Recojo el título de este artículo de unas palabras leídas en Twitter durante una discusión entre mujeres, a cuenta del feminismo. Cuando leí «explica porqué muchos odiais la ideología y el movimiento», comprendí.
Soy de esta generación de mujeres que ha recogido los frutos de la lucha del verdadero feminismo y, sabemos que los cambios históricos no suceden de la noche a la mañana.
Así que debido a que los años que acumulo me ofrecen una perspectiva… variada, puedo narrar hechos conocidos en primera persona. Allá por el año 1995 un grupo de mujeres, todas conocidas mías, exultaban eufóricas porque acudirían a la Conferencia de la Mujer en Beijing, 1995.
Mis conocidas, además de competentes y estudiosas, pecaban de cierta ingenuidad. Sabían que algo ‘nuevo’ a nivel mundial se estaba pergeñando. Pero aún no se le ponía nombre.
Mis colegas partieron hacia Beijing con el espíritu de los equipos olímpicos, ilusionadas, dispuestas a aprender, intercambiar, hablar, etc. Cuando volvieron, las caras eran un poema, alguna que otra me comentaba «he visto de frente el rostro del mal y eso asusta mucho».
Desde Beijing hasta nuestros días, en tan solo 23 años, la ideología de género ha penetrado hasta la médula en nuestra sociedad, por la asumpción de los legisladores en todo Occidente.
Hoy, constatamos que las patas del «movimiento», como definen algunas feministas más feministas son: Multiculturalidad, ideología de género + LGTBI y una cosmovisión desnaturalizada del ser humano que busca romper los vínculos heredados del patrimonio común y sello propio cultural.
Las contradicciones son incontables en aras de un buenísimo meloso, por ejemplo, una Ministra de educación noruega Erna Solberg, hoy Primera Ministra, de partido conservador, fue la impulsora de introducir «elementos de la Sharia islámica» en el sistema judicial noruego para casos entre musulmanes.
Pero si hay personas que decimos que no creemos ni queremos esa cosmovisión desnaturalizadora de predominio de la mujer sobre el hombre, de cosificación de la mujer o de utilización del hombre para producir nuevos seres, de demonizar a la familia natural y a las personas heterosexuales por serlo, que rechazamos el transhumanismo, etc. Entonces nos convierten en odiadores. ¡Pues no!
Lo cierto es que no odiamos, no. Sin embargo, amamos al ser humano en su grandeza y profundidad. Anhelamos una visión antropológica donde se reconoce el cuerpo y alma, o dimensión espiritual, y defendemos la complementariedad entre sexos como consecuencia de nuestra naturaleza.
Tampoco miramos para otro lado cuando se cometen abusos, violencia o ataques, venga de hombres o de mujeres (como el perpretado contra la Fe católica por la tal Fallarás).
Lo que está pasando es en realidad la eterna lucha del bien y del mal pero disfrazado con vocablos nuevos. O como el perenne ataque del secularismo contra el cristianismo. Un secularismo que antes se conformaba con negar la existencia de Dios, pero que ahora ha desarrollado la bestia de la desnaturalización de la especie humana.
Estas tres patas: el Multiculturalismo (permisivo con la neutralización de la esencia social y cultural de Occidente, sospechosamente subvencionador y facilitador de mafias internacionales), la ideología de género + LGTBI, y una cosmovisión única desnaturalizadora, convierten el hecho en algo mucho más complejo e incluso peligroso, cuando constatamos que nace y se difunde desde los poderes políticos de cada nación, particularmente occidentales, bajo las directrices de Naciones Unidas.
Y esto es lo que nos han impuesto. Y si disientes eres extremista.
Afortunadamente parece que en nuestra sociedad vamos despertando y que muchas personas valientes salen a la palestra. En esta línea es muy interesante es el testimonio de la abogada Yobana Carril, que desentraña las perversidades de la Ley integral de género que fue aprobada por Zapatero.
La desfachatez de este ‘movimiento’, lo comparo al momento en que se nos «convenció» a nivel mundial de que Obama merecía el Premio Nobel de la Paz, por hacer «nada», a los dos meses de llegar a la Casa Blanca.
Realmente se rieron de todo y de todos, además de desmerecer el trabajo hecho por la paz de otras personas realmente comprometidas.
Líderes mundiales sonriendo sumisos o despotricando en privado, nadie se atrevió a denunciar tal designación; los medios arrodillados ante tal despropósito. Pero claro, ver a Obama y a Michelle bailar con tanto glamour auguraba … ¡Un cambio de era!
El vocablo mundialmente asimilado: género
Si uno repasa los textos de la ONU – Mujer, constata, que por ejemplo, antes de 1995, el término «género» aún no existía. No aparece en los resúmenes de la Conferencia de El Cairo de 1991.
Una síntesis de lo que fue la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en Beijing en 1995, según el resumen oficial: «marcó un importante punto de inflexión para la agenda mundial de igualdad de género. Aquí se oficializa por vez primera, con la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, adoptada de forma unánime por 189 países. Se constituye así un programa en favor del empoderamiento (horrible vocablo) de la mujer, teniéndose en cuenta para su elaboración, el documento clave de política mundial sobre igualdad de género«, (Conferencias mundiales sobre la mujer).
Modelos de mujer
Para mí modelo de la lucha por la igualdad y los derechos de la mujer, son la joven árabe huída de su país hace unos días porque quería ser libre de la sumisión impuesta en su país a las mujeres, y quien por fin ha sido acogida en Canadá.
Nombres como Sophie Scholl, quien junto a sus amigos luchó con y por la palabra contra el totalitarismo nazi, es un modelo. Irena Sandler, quien arriesgó su vida salvando a miles de niños judíos del horror nazi, es un modelo. Milada Horákova, quien murió asesinada por los comunistas tras invadir Checoslovaquia por rechazar el totalitarismo comunista, es un modelo. Roya Mahboob, quien sufrió el horror del régimen talibán en su país, Afganistán, y hoy en día es un modelo de integración laboral y modelos educativos pioneros para la inclusión de la mujer, es un modelo. Madre Teresa de Calcuta, quien en 1994 no se dolió en prendas al afirmar que el aborto es un asesinato delante del Presidente Clinton, es un modelo.
La lista es interminable, pero estas son las mujeres que nos enseñan la grandeza y dignidad humanas, que la lucha no radica en el igualitarismo y en la discriminación al otro sexo.
La paz social y la construcción de una sociedad equilibrada y próspera no es cuestión de predominios, ni de hombres, ni de mujeres, sino de personas.
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