La llamada Generación Alpha corresponde a los niños nacidos entre los años 2010 y 2025, así mismo, el Programa SHC que investiga cómo es su aprendizaje y salud, les llama futuros Smart healthy Citizen, pero que sean healthy o no, así como nuestras sociedades inteligentes o no, no depende sólo de la tecnología, como se piensa actualmente.
Son la primera generación nacida íntegramente en el siglo XXI. También se les conoce como la iGeneración hijos de los Millennials. Estos niños nacieron junto con iPhones, iPads y aplicaciones, y no saben, ni pueden imaginar cómo era la vida sin ellos.
Serán Smart Citizen, rápidos, orientados visualmente y no lineales en el aprendizaje, demandan por tanto, un tipo de enseñanza nueva, que no emane sólo de la escuela, sino multidimensional.
El éxito de que el aprendizaje sea multidimensional, tal y como el cerebro aprende, supone contar con todas los elementos de la ciudad, hace falta que el aprendizaje esté conectado de forma visual y sobre todo, experiencial. Será una estrategia inteligente que además tendrá un impacto en la salud al reducir la posibilidad de algunas enfermedades crónicas, como la diabetes y las enfermedades del corazón.
Según investigaciones actuales de SHC, realizadas sobre una muestra de más de 1000 niños, estos serán autónomos, críticos, resolutivos y creativos. Aunque su atención es cambiante (un 11% diagnósticado de TDAH en España), la comunicación es más rápida si el aprendizaje es visual. Los datos dieron como resultado que recordaron mejor un 80% de las presentaciones donde se incluyeron imágenes.
Por otro lado, los estudios pusieron de manifiesto que tienen más conciencia colectiva y están aprendiendo continuamente.
Buscando el cerebro de la Smart city
Como el programa SHC demuestra en sus resultados, una enseñanza que cuenta con TODOS los elementos de la sociedad (medios de comunicación, sanitarios, asociativos, sociales, empresariales…) da una respuesta para que los futuros Smart citizen, Alphas, puedan optar a un aprendizaje no lineal.
Los pilotos de SHC cuentan con 7 fuentes de educación, una de ellas es la escuela, otras son el resto de agentes interfieren en el aprendizaje.
El cerebro de la Smart city no es la administración, aunque esta se empodera y cobra mayor valor. En esta experiencia, comprobamos cómo, gracias a la educación, se potencia el turismo, la gastronomía, la salud, la empresa… pero no hay un centro, sino un sistema de cooperación conectado en nodo, un pensamiento colectivo.
Los Alpha debe aprender a resolver problemas complejos de manera efectiva, necesitarán habilidades como:
- Resolución de problemas
- Creatividad
- Pensamiento analítico
- Colaboración y comunicación educados.
- Ética, acción y responsabilidad.
Esto no puede ni debe ser cargado sólo a hombros de la escuela o la familia, sino de TODA la comunidad.
Y el pensamiento del Alpha debe conectar también su información, cada vez es más visual, su cerebro ya procesa acerca de un 50% de modo visual. Por ello se detecta en su aprendizaje lo siguiente:
Quieren vídeos cortos. El 70% ve más YouTube que la televisión
Son capaces de verbalizar mejor en medios como la radio, es decir, adquieren un 60% más las competencias básicas lingüísticas orales, en base a lo aprendido tras las formaciones con el colectivo médico, o nutricionista.
Buscan 1/3 de la información on line. Queriendo participar en retos y actividades, según el medio donde lo hayan percibido.
Un 40% entra en las fuentes de información digital para obtener información expresa sobre actividades o retos que mejoren su salud.
¿Alphas huérfanos digitales?
Los métodos de enseñanza del SXX y la tecnología del SXXI, presentan una gran brecha que va a afectar a nuestras ciudades, que se están preparando para ser inteligentes. Trae como consecuencia ante la escasez de formación en salud de los planes educativos que las familias se verán obligadas a formarse en la nueva escuela: internet.
Por tanto, nos resulta bastante necesario, educar a estos nativos digitales, término acuñado por Marc Prensky, pero que matizamos.
Es un error considerar que los Alpha, van a saber aprovechar el enorme potencial de la tecnología, donde la biotecnología y los ordenadores o dispositivos inteligentes serán imperativos, de modo instintivo, sin apoyo familiar, planes educativos, o una educación estructurada, les hará más que nativos digitales, huérfanos digitales. Con preocupante falta de formación saludable.
Impacto de su educación en la economía y la salud
Según nuestras investigaciones, los retos de la ciudad inteligente y de la salud, son una buena promoción con intervenciones que se anticipen a la necesidad de una actuación médica. Pero además, una enseñanza multidimensional, tendría un impacto social.
Mejor empleo: en la economía del conocimiento de hoy, es más probable que un solicitante con más educación tenga un empleo y obtenga un empleo que ofrezca beneficios para la salud como el seguro de salud, y la jubilación (lo que supone un problema actual acuciante), que aquel que no la tiene.
Ahorrando
La desinversión en educación no solo hace que las empresas sean menos competitivas en un mercado global basado en la ciencia y la tecnología, sino que también puede aumentar los costos de atención médica a largo plazo.
«Ahorrar» dinero al recortar programas vitales puede salir más caro al final
Concluyendo, entender la manera en que las sociedades lleguen a ser sostenibles, es entender mejor cómo aprenderá la generación Alpha, futuros Smart citizen que van a tener el control de la economía y la salud.
De ello depende que la sociedad sea envejecida, con cronicidad, que se aborden problemas educativos, o del clima inclusive disminuyan los accidentes de tráfico, la obesidad, mejoren las competencias digitales…en definitiva, conocer a los protagonistas, hará funcionar una estrategia correcta para la salud de las sociedades inteligentes.
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