Querer alcanzar el éxito, no es algo nuevo en nuestro tiempo. Ya hace siglos, la preocupación por conseguir que todo le saliera bien a los hombres, era algo tan importante que ARISTÓTELES ya pensaba ello. Los tres consejos que este gran filósofo daba entonces eran:
1º. Tener un objetivo claro: Marcarnos una meta definida que veamos alcanzable para nuestro propósito.
2º: Tener los medios necesarios para poder lograr la meta, o sea (las cualidades adecuadas, el entusiasmo, los métodos para ayudarnos, etc.)
3º: Aplicar de forma adecuada todos los métodos a estos fines.
Así de fácil y así de difícil. Debemos saber en primer lugar, qué objetivo queremos alcanzar. No debe importarnos si es demasiado alto, o si es demasiado difícil. Cuando más alto y complicado sea, más nos ayudará a crecer.
Lo segundo es que, sabiendo con los medios que contamos, sepamos utilizarlos de una forma adecuada. Nunca sabremos de lo que somos capaces de hacer y lograr, si no lo ponemos en práctica.
Y tercero y último, es la aplicación. Decía DISRAELI que: «El secreto del éxito reside en la constancia de la voluntad», y «que la persona que triunfa es la que une la acción y la decisión».
Tratemos de poner en práctica estos tres consejos, y que ellos no ayuden a conseguir las cosas que deseamos.
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