Hoy quiero brindar a través de letras cantarinas por todos los poetas, esas personas que nos recuerdan que la vida es un regalo a desenvolver a diario más allá de cualquier circunstancia.
Se manifiestan de tantas maneras como la vastedad de versos que emanan de cada corazón. Lo más lindo es que todos podemos ser esos poetas si nos animamos a sacar a la luz nuestra unicidad.
Es lindo poder apreciar esa poesía que despierta nuestra propia rima… Está quien tiene una capacidad motivadora nata, logra encoger tristezas y te incentiva a escalar muros. No se deja apabullar por las adversidades, las entiende también cual oportunidades. Cuenta con el ingenio necesario para desdramatizar y no perder el eje de lo esencial. Tiene la destreza de abrir puertas a quienes creen que todas están cerradas con candados.
Asimismo, nos sorprende aquel que parece atesorar un firmamento dentro y, cuando te ve, quiere regalarte una estrella, invitándote a acampar en el cielo; sabe soñar con los pies en la tierra. El sol sale por su sonrisa y en sus ojos se esconde la luna, al compartir con él vivencias la calidez de un hogar que al candor de las velas te despabila al espíritu romántico de los días.
Es un privilegio encontrarte con esa persona que te interpela con su voz sentida animándote a realmente vivir, a saltar, a descubrir el caudal de un río en un manso lago, aunque de ser necesario en sentido inverso, hallar el lago en un río, tranquilidad pero de un modo vital. Te inspira valentía, empuje y alimenta tu deseo de ser vos mismo y de resurgir proyectos.
Está aquel cuya percepción aguda hechiza lo inadvertido, pinta la rutina de colores sacando a pasear al sentido del humor. Sabe dónde reposar su atención y no deja que su mente lo lleve por enredos que extravían ni por pantanos de replanteos rumiantes. Atraviesa dificultades sin que su espíritu decaiga y encuentra las mil razones para siempre levantarse al ritmo del coraje.
Contamos con quien abraza tu vulnerabilidad cuando tú no puedes hacerlo, tiene el don de consolar y regalar esperanza. Su mirada fecunda parece decirte “te quiero, sos valioso, vas a salir más fuerte de esta prueba”.
Cómo no apreciar a aquel que hace de la caída un trampolín en el que toma envión, al que se focaliza más en lo que puede que en lo que no, al que acepta las cosas como vienen… al que hace que alguien salga mejor de lo que llegó, al que abriga la soledad que otros no perciben… al que no se cautiva con rascacielos sino con una casa de fuertes cimientos que construyen un hogar…al que ve más allá de una apariencia descuidada y viste a la persona de gala…al que sufre con amor y al que abraza la oscuridad del otro para que le llegue luz…
Los poetas son los que logran, frente a la realidad, parir una destreza, esculpir una obra de arte; todos contamos con dicho potencial, tenemos la posibilidad de brindar una estrofa que a otro le falta, un verso que completa su particular manera de ser, de vivir y asimismo, recepcionar los de los demás.
Gracias a ellos y a tantos más por regalarnos la belleza de la rima y la musicalidad de sus pasos, por donar una mágica métrica que embellece el paisaje y despertar un eco interior. Al verlos nos contagian, nos incentivan y aprendemos a vivir.
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