Lía Mills es un maravilloso ejemplo de una mujer libre, que está orgullosa de poder decir lo que piensa
Aunque tan sólo tiene 20 años, fue con 12 cuando empieza a defender sus ideas. Presentó un discurso sobre el aborto cuando estaba en Year 7 (6º de primaria) para un concurso de debate cuyo video ha tenido casi dos millones de visualizaciones. Pero esto no fue tan fácil ya que su profesora la descalificó inicialmente debido a que se trataba de un tema muy controvertido. Fue cuando oyó la argumentación de Lía que su mente se abrió y cambió su opinión. Finalmente Lía ganó la competición.
WE.-Lía participaste hace unos meses en el primer congreso de la Fundación +Vida con el nombre “Pedimos la palabra”. Dicho Congreso fue hecho por jóvenes y para jóvenes. ¿Qué piensas que pueden ofrecer los jóvenes al tema de la vida?
A menudo argumento que el aborto ha afectado a mi generación más que a cualquier otra generación en la historia. La razón por la que digo esto es porque un porcentaje significativo de mi generación nunca llegó a nacer. Por ejemplo, en Canadá durante el años que yo nací (1996), aproximadamente el 25% de los embarazos terminaron en abortos. En otras palabras, uno de cada cuatro niños de ese año, fueron abortados, sus vidas robadas antes de que ellos pudieran conocerlas realmente.
Es también importante recordar que el aborto no se refiere solo a los no nacidos. El impacto del aborto en mi generación es doble, en primer lugar la aniquilación de aquellos niños que deberían haber nacido con nosotros; en segundo lugar la devastadora experiencia de aquellos jóvenes, tanto hombres como mujeres de hoy a los que vendieron esa mentira de que el aborto era su única opción. Ellos son nuestros compañeros, a lo mejor nuestros amigos, gente que sabemos que se está enfrentando a la decisión de abortar, o están sufriendo las consecuencias físicas, emocionales o psicológicas, que son los efectos secundarios del aborto.
Entonces, ¿qué tienen que ofrecer los jóvenes? Todo. Tenemos pasión y dedicación. Pero lo más importante, tenemos ganas. Para nosotros, el silencio no es una opción. Nuestra generación ya no puede permanecer complaciente y apática mientras se destruyen nuestros compañeros. Entonces, desde la perspectiva de los jóvenes, es una batalla a la que debemos incorporar nuevas estrategias, nuestras acciones, las voces de los jóvenes.
Como joven, no lucho contra el aborto con el corazón dividido. No estoy en esta lucha para darme a conocer. Estoy en esta lucha para que otros puedan tener nombre. Estoy en esta lucha para ganar. Y esta es la razón por la que creo que veré el fin del aborto a lo largo de mi vida. Porque como una nueva generación, los jóvenes traen mucho más que esperanza y entusiasmo y perseverancia al movimiento pro-vida.
Ganaremos!!
WE.-¿Cuándo y por qué elegiste dedicar tu vida a explicar a la gente las consecuencias de un aborto y lo que realmente significa abortar?
La primera vez que elegí hablar del aborto tenía doce años. Pero no fue hasta que cumplí los catorce cuando decidí dedicar toda mi vida a combatir los horrores del aborto.
Sobre la pregunta de por qué lo hice, supongo que mi respuesta es otra pregunta: ¿Por qué no? Si soy consciente de las atrocidades que tienen lugar contra los derechos humanos, no solo dentro de mi propio país, sino que se está promoviendo y vendiendo a mi generación a escala internacional, ¿por qué no iba a enfrentarme a esa injusticia? Si soy consciente de que millones de mujeres jóvenes de mi edad están siendo arrinconadas y forzadas a ‘decidir’ abortar, ¿por qué no debería de luchar por sus derechos, tanto como mujer y como ser humano?
La mayoría de la gente evita el tema del aborto, no quieren verse involucrados, a menudo recurren a la frase: “yo personalmente no abortaría, pero apoyo su decisión” porque es el camino más fácil, el camino fácil para evitar la controversia. Tratamos el tema y las discusiones solo cuando es necesario, lo evitamos a toda costa. Pero creo firmemente que el compromiso con este tema no concierne sólo a unos pocos; es una responsabilidad que debemos compartir entre todos. Es verdad que no todo el mundo está hecho para ser un activista pro-vida, pero todo el mundo está llamado a combatir la injusticia. Es nuestra responsabilidad como ciudadanos de este mundo, nuestra obligación con los demás seres humanos, nacidos y no nacidos.
Como joven, me preocupa proteger la verdad, la justicia y la igualdad. Y sobretodo, me preocupo por la vida: la vida de una madre y la vida de su hijo no nacido. Esta es la razón por la que lucho. Lucho por ellos.
Para nosotros, el silencio no es una opción. Nuestra generación ya no puede permanecer complaciente y apática mientras se destruyen nuestros compañeros
WE.-Aún eres una mujer muy joven, creo qué te has visto en situaciones muy difíciles, ¿en qué o quién te apoyas? ¿Qué te da la libertad para hablar tan claro?
Para mi, creo que hay dos grupos de personas:
En primer lugar, pienso en los no nacidos, ellos son los más inocentes de nuestra sociedad, y los más vulnerables a la violencia del estado, de la sociedad y al sistema medico. Pienso en las vidas que ha salvado el activismo pro-vida, tanto por individuos como por organizaciones. Y pienso en las vidas que podríamos haber salvado, aquellos niños que lucharon tanto, y aun así les negaron la capacidad de hacerse oír.
En segundo lugar, pienso en las mujeres, aquellas mujeres que se enfrentan a embarazos inesperados y necesitan a alguien que esté a su lado en tiempos de necesidad. A pesar de lo que digan los pro-abortistas, las clínicas abortistas y las organizaciones de Paternidad Planificada (Planned Parenthood) no estarán ahí para esas mujeres necesitadas cuando necesiten apoyo, tanto físico como emocional y mental. Ellos darán a estas mujeres la oportunidad de abortar: nada más, y nada menos. Esta es la historia que he oído una y otra vez de mujeres con el síndrome post-aborto, mujeres que recibieron el aborto como opción más barata, reemplazando la verdadera elección.
Estos son los nombres y las caras de quienes me vienen a la cabeza cuando me encuentro ante una situación difícil, cuando necesito fuerza y apoyo. La defensa de la vida no es fácil, sobretodo con una cultura tan radical y pro-abortista como la de Norte América. Pero no me hice pro-vida porque fuera algo fácil. Me hice activista pro-vida porque era lo correcto. Así que tanto si siento libertad, como si no, hablo. Se que las vidas de estas mujeres y sus hijos están en la cuerda floja, por lo tanto, callar no es una opción.
Pero no me hice pro-vida porque fuera algo fácil. Me hice activista pro-vida porque era lo correcto
WE.-¿Qué querías decir cuando dijiste que ser pro-elección es lo mismo que ser pro-vida?
Lo primero que hay que decir es: pro-aborto aboga por una especie de monopolio, en contra de la idea de apoyar una elección. Como activista pro-vida y mujer joven, apoyo radicalmente posibilidad de poder elegir. Sin embargo, reconozco que mi derecho de elegir que hacer con mi cuerpo, acaba con el derecho de la vida de otro ser humano. Este no es un concepto nuevo: nuestra sociedad limita los derechos humanos y las elecciones constantemente. Según dice la sociedad que la violencia, el robo y el asesinato no son elecciones que deberían hacer los individuos libremente porque infringen los derechos de otro ser humano: en el caso del aborto sería el derecho de vivir del no nacido.
Ahora, a pesar del lógico argumento, yo desafiaría la idea de que una sociedad pro-aborto realmente sea una sociedad “pro-elección”. La mayoría de las mujeres que conozco que “eligen” abortar, dicen que sintieron que no tenían elección. Y esto pasa en Canadá, el único país occidental que no tiene ninguna ley que delimite el aborto. Más allá, la realidad del aborto es que es la única opción para un embarazo en crisis, accesible, fácil y barato ya que en Canadá, está financiado. Así que estas preguntas son las que yo planteo: ¿es realmente, el aborto la única opción que le dan a las mujeres?, ¿cómo podemos llamarlo verdaderamente una opción?
WE.-¿Cómo consigues ser pro-vida y feminista?
La idea de que los activistas pro-vida son “anti-woman” o “machistas” es totalmente absurda. En general, puedo asegurar que la mayoría de las pro-vida son mujeres emancipadas. De forma más específica, como activista pro-vida y mujer joven, que se involucra en la política, apoyo los derechos de la mujer y la potenciación de las mujeres completamente. Creo firmemente, que las mujeres merecen algo mejor que el aborto.
Me gustaría señalar que el aborto no aporta absolutamente nada que mejore o corrija la situación de la mujer con un embarazo no deseado, no se dirige a la raíz de los problemas. A lo que me refiero es lo siguiente: si una chica de dieciséis años no tiene casa, está en una relación de abuso y sufre un embarazo inesperado, la sociedad canadiense le ofrecería abortar. Aunque el aborto no fuera cuestionable moralmente, y fuera inofensivo para ella, esta chica seguiría sin techo y en una relación de maltrato. Y la realidad es que si no fuera por su situación inicial, probablemente ni se hubiera quedado embarazada. Siendo realistas, aunque es increíblemente conveniente para nuestra sociedad limitar las opciones de las mujeres al aborto, encubriéndolo como arma para el empoderamiento femenino, los pro-abortistas no han hacho absolutamente nada para poner fin al ciclo de pobreza y abuso que son los que causan la crisis de esos embarazos en situaciones complicadas.
Por último, tras haber hablado con decenas de mujeres sufriendo el síndrome de pos-aborto, me he dado cuenta de que se utiliza el aborto como una excusa conveniente para evitar dirigirse a los problemas de raíz, los problemas a los que esas mujeres se tienen que enfrentar, problemas que no tienen nada que ver con el no nacido y tienen todo que ver con el empleo, la pobreza, la capacidad de poder mantenerse, la discriminación sistemática y la violencia contra la mujer.
El aborto no acaba con la pobreza, ¿así qué por qué lo ofrecemos como una solución para las mujeres con pocos ingresos? El aborto no es una solución para acabar con las enfermedades, ¿así qué por qué lo ofrecemos como solución a las mujeres que sufren enfermedades terminales? El aborto no acaba con el abuso, así qué ¿por qué lo ofrecemos como solución a las supervivientes de abusos sexuales? Tener un hijo no solucionará mágicamente todos estos problemas. Sin embargo, desde una perspectiva pro-vida, valoro ambas, la vida de la madre y del hijo. Y eso significa que busco soluciones que respeten los derechos de vivir de ambos individuos.
Así que en lugar de simplemente empujar a las mujeres embarazadas a la clínica para abortar más cercana, yo me he comprometido a ayudar a acabar con las crisis que originan estos embarazos en situaciones complicada. Y eso, amigos míos, es más de lo que el movimiento pro-abortista ha hecho nunca por las mujeres.
WE.-¿Has citado alguna vez a la Madre Teresa? ¿Cuál es tu preferida?
Hay una disputa sobre si esta es una cita de la Madre Teresa o de Konstantin Jireček. A pesar de eso, la he tenido en la cabeza durante años:
“We the willing, led by the unknowing, are doing the impossible for the ungrateful. We have done so much, with so little, for so long, we are now qualified to do anything with nothing.”
Todo el mundo pretende saber la verdad sobre el aborto, pero el caso que legalizó el aborto en EU era un fraude. ¿Qué le dirías a la feministas que defienden el aborto como derecho de las mujeres?
Muchas personas aseguran que el aborto el un “derecho reproductivo”. Ahora, como mujer joven y feminista tradicional, creo en la idea general de los derechos de la reproducción. Quiere decir que creo que las mujeres deberían tener la capacidad para defenderse a sí mismas de aquellos que buscan controlar sus cuerpos. Estoy de acuerdo en que la mujer debería de poder controlar su sistema reproductivo como autonomía corporal.
En referencia a esto, el aborto nunca se relaciona con derechos reproductivos. Aunque las feministas justifican el aborto así, la ciencia nos dice algo muy distinto. Según los hechos científicos, el niño nonato es único, independiente, y una entidad humana viva desde el momento de la concepción. Lo que esto significa es que el aborto no es sobre los derechos reproductivos de la mujer, sino más bien de los derechos humanos de dos individuos que se pisan entre ellos.
Aunque sea independiente, me gustaría subrayar el hecho de que las mujeres que en un principio fundaron el feminismo estaban firmemente en contra del aborto. Fueron mujeres como Susan B. Antonio, Alice Paul, y Elizabeth Blackwell, que fue la primera física de Norte América. Cada una de estas mujeres revolucionarias eran mujeres que defendían vehemente los derechos de la mujer, pero hasta ellas reconocieron que los derechos de la mujer no podían costarle la vida a ningún ser humano: en concreto al nonato. Siendo realistas, esta idea de que el aborto es un derecho histórico de la mujer, va totalmente en contra de los ideales de la primera feminista norteamericana.
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