Recomiendo aparcar en el parking de la Plaza de la Marina, para poder sentir el olor de “La mar”.
La luz de estos días primaverales, y el paseo a pie por calle Larios de camino hacia el Thyssen, nos van entonando para contemplar la exposición temporal que podemos disfrutar en Málaga hasta Septiembre.
“Días de verano» de Sorolla a Hopper.
Y qué mejor sitio que Málaga para lucir las olas, pinceladas azules y blancas de artistas que se dejaron embaucar por el encanto marino.
No es porque sea Sorolla uno de los pintores elegidos, a la vez que uno de mis preferidos, pero recomiendo su visita ya que es un anticipo del verano. Bueno, de aquellos veranos tranquilos de antaño, donde pasar las horas en un sitio relajado, y con un clima aceptable, era la máxima aspiración.
Las malas comunicaciones e infraestructuras andaluzas de aquella época, hicieron que esta maravillosa costa del sol , donde me he criado, no fuese un sitio demandado por las clases pudientes .
Y como hasta 1930 no se puso de moda el bronceado, la gente no buscaba el sol con desesperación .
Pero Sorolla , “nacido en el Mediterráneo”, como la canción de Serrat, lo conocía bien.
Destacan los niños bañándose en la playa y el retrato de su mujer, sentada bajo su sombrilla vestida de blanco bajo el sol.
Como admiradora a ultranza me gusta seguir sus pasos. Pasear por la casa de Sorolla en Madrid, entre los botes y pinceles es una maravilla. Uno puede retroceder a esos momentos en los que el pintor jugaría con los colores en pequeños bocetos de prueba.
Hace unos años pude admirar, también en Málaga, la majestuosa serie de obras que pintó Sorolla por encargo de Mr.Huntington para la Hispanic Society de Nueva York, cuando la misma recorrió nuestra geografía durante dos años, y fue admirada por más de 2 millones de personas . Una de sus paradas fue en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC) de esta ciudad.
Entre las paredes blancas, su obra era una explosión de luz y color, que enorgullecía a cualquier español tanto de las azules aguas marítimas y la iluminación de muestra costa, como de los colores que teñían las tierras castellanas o norteñas.
“ Visión de España “ abrió nuestras costumbres y tradiciones, al mundo ,…y nuestra luz.
El verano pasado, en Nueva York, tuve la ocurrencia de visitar la exposición en el sitio donde el pintor realizó su obra durante ocho años. Hace unos años se realizaron algunos cambios, como la sustitución de la claraboya central y el artesonado de madera que recubría las paredes. Quería ver como cuidaban los americanos aquella inversión que realizó el señor Archer Miton Huntington con el objeto de estudiar y difundir nuestro patrimonio cultural y artístico , del que era un enamorado.
Mi decepción fue grande ya que a pesar de la remodelación hecha por Bancaja, no pude tener una impresión más triste.
Pese a la categoría artística de algunas obras, ya que la colección está compuesta por pinturas de Goya, Velázquez, el Greco, Ribera… los cuadros colgaban en las paredes de los pasillos que bordean una estancia cuadrangular, y la gran obra encargada para iluminar nuestras costumbres se encontraba en una sala, ahora llamada Galería Bancaja, pintada en color teja . Hacía calor y la iluminación era pésima.
Por todos lados, agradecimiento a Bancaja, pero después de haberla admirado en el CAC, tengo que reconocer que su ubicación permanente no deja ver su espíritu, sino que más bien parece su tumba.