Últimamente observo algo que desde hace un tiempo llamaba mi atención, eso de ser líder o el tema del liderazgo. Este asunto no es algo nuevo en la literatura de los libros de autoayuda, coaching, empresariales, motivacionales, etc. se prodiga, incluso en ámbitos eclesiales.
Resulta llamativo porque por su misma esencia, el liderazgo no es algo universal, ¿o sí? Para ilustrarlo un poco más, narro algo vivido hace años, seré somera.
Se trataba de un viaje de 20 días con un grupo de unas 210 personas. Mi encomienda era como la del marinero en lo alto del mástil, otear el horizonte y avisar de lo relevante con suficiente antelación.
El líder se descubre ante lo inesperado
Aquel viaje me hizo ahondar en lo de «ser líder», porque al día siguiente de comenzar la andadura, las personas líderes del grupo (un matrimonio), por un asunto inesperado regresaron a España.
Mi rol era de enlace, informar a tiempo, prevenir, avisar, etc. para que los responsables tomaran las decisiones oportunas. Una labor de logística.
La sorpresa vino al constatar que a medida que pasaban los días, nadie asumía la vacante de líder en un grupo de 200 personas.
El cuadro resultaba incómodo, en aquel grupo de todo tipo de personas y edades, se conocía que algunas eran muy destacadas en lo laboral, cirujanos, ingenieros, docentes, etc. Es decir, habituados a tomar decisiones y a trabajar con personas.
Y me preguntaba, ¿cómo es posible que nadie asuma del todo liderar este tinglado? Aquel viaje me hizo ponderar lo del liderazgo y llegué a unas sencillas conclusiones:
- El líder es comprometido y no busca su bien particular
- Es fácil ser líder cuando el puesto te otorga liderazgo o posición de autoridad
- Es muy cómodo diluirse en un grupo y dejar que otros,-que a lo mejor nunca llegan-, asuman el liderazgo
- El líder sale de su comodidad personal para servir
- El líder no mira para otro lado y que otros saquen las castañas del fuego
- Ser líder implica ser responsable y asumir decisiones en tiempo y forma, destacar aunque no te guste
- Ejercer el liderazgo se hace de forma natural, o se es o no se es, o más bien, o se posee o no se posee
- Si no queda más remedio, el líder se auto propone, no se impone
Este tema, dependiendo del enfoque o del énfasis del ámbito que lo promueva, resulta muy amplio, así que lo abordo de forma general.
Liderazgo femenino
En el contexto del liderazgo femenino, la película «Number One» refleja, no sin crítica, la realidad de los lobbies para hacer visible a las mujeres en los puestos de poder.
La protagonista, presentada como una mujer super competente en su vida profesional… pero que arrastra un drama personal. En ningún momento ella pretendía escalar para ocupar un puesto de poder e influencia en su país… hasta que llega un lobby de mujeres y se lo propone. Con agencia de comunicación a su servicio para darla a conocer e ir preparando el terreno hasta… llegar a la cima.
Que hay que luchar por una igualdad real a todos los niveles y ayudarse colectivamente, no lo discutimos, lo alentamos. Pero el verdadero liderazgo transforma, no se impone y mucho menos se obliga por ley, sobre todo fluye donde hay libertad, personal y comunitaria.
Esto no impide que nos propongamos crecer, desarrollar virtudes, valores, aptitudes, actitudes, habilidades, etc. que mejoren nuestra personalidad.
Se nace con el temperamento, se crece forjando el carácter
Historias de Liderazgo
Doy un paso más en esto del liderazgo y miro hacia la Iglesia, la que conozco, la católica, porque este énfasis por «ser líder» también es tendencia de moda en muchas personas comprometidas con la labor de la Iglesia, con el riesgo de asumir una mentalidad mundana para difundir el Evangelio.
Que Jesús es el líder de líderes, ¿alguien lo discute? Nadie. Ningún ser humano partió la historia en Dios, y es seguido por miles de millones de personas a lo largo de los siglos. Él es el líder por antonomasia, el resto seguidores
El cristianismo, en los primeros siglos creció por ser levadura en la masa, por el «mirar cómo se aman«; por la oración en comunidad, «Señor, haz que baje Tu Espíritu para que sepamos cuál de estos candidatos es tu elegido», etc.
El cristiano es testigo del único líder, Cristo. Lo más probable será que a mejor testigo, más líder, sin embargo este liderazgo cristiano se sitúa en el polo opuesto de la propuesta de moda. Se resume en la palabra: humildad.
Es curioso el caso de Augusto Cury, psiquiatra, psicoterapeuta, y escritor brasileño, experto en la construcción del conocimiento y la inteligencia, quién un buen día, reconociendo a Jesucristo como personaje histórico, ya que no era creyente inicialmente, y, fascinado sin embargo por su repercusión, decidió estudiar su inteligencia y su comportamiento en Análisis de la inteligencia de Cristo.
Descubrió así que su inteligencia era mucho más grandiosa de lo que se imaginaba. Bajo la óptica de la psicología, el doctor Cury se centró en analizar la capacidad que tuvo Jesús para gobernar sus emociones, convirtiéndose así en el símbolo máximo de la esperanza, el amor, la dignidad y la compasión. Un líder como no ha habido en la historia.
¿Realmente todos estamos llamados a ser líder?
Lo que llama la atención en la actualidad es el empeño en plantear este tema como un «indispensable» para nuestra vida personal, laboral y social.
Cuanto más descubrimos los entresijos de los puestos de poder, por ejemplo, me voy al ámbito de la política o influencia social, resulta lamentable descubrir personas de una podredumbre moral absoluta ocupando puestos de liderazgo.
Así que cabe pensar: «si la cabeza es así, ¿cómo será el cuerpo, qué instrucciones, enseñanzas, planteamientos recibe?»
«Los verdaderos líderes siempre dedican sus vidas al servicio de los demás impulsando proyectos que benefician a la sociedad» (Pilar Castañón, Directora de Woman Essentia)
Existen tantos tipos de líderes como personas y situaciones y por lo general, la influencia buena, la del verdadero líder no será cuestión del puesto, sino del cómo seamos, de la coherencia personal, porque el verdadero líder transforma mentes y corazones.
Ni todos somos líderes, ni todos estamos destinados a serlo visiblemente. Puedes no pretender ser líder y serlo de facto por tu coherencia de vida.
Por lo general, los líderes verdaderos lo son porque así nacen, o porque una situación excepcional les obligue a posicionarse. Casos como el de «El banquero de la resistencia«, quien doblegó a los nazis en Holanda durante la II Guerra Mundial, con una astucia bancaria sin precedentes. Murió fusilado, pero mermó la maquinaria del mal.
Vuelvo a los supuestos líderes (jefes) «colocados a dedo», nunca lo serán, vivirán y actuarán supeditados a las consignas de quienes les ayudaron a posicionarse. La actualidad política española es un claro botón de muestra.
Entonces, ¿debo ser líder?
La historia nos demuestra que hay líderes vendidos al mal, favorecen la ruina y perversión de las personas, inteligentemente crean la estructura de pecado para su beneficio.
Y también la historia nos enseña que hay otros, en cambio, al servicio del bien y de los hombres. Por lo general, incomprendidos, ninguneados, perseguidos, humillados, silenciados, pero que en algún momento triunfan y transforman.
Si quieres humanizar y aportar lo bueno, verdadero y bello a este mundo, hazlo, sacrifícate, esfuérzate y lánzate, en lo pequeño y en lo grande.
Sé líder pero porque tú quieres, no porque otros te lo cuenten en 3, 5, 7 o 10 claves lineales, transversales o visionarias. Sé simplemente líder si tu causa lo merece.
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