Eran los años 80 cuando Penélope Cruz, una niña soñadora de barrio, fantaseaba con ser actriz y trabajar con Pedro Almodóvar. Mientras se formaba como bailarina (coincidí con ella en algunas clases de baile), sonaba en nuestros radiocasetes de doble pletina “La fuerza del destino”. En el cine de la esquina, proyectaban “Jamón, jamón”, con unos jovencísimos Javier Bardem y Penélope Cruz como protagonistas. No imaginaban, por aquel entonces, que muchos años después formarían una familia.
Cruz, saltó al estrellato protagonizando aquel video de la canción de Mecano, compuesto por Nacho Cano, que más tarde se convirtió en su pareja. La película de Bigas Luna, supuso su primera nominación a los Goya, con la que también ganó el Fotograma de Plata a mejor actriz. Brilló en “Belle Époque”, de la mano de Fernando Trueba, por la que fue nominada a numerosos premios.
En los 90, no paró de trabajar hasta que consiguió hacerlo con Amenábar y Almodóvar, en varias películas que la consagraron como actriz. Con “La niña de tus ojos”, de Trueba, recibió su primer Goya. Y tras el éxito internacional de “Todo sobre mi madre”, Penélope se marchó a Hollywood. Muchos la criticaron por ello, con esa envidia española de quien consigue el éxito fuera de nuestras fronteras. Yo la aplaudí por salir de su zona de confort, en su valiente intento de crecer personal y profesionalmente. EE.UU. la reconoció como actriz y aquella niña soñadora, de apariencia frágil, volvió a España convertida en una mujer fuerte y madura, que se comió el mundo gracias a los que la apoyaron y a los que no.
Desde entonces, Penélope Cruz ha trabajado con los mejores directores y protagonizado más de 60 películas. Ha recibido todos los premios, incluido el Oscar a mejor actriz secundaria por “Vicky Cristina Barcelona”, dirigida por Woody Allen.
El sábado, en el Festival de Cine de San Sebastián, la actriz recogió emocionada el Premio Nacional de Cinematografía, convertida en la intérprete española más premiada de la historia. Lo hizo con ese brillo en los ojos de quien sabe, pese a las dificultades, que ha conseguido sus sueños gracias a la constancia y el esfuerzo. Quiso dedicárselo a su familia, por apoyarla ciegamente a entrar en un mundo ajeno y desconocido para ellos. A su madre, por ser un ejemplo de mujer trabajadora y dedicación con sus hijos. Y a los directores que le abrieron las puertas del cine, es especial a Pedro Almodóvar, que la convirtió en su musa.
Penélope, ha anunciado que la dotación económica del galardón (30.000 euros), irá destinada a causas sociales. Un tercio para la unidad CRIS contra el cáncer de La Paz. Otro, para el fondo asistencial de actores en precariedad de AISGE, creado por Pilar Bardem. Y el último para la Plataforma de los afectados por la Hipoteca, tema del que la actriz habla en su última película, “En los márgenes”. La ópera prima de Juan Diego Botto, que Penélope Cruz produce y protagoniza junto a Luis Tosar, se presentó en el Festival de Venecia hace unos días. También ha sido seleccionada en San Sebastián por tratar un tema social de vital importancia en nuestra sociedad actual.
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