Esta mañana llegó la persona que trabaja en casa felicitándome, tengo que reconocer que, a pesar del bombardeo al que nos someten las tiendas y centros comerciales, se me había olvidado totalmente que era San Valentín, eso sí, de lo que no me había olvidado había sido de despedir a mi marido y a mi hija al irse al colegio, con un beso.
Como pasa en Navidad, las tiendas y campañas publicitarias nos recuerdan que se acerca ese día, pero no nos recuerdan el verdadero sentido de esa palabra… y el amor verdadero se queda en el aire. Este año, además, coincide con el miércoles de ceniza, día que anuncia el inicio de la Cuaresma, y con ello, la proximidad de la Semana Santa, y, como no… el Amor por la humanidad.
Es fácil confundir la palabra AMOR, que parece un tanto devaluada, por ejemplo, los likes de Instagram se simbolizan con un corazón, y me asombra ver tantos “te quiero” entre los mensajes de los jóvenes, sin saber de verdad lo que están diciendo, de muchas historias de famosos que siempre encuentran al amor de su vida, pero cuya afirmación tiene la validez de un fin de semana, de la duración del rodaje de una película, o de… hasta la próxima persona que encuentre.
El amor va más allá del enamoramiento, de esa sensación de hormigueo en la barriga, es mucho más profundo y comprometido, porque si no avanza no llegará a amor, porque el amor se construye con la entrega diaria, con el compromiso de todos los días, y a veces requiere incluso voluntad de querer… querer.
El amor es la fuerza más fuerte que posee el mundo y sin embargo es la más humilde que se pueda imaginar. Gandhi
Buscamos desesperadamente el amor en nuestras vidas porque intuimos trae la felicidad, y verdaderamente la trae, cuando es de verdad.
Recordemos lo que es amar:
Dar el primero,
dar sin condiciones,
dar siempre,
hasta que duela,
perdonar siempre,
estar siempre
… y podemos seguir así hasta que quede claro que se amar es dar, y no recibir. Y si das, recibirás si el amor es de verdad.
Darle a alguien todo tu amor nunca es garantía de que él también te amará; pero no esperes que te amen, solo espera que el amor crezca en el corazón de la otra persona. Y si no crece, sé feliz porque creció en el tuyo. Gandhi
Hay que añadir que amor también se puede poner en los actos de la vida cotidiana, que van desde preparar un desayuno, cocinar, pintar un cuadro o poner esmero en un contrato, a cuidar y atender a los demás: un trabajo hecho con amor siempre ha tenido un resultado diferente.
Difunde el amor donde quiera que vayas. No dejes que nadie se aleje de ti sin ser un poco más feliz. Madre Teresa de Calcuta
Sin duda, si todos pusiéramos un poquito de amor más en nuestras tareas, el mundo sería más feliz, incluso hay estudios recientes sobre el impacto en las ventas y en la productividad de la empresa, gracias también al trato a los empleados .
Con esto concluimos que concluimos que de verdad merece la pena dar amor, del bueno.
¿Qué te pareció este artículo? Deja tu opinión: