Es una cuestión inevitable relacionar el apellido con su padre, el conocido Psiquiatra Enrique Rojas, pero es digna hija de su predecesor, y continúa la saga de la medicina y la psiquiatría para beneficio de todos los que lo necesitamos.
La labor de Marian Rojas-Estapé, sin duda, está contribuyendo a hacer de este mundo un lugar un poco mejor, no sólo por su vocación profesional, sino por su total involucración.
Por mucho que se pueda pensar, la medicina no se impone, sino que el interés por la salud física y mental de las personas es una vocación de entrega, tal y como vemos en la trayectoria de Marian, que sin duda contribuye a hacer de este mundo un lugar un poquito mejor, las gotas de agua que forman el océano.
Cuando terminas la carrera te vas a Camboya para colaborar con un proyecto solidario que acabaría cambiando tu vida en varios aspectos. Actualmente son muchos los jóvenes que quieren vivir esta experiencia, pero esta sólo impacta, te transforma, y además sirve, cuando es auténtica.
Woman Essentia.- Marian, ¿podrías contarnos que hacías y cómo han influido todas tus experiencias de ayuda a situaciones extremas, en tu vida o en tu forma de afrontarla o dirigirla?
Marian Rojas.– Existe una gran concienciación hoy en día en temas relacionados con el voluntariado, la solidaridad o las acciones sociales. En mi caso, desde pequeña he tenido una gran inclinación hacia el voluntariado, y el hecho de ayudar a los demás. Me transforma y percibo que se activa en lo más profundo algo bueno que me lleva a conocer mejor al ser humano, a entender su sufrimiento e intentar ayudarle. He colaborado en proyectos de lo más dispares; desde dar clases a personas con bajos recursos, a participar en proyectos extremos (temas relacionados con la prostitución y redes sexuales), a labores educativas o sanitarias. El no tener miedo a ver sufrir a otros de cerca, el aproximarse al dolor de otros, es un medio de purificación personal muy potente.
WE.- Eres una persona que se involucra con la cabeza y el corazón en lo que hace, esta forma de comprometerte con tus acciones parece que garantiza un éxito cuando se hace todo lo posible, ya se ha hecho todo, independientemente de los resultados, pero además eres un modelo de cómo conseguirlo sin caer en el intento. Hoy en día son muchos los problemas derivados de un exceso de involucración sin una gestión adecuada del tiempo o las emociones. ¿Cómo podemos hacerlo sin desfallecer?
Marian Rojas-Estapé.- Mucha gente me pregunta sobre cómo consigo desconectar del sufrimiento o de lo que escucho a diario en la consulta. La realidad es que intento tener una vida personal lo más sana y equilibrada posible que me aporta gran estabilidad. Por otra parte, parto de que hay que conocerse mucho y saber que existen situaciones, circunstancias o temas que nos llevan a ser más vulnerables. Por ejemplo, alguien que sea más sensible con el duelo y el cáncer, tiene que aprender a gestionar de forma específica ese asunto… Todos tenemos puntos de mayor vulnerabilidad… pero ¡cuidado con la hipersensibilidad o con la incapacidad de empatizar con el dolor ajeno!
WE.- La medicina ha avanzado mucho en el terreno de relacionar enfermedades con situaciones emocionales, antes parecían que no tenían ninguna relación. ¿En qué momento estamos respecto a estos descubrimientos?
MRE.- Creo que por fin existen voces que se alzan explicando estos temas pero queda mucho por hacer. Durante los seis años de la carrera de Medicina, ¡nunca me hablaron del poder de la emoción en la salud! El concepto de estrés, gestión emocional… tienen que formar parte no solo de las carreras sanitarias sino de muchas otras disciplinas. Desde hace varios años imparto sesiones y charlas en escuelas de negocios, universidades, colegios, empresas sobre estos temas, porque me he dado cuenta que cuando el ser humano aprende a gestionar sus emociones y conoce cómo reacciona su mente ¡y su cuerpo! ante el estrés avanza a pasos agigantados.
WE.- El estrés del ritmo laboral, la velocidad a la que se mueven el mundo y todos los avances, sobre todo tecnológicos, las múltiples facetas que desempeñamos a lo largo del día hacen que no haya tiempo de meditar, relajarse, además de desarrollar varias patologías o enfermedades relacionadas con el estrés. ¿Qué tenemos que hacer para llevarlo lo mejor posible?
MRE.- Sabemos que el no parar o más grave aún, el no SABER parar, es causa de múltiples desórdenes psicológicos. El cerebro necesita desconectar. Vivimos en la era de la hiperconectividad, de la búsqueda incesante de la perfección y del control sobre todo. Estos tres factores influyen negativamente en nuestro equilibrio interior y facilitan el enfermar. El cuerpo precisa momentos de paz y serenidad donde se activa el sistema nervioso parasimpático que regula el sistema hormonal, inmune y físico para poder hacer frente a los nuevos retos que se presentan.
WE.- Todo lo que hacemos afecta sin duda a las relaciones familiares… educar casi parece una odisea, ante la falta de tiempo y el exceso de información no siempre verdadera, incluso. Siempre me ha hecho gracia esa frase de poco tiempo pero de calidad. ¿Cuál es tu recomendación?
MRE.- Considero que lo básico es tener las prioridades claras. El gran problema con el que contamos es que hemos perdido el rumbo en muchos aspectos. Nos sorprendería saber la cantidad de horas que prestamos a las redes sociales, pero luego no tenemos tiempo de hablar con nuestros hijos de forma calmada. Sí creo en el concepto “tiempo de calidad”; pero sobre todo, en saber que no siempre uno puede estar al 100 % en todos los aspectos de la vida (familia, pareja, hijos, trabajo, salud, ocio, amigos…). En cada etapa se ve más afectado alguno de estos componentes y lo importante es saber recuperar el equilibrio. Por eso de vez en cuando, cuestiono a mis pacientes sobre las diferentes facetas de la vida, y trabajamos en equilibrar la que esté más dañada o más perjudicada.
WE.- La cantidad de información y tendencias que intentan imponer pequeños colectivos y movimientos que defienden la posverdad, en varios campos diferentes, parecen dirigir únicamente a un relativismo y la “verdad” como aspiración y búsqueda pierde valor. ¿Cuál podría ser el futuro de una sociedad así?
MRE.- Hay conceptos y realidades que SI son buenas o malas. No todo depende del ojo o percepción del que observa, debido a que las interpretaciones están sujetas al estado de ánimo, a la biografía de cada uno y a las circunstancias que nos rodean. Estoy leyendo un libro, que recomiendo, “Los desheredados” de F.X. Bellamy, sobre la importancia de transmitir la cultura. Hoy en día interesa la información y la cultura de forma superficial, rápida, sin compromiso y eso se convierte en una rampa deslizante hacia el relativismo y hacia la búsqueda constante de placer.
WE.- En este sentido, la imposición de la ideología de género es un gran trabajo para padres y educadores.
MRE.- Este es un concepto que nació hace unos años, donde en el ámbito emocional y sexual todo vale y todo depende de las sensaciones, sentimientos y emociones del que lo percibe. Esto acaba haciendo mucho daño, porque el criterio sobre la verdad no puede estar sujeto únicamente a sentimientos.
WE.- La principal aspiración del hombre ha sido la búsqueda de la felicidad, desde los primeros filósofos se viene estudiando esta cuestión, la sociedad nos ofrece modelos “de felicidad” que no siempre proporcionan la misma, por el contrario, muchas veces el resultado es todo lo contrario. Mi hijo estuvo en Camboya de voluntariado y vino impactado de lo felices que eran los niños y no tenían nada, pero nada literalmente. En tu faceta como conferenciante, este es uno de los temas que quizás más se repiten, precisamente por ser más demandados: todos queremos ser felices. ¿Cómo conseguir la felicidad?
MRE.-Hay que hablar de la felicidad razonable; es decir, un equilibrio entre lo que voy logrando y mis aspiraciones en la vida. La felicidad consiste en tener una vida lograda, donde intentamos sacar el mejor partido a nuestros valores y a nuestras aptitudes. La felicidad es hacer una pequeña obra de arte con la vida, esforzándonos cada día por sacar nuestra mejor versión. Como vemos, el primer paso para intentar ser felices es conocer qué le pedimos a la vida. En una sociedad que pide tener y pierde el interés por ser; surge el hombre triste, insatisfecho y frustrado.
WE.- Actualmente también hay varias campañas para ayudar a implantar la felicidad en el trabajo como medio de ser más efectivos. Muchas empresas están creando estos departamentos, y hay quien dice que algunas mentes prodigiosas reniegan de ellos. Cuéntanos cual es tu opinión y cual es el objetivo del proyecto que has comenzado Ilussio, Business and Emotions.
MRE.- Ilussio surgió cuando nos percatamos de que mucha gente acudía a pedir ayuda a la consulta cuando ya se habían “roto”, cuando la ansiedad y la depresión se habían instalado en sus vidas, o cuando habían perdido el rumbo. Muchas veces nos decíamos, ¡si hace un año hubiéramos hablado!, ¡si hubiéramos podido advertirle que por ese camino podía sucederle esto…! Y fue ahí cuando surgió la idea de crear algún tipo de sistema de prevención donde con charlas, sesiones, conferencias y sesiones 1-1, se promueve el equilibrio, el autoconocimiento, la gestión de emociones… Ha sido un reto, algunas empresas lo entienden mejor que otras, pero estamos observando resultados muy interesantes y prometedores.
WE.- Hay muchas recetas en la actualidad que no pasan de ser un eslogan ya que son poco prácticas. Se habla mucho de las personas tóxicas y que hay que separarse de ellas. Pero no es tan fácil eliminarlas del mapa para estar más cómodos… y no vale todo a costa de nuestra supuesta felicidad.
MRE.- Efectivamente, las personas tóxicas existen y siempre han existido. Todos tenemos alguien, que ¡con traerlo a la mente! Se activan los sistemas de alarma fisiológicos del organismo. Incluso se eleva el cortisol, hormona del estrés y de la supervivencia. Lo primero y más importante es saber que esas personas ejercen ese “poder” en mí. Eso es clave. Después, yo recomiendo analizar “esa toxicidad”, es decir, ¿qué surge en mí cuando veo a esa persona?; ¿qué mecanismos internos me remueve? Insisto mucho en el “comprender es aliviar”. Entender esos mecanismos o resortes tiene un poder impresionante para poder lidiar con ello. En muchas ocasiones, hay que alejarse de las personas tóxicas, porque pueden convertirse en vampiros emocionales y sacar lo peor de nosotros.
WE.- La receta del AMOR. Esta es una palabra muy usada, muy oída, y quizás incluso tergiversada, cuyo significado creo que se ha difuminado de tanto usarla…
MRE.- Acabo de terminar de escribir un libro que ya está a la venta: “Cómo hacer que te pasen cosas buenas” (Espasa). Parto de que existe el sufrimiento y el dolor; pero que éste puede tener un sentido o un valor. Explico que únicamente existe un antídoto a la enfermedad, al dolor, al sufrimiento, a la muerte… este es el amor. El amor hacia una persona (la pareja); el amor a los demás (amistad, familia, amigos, entorno…); el amor a los ideales y a las creencias y el amor a los recuerdos. Este último es especialmente interesante porque estamos observando en estudios neurocientíficos el imponente poder del pensamiento y del recuerdo para activar zonas del cerebro de bienestar y salud. Todos necesitamos el amor en nuestras vidas, no se puede vivir sin estar enamorado de “algo” o “alguien”.
WE.- Tienes hijos, no sé si has plantado un árbol… parece que ya has hecho lo que hay que hacer en la vida. ¿Cuáles son en la actualidad los objetivos para una vida lograda?
MRE.- Soy una persona profundamente optimista y creo en las oportunidades. En el libro indago en las razones por las cuales existen personas con más suerte en la vida y otras con dificultades constantes. Decía Séneca, “la buena suerte es el lugar donde confluyen preparación y oportunidad”. La preparación es algo que se puede controlar, uno puede trabajarlo a fondo con orden, constancia, estudio… En cambio, la oportunidad es más variable. Pero si cuentas con una buena preparación, tienes más probabilidad de aprovechar una buena oportunidad si surge. He indagado mucho sobre el Sistema Reticular Activador Ascendente; zona del cerebro que me permite “ver” aquello que me ilusiona… A la mayor parte de las personas que no le pasan cosas buenas en la vida… es ¡porque no saben lo que quiere que les pase! Mensaje importante: El cerebro me muestra aquello que se encuentra en las profundidades de mi alma, de mi corazón y de mis aspiraciones.
WE.- La mujer está hoy día en casi todos los ámbitos sociales, sobre todo en occidente, en África o en Oriente sin duda hay otras situaciones, pero no paramos de oír reivindicaciones cuando la mujer a lo largo de la historia y sin oportunidades ha realizado, lo que puede llamarse hazañas.
MRE.- Creo que a lo largo de la Historia, el rol de la mujer ha cambiado mucho. Todavía existen culturas y países donde queda mucho por hacer. Me parece fundamental que la mujer trabaje en puestos de responsabilidad, logre retos importantes en todos los ámbitos pero creo que no debemos perder una idea clara, y es que la mujer ante todo es la “dadora” de la vida. Ese rol es insustituible. La mujer del siglo XXI lucha por conciliar; esto es algo- en mi opinión- complicado y muchas veces difícil. Separar del todo la vida personal y laboral es casi imposible. Desde que soy madre renuncio a muchos proyectos profesionales que me apasionan… pero soy consciente que son etapas, y disfruto profundamente del rol de madre.
WE. ¿Puede afectar tanta reivindicación y tanto protagonismo al hombre?
MRE.- Sí, de hecho hay muchos hombres, que en un mundo donde la mujer está alcanzando roles tan importantes, no encuentran su lugar. Lo vemos mucho en consulta, en terapias familiares, donde existen mujeres con mejor sueldo que sus maridos. En ocasiones el hombre no sabe lidiar con mujeres tan “potentes” (jefas, directoras…). En la crisis observamos familias que salían adelante gracias al sueldo de las mujeres, y eso generaba inseguridad en el hombre. Estamos en pleno proceso de cambio, y para los hombres, no siempre es fácil.
WE.- ¿Cuál es tu sentido de la vida?
Buscar sacar mi mejor versión siempre que puedo, con los valores básicos para mi vida: familia, trabajo, cultura y trascendencia.
Te deseamos mucha suerte con tu libro y muchas gracias por los consejos y sobre todo… por la esperanza.
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