Hola Mateo.
Soy África, ¿te acuerdas de mí? Mi mamá dice que sí, que seguro, segurísimo, me recuerdas. Siempre jugábamos juntos, antes de que te pusieras malito. ¿Te acuerdas ahora? A veces era con tus coches de carreras y otras con mis cocinitas. Yo hacía de mamá y tú, de papá, y mi Nenuco era nuestro bebé. También íbamos juntos al parque. Yo de eso no me acuerdo bien, pero mi mamá me ha enseñado fotos de los dos juntos.
¿Sabes una cosa? Creo que mi mamá es también tu mamá. A lo mejor de eso te acuerdas mal, porque en las fotos sales muy pequeño; aún ibas a la ¨guarde¨. Como seguro que es así, yo te explico cómo es ella. Es alta, pero no tanto como papá, y tiene el pelo marrón. Se hace un moño muy bonito en lo alto de la cabeza, del que se le salen los pelos que tiene más cortos, como a mí. Sonríe mucho, muchísimo, y al hacerlo nos enseña todos los dientes. Y tiene una ropa muy bonita de color rosa, y azul, y amarilla, y de flores y rallas… Y a veces se pinta las uñas de rojo. Parece una reina.
Ella me quiere mucho, y a papá y a ti también, que lo dice siempre. Cocina genial, sobre todo los macarrones con tomate y la tarta de chocolate.
Aunque no te dio tiempo para aprender a leer, a lo mejor en el cielo le puedes pedir a un angelito que te enseñe, para que podamos escribirnos. Esta carta es también para mis deberes del cole, debo reconocerlo. Tenía que escribir una carta a un hermano o a un primo. Y como tú eres mi único hermano, te la escribo a ti.
Mamá me contó por qué no vives con nosotros. Es cuando me enteré de que vives en el cielo. ¿Es verdad que allí hay chuches y piscinas de bolas?… Mama te echa mucho de menos. Deberías bajar de vez en cuando, para contarnos lo que haces allí. Así no se preocuparía tanto.
Ahora me tengo que ir a cenar, que mamá ya me ha llamado dos veces. Papá se enfada cuando no obedezco a la primera.
La semana que viene te volveré a escribir. Así te cuento lo que hago en el colegio, porque como tú no vas, pues no aprendes. Mamá me ha contado que tienes también ocho años, aunque te fuiste al cielo con tres. Así que debes estar muy atrasado con las tareas.
Ya me ha llamado por tercera vez. Ahora seguro que me castigan.
Un beso, hermanito. Te quiero mucho yo también.
África L.
Isabel Ros
Ganadora XII Edición Excelencia Literaria
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