“El tiempo es la materia prima de la creación…Encontrar soluciones creativas a los problemas también requiere tiempo para pensar y perfeccionar el plan”.
Si hay algo de lo que cada vez carecemos más, es de tiempo. Por lo menos yo me quejo de ello, y conozco mucha gente que también. No sé si es el número de actividades que pretendemos acaparar. Unas son impuestas por nosotros mismos y otras, ya que vivimos en sociedad y comunidad, por los demás. De ahí que nos quejemos siempre de lo mismo, y veamos como todos nuestros planes, que suelen ir más allá del tiempo real, se van desmoronando. No es malo planificar, lo que debemos controlar es que si no somos capaces de cumplir nuestros objetivos, no pasa nada, quizás nuestra planificación no se ajusta a la realidad. Pero lo que si debemos hacer es recapacitar sobre esa planificación y gestionar nuestro tiempo con cabeza, siendo conscientes de las prioridades de la vida, del lugar que las personas o tareas ocupan en nuestra escala, o más bien, que querríamos que ocupasen, y dedicar tiempo cuando la actividad lo necesita, en caso contrario fallaremos y seguiremos con esa sensación de frustración que produce.
Kevin Ashton, ingeniero pionero en el MIT, y líder de tres startups que han tenido éxito, pidió una entrevista a varios creadores famosos, con el objeto de tener información para un libro que estaba escribiendo. Contactó con 275 personas que eligió como personalidades creativas. Un tercio de ellas rechazaron la invitación. Algunos aludieron falta de tiempo, y muchos no contestaron, sin duda no le dieron importancia.
“El tiempo es la materia prima de la creación”, dice Kevin Ashton en un capítulo de su libro How to Fly a Horse: The Secret History of Creation, Invention, and Discovery . «Y las personas con éxito lo valoran porque, convertirse en un experto, requiere práctica y estudio. Además, encontrar soluciones creativas a los problemas, también requiere tiempo para pensar y perfeccionar el plan».
Ser creativo consume, pues las personas que han desarrollado esa habilidad pasan todo su tiempo en esa labor. Es por eso que, según Ashton, “decir no tiene más poder creativo que las ideas, el conocimiento y el talento combinados”. Y aún así, abunda, no se nos enseña a decir “no”. Al contrario, aprendemos que el “no” es grosero porque es un rechazo, pero no es así, simplemente no puedes hacer dos cosas que absorben tu tiempo a la vez (evidentemente las mujeres sabemos que en eso llevamos alguna ventaja…).
“No”, nos puede hacer distantes, aburridos, con mala educación, antipáticos, egoístas, antisociales, indiferentes, solitarios…y varios calificativos más. Pero ‘no’ es el botón que nos mantiene encendidos”, sentencia Ashton… Aunque hay que saber también cómo decirlo.
El tiempo es uno de los recursos más importantes que existen y es por eso que hay que ser cuidadosos con las tareas que elegimos. Delegar sería una buena práctica si se quiere ahorrar tiempo para dedicarlo a lo importante.
Evidentemente cualquier actividad creativa exige tiempo, hay que darle vueltas y la inspiración no llega cuando uno quiere, hay que ir madurándolo, y cuando llega, hay que dejarse llevar por ella, para lo cual no hay horas, porque si la dejas pasar no sabes si va a volver. El investigador necesita tiempo también, tiene que permanecer atento a los indicios. Pero esto es aplicable a todo, por ejemplo cuidar la amistad, la familia, un buen artículo, el trabajo bien hecho, leer un libro, estudiar, meditar, hacer deporte…incluso para planificar.
La familia necesita tiempo, para poder comunicarse hay que estar, detectar los problemas a tiempo necesita “tiempo de presencia”. Cuántas veces vemos en las películas el trauma de la ausencia de algún padre o madre en los hijos, ayudar en los estudios, llevarles a las actividades etc. Esto no es simplemente un guión. La aireada frase que sirve de auto-justificación a algunos padres demasiado atareados de “mejor es poco tiempo y de calidad, que mucho y malo” no es real, sólo trata de acallar conciencias, hace falta tiempo. Y si les queremos más que a nuestro trabajo, no debería costar tanto.
La cocina bien hecha necesita tiempo, hay que mimarla, incluso un buen sándwich, por muy sencillo que sea, estará más rico si cuidamos su fabricación. Ni que decir de una tarta o un buen cocido como el que hace mi madre, que va comprando seleccionadamente todos los ingredientes, cada uno en una tienda diferente, y para que esté perfecto le dedica además dos días de cocina.
Ojalá pudiésemos estirar las horas, pero no está en nuestras manos. Es mejor pararnos un poco, seleccionar las personas que queremos mimar, a las que queremos atender o las actividades que de verdad queremos emprender, y buscar tiempo para ellas. Porque todo no se puede, está claro que hay veces que el NO es necesario.
Que no nos quedemos en quise hacerlo pero no tuve tiempo, no supe organizarme. Sino que por lo menos lo intenté, y si le dedicas tiempo… saldrá.