Meditando las estadísticas actuales sobre la juventud, su falta de compromiso, o de motivación, los problemas añadidos por las redes sociales y … mil cosas más, me viene a la mente el movimiento La Rosa Blanca .
Nos situamos en la Alemania de 1942-43, en plena dictadura Nazi…un grupo de estudiantes de la universidad de Munich es detenido. Torturan a sus cabecillas, los hermanos Sophie y Hans Scholl y Christoph Prost, mueren decapitados el mismo día de su juicio.
Su pecado: denunciar el genocidio judío. Enfrentarse a una situación que no era justa y denunciarla.
Se unen católicos, luteranos, ortodoxos con un objetivo común: denunciar y buscar la verdad. Sus panfletos animaban a luchar por la vida y resistir la imposición del nazismo.
Tenían muy claro su amor a la libertad … y no importaban los riesgos.
En Europa o EEUU ningún joven pone en peligro su vida por defender ningún ideal, no se si el problema viene por la ausencia de ideales o por la falta de riesgo. Pero estos jóvenes alemanes no tenían miedo. En Siria u otros países del entorno llevan ya años jugándose la vida, esta vez por su religión, creencias, razones de nacimiento y otras veces, por el hecho natural contra el que no pueden renegar, de ser mujer en países donde nuestra condición no vale nada.
Ante la injusticia más brutal, los jóvenes de La rosa blanca sólo lucharon con la palabra, palabras inspiradas en los sermones del obispo August Graf Von Galen. En el momento actual, y ante una brutalidad similar, también estos jóvenes luchan en silencio, algunos han intentado huir de las amenazas, pero muchos se niegan a abandonar sus casa, su tierra… y otros, como Nadia Murad se juegan la vida por decir la verdad y denunciar las barbaridades de Daesh.
Llevamos ya años sufriendo la imposición de ideas por la dictadura de los medios de comunicación sometidos a las esferas políticas y bajo la dirección de quien sabe quien, que fallan en rescatar las situaciones de los más débiles, como la de Noura.
¿Dónde están los jóvenes?
Jóvenes que todavía piensan que en paz, y con la palabra se puede luchar por la verdad.
Por que los que luchan por la verdad y la libertad son siempre pacíficos.
Los que no la tienen, la temen y por ello atacan, ya que el miedo e inseguridad de no tener la verdad tiene esas consecuencias. No pueden encontrar palabras que justifiquen sus acciones, ni argumentos que las avalen.
Hace unos días tuvo lugar en Madrid las jornadas culturales “Open University”, organizadas por la facultad de derecho de la Universidad Complutense, bajo el lema “La verdad os hará libres”. Las jornadas contaron con una exposición sobre los chicos de La Rosa Blanca, y la proyección del documental “Al principio no era así” de Lucía Garijo.
Ojalá esto se repita más veces y sirva para recordar el espíritu crítico de la comunidad estudiantil, para recordar a los jóvenes que tienen que tomar el relevo en la búsqueda de la verdad, y no contentarse con verdades prefabricadas, sino descubrirlas por ellos mismos.
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