Yo misma me lo he preguntado muchas veces antes de coger carrerilla y lanzarme al vacío. Pero esta revista es un reto y una aventura. Si nuestros sueños se quedan en ideas, nunca sabrás que habrías podido conseguir, quién te habrá podido escuchar, o si eres un “petardo” o petarda a la hora de transmitir lo que piensas o sientes.
Soy consumidora de revistas femeninas, pero realmente, una vez que las compro y las ojeo, ya que sólo me leo los artículos de interesantes, me cuestiono que me han aportado. Cierto es que algunas veces te hacen soñar y cambiar de aires. Despejarte, como se suele decir.
La mayoría nos intentan presentar una forma de vida o lifestyle (anglicismo nuevo que parece sonar más cool, aunque existan palabras en castellano para definirlo) bastante vacía. Vivir no es estar en la calle todo el día, no nos espera ningún fotógrafo para captar nuestro momento más esperado como a las “celebritis”. Seguramente la elección de los zapatos será rápida y de paso, y el bolso ya ni te cuento, siempre con el mismo por no cambiar todo su contenido, además de no plantearnos tener la melena de Jenifer Aniston, sobretodo después de saber lo que se gasta en su peluquero, o cómo tener un culo 10, el enunciado más publicado el año que salió esta revista.
Vivir, y en nuestro caso, siendo mujer, es mucho más. Es cómo decidimos enfrentarnos cada mañana a la vida, eligiendo nuestro camino, lo que hacemos, lo que damos a los demás, sea equivocarnos, o levantarnos, volvernos a proponer lo que no hemos conseguido hacer. Vivir es caminar.
Queremos caminar libres, pero con rumbo, y disfrutar la vida y lo que hacemos, porque hay cosas insignificantes que también son gratificantes.
La mujer normal no está en portadas, ni se plantea estar perfecta todo el día, bastante tenemos con salvar los previsibles imprevistos diarios.
Es cierto que todas las mujeres, famosas o no, tenemos problemas, sueños, responsabilidades, logros, alegrías, preocupaciones o fracasos a las espaldas, no hace falta presumir de ellos, y menos en una sociedad que realmente es una jungla, donde se aprovecha cada situación y si es mala mejor, para pisar y desprestigiar a las personas, sin pensar que todos metemos la pata a diario.
Por ello queremos plantear un espacio donde poder informar y hablar de los problemas, trabajos y preocupaciones de la mujer real, “de nosotras”. Con un criterio claro, porque no todo vale, ni todo es lo ideal, sino caeríamos en un relativismo absurdo, que no lleva a ninguna parte y cuyas víctimas, además de nosotras mismas, serían los que dependen de nosotras.
Queremos destacar el trabajo de la mujer, su rol y aportación a la sociedad precisamente por ser mujeres, dando lo mejor de nosotras mismas. Sin traicionar a nuestra esencia, de la que estamos orgullosas, quizás porque sea lo que nos distingue.
La esencia femenina viene definida por la entrega. Por naturaleza estamos creadas para darnos a los demás, nos sale…del corazón, y hay muchas formas de dar: dar VIDA, dar tiempo, cuidar vidas, entregarnos en un trabajo bien hecho, dar una sonrisa, dar ideas, dar en voluntariado, dando podemos mejorar o estropear nuestro entorno según demos lo mejor o lo peor de nosotras, pero aquí vamos a buscar lo mejor. Y queremos ser libres para decidir lo mejor.
¿No se trata al fin y al cabo de eso la libertad? de decidir por encima de nuestro antojo, bienestar, instintos, apetencias o egoísmo lo mejor, decidir sin que nos condicionen estas interferencias y tiranías del que dirán, buscar la verdad y la belleza…
Hay que defender los valores que nos identifican y diferencian, ¡bendita diferencia! del otro sexo que nos complementa, y así podremos dar lo mejor de nosotras.
Todas las mujeres, de cualquier edad, formación o procedencia, podemos incidir en nuestro entorno y, ¿por qué no? ayudar a mejorarlo. Ese granito de arena que ayuda a formar la montaña puedes ser tú, y no hace falta ser famosa o tener poder para cambiar el mundo.
Tu labor, aunque no salga en la prensa, ni te persigan los fotógrafos por la calle, está ahí. No necesitamos altavoces…en silencio estamos contribuyendo a formar los ciudadanos del futuro, ayudamos a crecer la economía con nuevos proyectos o simplemente a luchar por una sociedad mejor que dejar a nuestros hijos, sobrinos o nietos, o a los hijos de nuestros amigos.
No queremos cuotas ni competencias, la vida no es una carrera contra el hombre, queremos correr a su lado. Simplemente estamos orgullosas de ser MUJERES.
Queremos llegar hasta donde nos propongamos y decidamos que es lo mejor para nosotras, nuestra familia, nuestros hijos, nuestros mayores, nuestro entorno, y si no lo conseguimos, por lo menos lo habremos intentado.