Joaquín Sorolla y Bastida es sin duda, el pintor español del Siglo XIX mas conocido a nivel internacional. Su exposición en el Palacio Real de Madrid, “Sorolla a través de la luz”, es una muestra inédita para el público de Patrimonio Nacional y para los seguidores del artista: su obra original dialogará por primera vez con recreaciones digitales, como una sala sensorial y otra de realidad virtual. El Palacio Real de Madrid acoge en cuatro salas un total de 24 obras originales, en su mayoría procedentes de colecciones particulares y expuestas por primera vez. La selección representa los temas favoritos del pintor, como el mar, los jardines, los retratos y las escenas costumbristas. Las obras dialogarán con recursos tecnológicos de vanguardia mediante espectáculos de imagen y sonido que intensificarán la percepción del espectador.
Sorolla fue un gran admirador de la mujer en general pero su verdadera pasión fue su esposa, Clotilde, y sus hijos María y Joaquín, a quien pintó una y otra vez en distintas edades de su vida.
Ya en vida, Sorolla fue famoso por sus escenas costumbristas así como por sus escenas de playa. En todas se aprecia la combinación de realismo y lirismo poético. Destaca su impecable dominio del color blanco que utilizó con brillantes pinceladas durante toda su trayectoria artística. Su estilo ha sido descrito como impresionista o postimpresionista pues está a caballo entre ambos periodos, incluso algunos críticos consideran su obra como un cruce entre los impresionistas franceses y los acuarelistas ingleses.
Formado en Valencia, su ciudad natal, Sorolla viajó a Madrid para estudiar intensamente las obras del Museo del Prado. Gracias a una beca, pudo residir y estudiar en Roma durante cinco años. Durante esta época se dedicó a pintar, sobre todo, cuadros de temática histórica.
Lo que supuso una verdadera revolución en su estilo, fue un viaje a París en 1894 que le puso en contacto con la pintura impresionista. Abandonó los temas anteriores y comenzó a pintar al aire libre, dejándose invadir por la luz y el color del Mediterráneo. Las obras que más se identifican con el arte del pintor valenciano son precisamente las de colores claros y pincelada vigorosa que reproducen escenas a orillas del mar Mediterráneo de su tierra natal.
Fue un artista muy activo y prolífico que pintó miles de dibujos y acuarelas preparatorias. Realizó también múltiples retratos de personalidades españolas, incluidos los Reyes, en contraste con algunas obras de denuncia social bajo la influencia de su intimo amigo, el brillante escritor Blasco Ibáñez.
Su estilo agradable y fácil hizo que recibiera innumerables encargos, situación que le hizo gozar de una desahogada posición social que le permitió viajar y conocer mundo. Además, su fama rebasó las fronteras españolas para extenderse por toda Europa y Estados Unidos, donde expuso en varias ocasiones.
Durante diez años (1910-1920) pintó una serie de murales inmensos con temas regionales para la Hispanic Society of America en Nueva York, cuyas obras, fueron expuestas en una exposición itinerante por España hace unos años.
El estilo más característico de Sorolla, de técnica y concepción impresionista, destaca por su exquisita representación de la figura humana, especialmente mujeres con vestidos vaporosos y niños desnudos, a menudo sobre un fondo de playa o paisaje. El artista es un genio plasmando en sus lienzos los reflejos, las sombras, las transparencias, la intensidad de la luz y el color. Consigue transfigurar imágenes cotidianas dando valor a personas normales y escenas de temas intrascendentes con su forma de pintar.
Además de esta exposición, “Sorolla a través de la luz”, la mejor forma de sumergirse en su obra, y casi en su vida, es visitar su importante colección en el Museo Sorolla de Madrid, instalado en la que fue su casa y estudio. Allí se puede respirar aún la esencia de este genial artista, inspirado en la mujer y conocido como el “pintor de la luz”.
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