una población que en su mayoría todavía es católica, ridiculizando los valores que fundamentan nuestra civilización. Se ve que después de lo que pasó en la inauguración de las olimpiadas, se han venido arriba. Los autores de la revista del ministerio español si que son, sin embargo, dignos de ser juzgados por delitos de odio y discriminación, pero quien hace la ley, hace la trampa.
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