Si busco en la RAE la palabra coherencia, la definición que me gusta y se ajusta a lo que sigue a renglón seguido es ésta:» 2. f. Actitud lógica y consecuente con los principios que se profesan».
Coherencia por tanto y si no lo he entendido mal, es vivir conforme a lo que uno piensa y cree, y esta actitud definida, no siempre es cómoda, ni es fácil, y entiendo que requiere valor y personalidad.
Éste es el preámbulo y la historia es la siguiente: Lorena es joven, es trabajadora, es madre y está sola. Ha vivido durante años un matrimonio que terminó en fracaso, y desde entonces se ha vuelto «chica para todo». Y en ese trajín que tiene la vida, pasan los días, suman los años y Lorena se afianza en su soledad.
Cuando sus amigos la animan para que busque una nueva pareja, ella trata de explicarles que es católica y que su fe no contempla esa posibilidad. Pero si estás divorciada, mujer, le dicen. Y ella, sí sí pero esa es una situación jurídica, que no interfiere en la realidad del matrimonio religioso…
Ciertamente sus amigos y su entorno la miran con estupor, algunos con pena, otros con desprecio y todos con absoluta incomprensión, incluso hay quien piensa que es una locura.
El matrimonio católico es entre un hombre y una mujer, es para toda la vida y no puede romperse salvo por fuerza mayor, esto es, la muerte. Nadie está obligado a casarse por el rito de la Iglesia católica y por lo tanto aquellos que así lo hacen es porque quieren.
Pudiera ser que muchos al casarse solo se decidan a hacerlo por la puesta en escena, por las fotografías y porque así ha venido siendo, pero la razón para tomar una decisión que marca la vida presente y futura debe estar sustentada en razones más profundas o a mí me lo parece.
Conozco a algunas Lorenas, aunque son las menos, o así lo percibo, y desde luego les reconozco la fuerza y el valor, el empuje de nadar contracorriente y esa fidelidad a Dios que ellas expresan con su forma sencilla y discreta de hacer las cosas.
A veces se arrastran ante la soledad pero sienten paz a pesar de ser tachadas de locas o tontas, a pesar de que la vida pesa y no tienen un hombre bueno con quien compartirla, en el que apoyarse y donde encontrar consuelo para los días tristes.
Ante la realidad de un matrimonio roto Lorena ha decidido que quiere ser coherente y vivir como piensa y aunque le gustaría ser comprendida y respetada, si tiene que elegir entre la presión social y su coherencia de vida, elige ser libre y coherente.
Olé por nuestra protagonista de hoy, por su coherencia y por sus convicciones, que podréis compartir, o no, pero seguro que las respetáis ¿me equivoco?
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