“Energy made visible” es el título del gigantesco mural de seis metros de Jackson Pollock que acaba de aterrizar en Málaga junto con dibujos y bocetos preliminares
Se trata de una obra clave para comprender la evolución del arte figurativo hacia el Expresionismo Abstracto, pues esta obra fue uno de sus primeros ensayos en el estilo pictórico que se convertiría en el primer movimiento artístico genuinamente americano del Siglo XX.
El mural fue además el primer encargo importante que recibió Pollock, nada menos que de Peggy Guggenheim, famosa filántropa, coleccionista, galerista, amante de artistas y fundadora de dos museos: Nueva York y Venecia (el de Bilbao es posterior).
El artista era uno de los miembros mas destacados de la New York School, sinónimo del Expresionismo Abstracto, un grupo informal de creadores Americanos: pintores, poetas, músicos y bailarines activos en Manhattan entre los años 1950 y los 60. Su fuente de inspiración fue el Surrealismo y los movimientos avant-garde, en particular “Action Painting”, teatro improvisado, música experimental y el jazz. Hoy, Pollock se encuentra cara a cara con Picasso en Málaga, ciudad natal del genial artista creador del Cubismo.
La exposición trata de mostrar la influencia que ejerció en Pollock la figura del artista español, a quien admiraba por completo e incluso intentaba superar. Pollock vió por primera vez el “Guernica” del Picasso (1937) en la Valentine Gallery de New York y después en el MOMA (Museum of Modern Art) en 1939. Allí estuvo cuando fue devuelto a España, al Museo Reina Sofia en 1981. Seguramente había visto también obras de gran formato de Roberto Matta, figura puntera del Surrealismo y residente en Manhattan.
En este otro mural, “Energía hecha visible” (1943), Pollock aún no había llevado el expresionismo abstracto al máximo de sus posibilidades. Aún estaba investigando nuevas formas de abstracción, que le llevarían a inventar su famosa “Drip Paint” o pintura de goteo. Se trata de un cuadro de grandes dimensiones, influido por el enorme lienzo de Picasso y por los artistas muralistas mexicanos como Diego Rivera, Orozco y Siqueiro que trabajaban en Nueva York en esos años. El formato gigante se convirtió en el preferido por sus contemporáneos, artistas abstractos, como William de Kooning, Marc Rothko, Barnett Newman… Su objetivo era que el espectador pudiera introducirse por completo en la pintura, identificarse y fundirse con ella, sentirse envuelto por un enorme lienzo. Cuando la prensa le entrevistó, Pollock explicó así su mural: “Es una estampida… Cada animal en el oeste americano, vacas y caballos y antílopes y búfalos, todos van a la carga a través de la maldita superficie…”. Esta metáfora del salvaje Oeste Americano nos da la clave de otra de sus influencias, quizá la mas profunda: el arte tribal de los indios americanos, por el que sentía una verdadera fascinación. Las creaciones sagradas de los chamanes en sus ceremonias eran pintadas sobre grandes superficies de suelo de tierra o barro. De ellos, Pollock absorbió un cromatismo de enorme expresividad, un dinamismo casi musical y una gran libertad de movimiento. La forma de pintar sobre superficie horizontal, casi danzando sobre el suelo, pronto se convertiría en su marca mas característica, dando lugar al “Drip paint”, su gran innovación de enorme influencia en artistas posteriores.
El Expresionismo Abstracto de Pollock, fue una respuesta al sentimiento pesimista de posguerra y la gran depresión económica, cuando el mundo entero se sumía en una gran desesperación y dolor. La llegada a EEUU de los artistas europeos de vanguardia (Kandinsky, Klee, Mondrian, Gorky…) que traían consigo sus principios artísticos, fue motivando la aparición de nuevos artistas de origen norteamericano. Su sueño era crear un arte estadounidense propio, libre de ideologías políticas y su bandera era la libertad. Así, el hombre y sus sentimientos son los protagonistas de su obra, llevando sus sentimientos, movimientos y acciones al lienzo mediante nuevas técnicas como el “Dripping”. La composición ya no importa, el cuadro se llena de la energía del artista, improvisada, abierta a accidentes, sin normas. Se crean enormes obras, pintadas sobre el suelo, que impactan al espectador y no le dejan indiferente, ya sea por identificación o por rechazo. Pollock pensaba que el Arte, para ser auténtico tenía que transmitir una gran fuerza pero a la vez, trascender para inspirar las emociones del subconsciente más profundo.
Exposición “JACKSON POLLOCK, Energía hecha visible”, con Mural (1943), pionero del Expresionismo Abstracto, llega por primera vez al Museo Picasso de Málaga procedente de la Peggy Guggenheim Collection de Venecia y de la Deutsche Bank Kunsthalle de Berlín. (foto de El País)