El autor de cómic y creador del universo Occi y Morons, Pablo R. Coca, expresa que lo que le sucede a los protagonistas es un reflejo de lo que nos ocurre a las personas, de sus dificultades y de lo bueno que trae el estar presentes.
En «Durante la tormenta» (Bruguera, 2023), libro publicado este marzo, se retoma la historia de Occi y Morons (@occimorons) que se iniciaba en su primer libro «Esas cosas que nos pesan», donde Occi decidía ir a terapia y se expone la idea del cuidado y el autocuidado. En su segunda obra, el autor pone de relieve la importancia de las personas que acompañan a quien sufren problemas de salud mental. En Durante la tormenta, hablan desde la intensidad de su ser, comparten lo bueno y lo malo, sus miedos, inseguridades, es decir, están el uno para el otro.
El público de Pablo R. Coca se mantiene fiel a sus publicaciones y a todo lo que acontece a los personajes, sobre todo a través de sus redes sociales. Él mismo apunta que su leitmotiv es: “Los psicólogos también vamos al psicólogo”.
Woman Essentia.- Usted cuenta que también tuvo que pedir ayuda profesional, ¿cómo fue ese momento
Pablo R. Coca.- Fue bastante complejo. Primero porque me costó bastante reconocer que necesitaba ayuda, más cuando tenía la creencia de que los psicólogos no van al psicólogo. Segundo, porque pedir ayuda muchas veces implica un coste económico extra que no siempre te puedes permitir. Recuerdo que al primer psicólogo que acudí, durante la primera sesión me miraba muy pocas veces a los ojos mientras le contaba lo que me pasaba. Esto hizo que no me sintiera a gusto y por ello, nunca más volví. Pedí ayuda a otro profesional con el que me sentí muy cómodo y fue con el que empecé mi proceso terapéutico. No siempre uno encaja con el primer psicólogo al que acude ya que son muchos factores los que se ponen en juego.
El viaje de Occi y Morons
WE.- ¿Cómo surge la idea de esta historia, de este viaje que ya cuenta con dos libros, que emprenden Occi y Morons?
P.R.C.- La idea de hablar de salud mental a través de historietas surge en abril del 2020 justo cuando estábamos confinados debido al COVID. Mi hermana está diagnosticada con el síndrome 22q11.2 (“trastorno causado por la falta de una pequeña parte del cromosoma 22 y supone el desarrollo insuficiente de varios sistemas del cuerpo”) y a los 15 años le diagnosticaron un problema de salud mental grave. En cuarentena, los síntomas de su problema de salud mental aumentaron considerablemente.
Como hermano de una persona con problemas de salud mental y un síndrome raro que le produce determinadas patologías, desde pequeño me ha costado bastante conectar con ella. En cuarentena, nos vinculamos a través del arte. Recuerdo pasar pequeños ratitos durante el día bailando o haciendo dibujos en la mesa del salón. Entre las manualidades y dibujos que hicimos, me gustó uno al que le puse un bocadillo con un poco de texto. Así fue cómo surgió la primera viñeta la cual subí a redes sociales con el objetivo de tener un álbum digital de las cosas que iba creando.
El proyecto empezó poco a poco a viralizarse. Los protagonistas Occi y Morons empezaron a tomar más y más presencia y un día, la editorial Penguin Random House me contactó porque estaba interesada en publicar un libro sobre salud mental conmigo.
El valor de quien acompaña
WE.- No sólo es importante Occi en la idea del aprendizaje personal, del trabajo por aceptar su situación y buscar soluciones, sino que Morons destaca por ser esa persona que quiere ayudar y no sabe cómo o se siente frustrada por no conseguir resultados positivos en su amigo. ¿Qué les diría a esas personas que acompañan a otros que sufren problemas de salud mental? ¿Qué pueden hacer cuando están a su lado?
P.R.C.- El segundo libro que he publicado trata justamente sobre esto, sobre cómo acompañar a alguien que quieres y que lo está pasando mal. Yo soy una de esas personas que acompañan, como he explicado.
Me parece arriesgado decirles alguna cuestión en concreto ya que cada persona es un mundo y las dinámicas que se establecen a la hora de acompañar a esa persona pueden ser muy concretas. Lo que sí podría decirles es que es importante ser conscientes de las emociones que nos genera ver a alguien que queremos sufrir y hacer algo con ello. Las personas que acompañamos también tenemos que digerir muchas emociones que pueden provocarnos culpabilidad y malestar. Para mí esta cuestión es bastante importante y por ello le he dedicado bastante espacio en mi libro.
Respetar el sufrimiento ajeno
WE.- Usted dice que es más importante escuchar que intentar cambiar a la persona, obligarla a estar de un determinado modo, ocultar su malestar, fingir, sonreír a la vida cuando no apetece… Tu paraguas puede no proteger a tu amigo o familiar de la tormenta. ¿Podemos estar y sentirnos mal conscientemente y ser al mismo tiempo respetados y validados de igual modo que cuando las cosas van mejor?
P.R.C.- La metáfora que refieres es una metáfora clave que expongo en mi libro ya que también es importante dar a conocer que muchas veces, ese paraguas que sostenemos y que protege de la lluvia a la persona que acompañamos no sirve, por lo que sea. Hay ocasiones que nuestra ayuda, por muy buena intención que tengamos no es y no puede proteger. No obstante, la persona que acompaña no siempre tiene que estar físicamente ahí porque hay muchas formas de estar. Hay que respetar el sufrimiento de cada uno, de cada parte implicada y responsabilizarnos con lo que hacemos y con el malestar que sentimos.
WE.- ¿Diría que el amor en estos casos no puede con todo, no logra sanar a quien más quieres?
P.R.C.- No es que el amor no logre sanar, sino que cuando hablamos de problemas de salud mental las cosas se pueden volver bastante complejas y sumado a la falta de información que existe para las personas que acompañan en la salud mental, sabemos que el amor, aunque sea fundamental, no puede con todo. Si lo pensáramos a niveles exagerados, si el amor curase los problemas de salud mental, no habría profesionales de la salud mental.
Miedo a no poder ayudar
WE.- ¿Cree que generalmente cuando le presentas tu dolor a otras personas, suelen tener miedo a quedarse y no saber cómo proceder, incluso que pueda salpicarles a ellos?
P.R.C.- Es una de las situaciones que pueden pasar. Escuchar el dolor ajeno no es sencillo y solemos sentirnos responsables de solucionar como sea el sufrimiento que siente la persona, de ahí que una vez que la persona nos cuenta qué le pasa, le ofrezcamos numerosas soluciones que se nos ocurren para que su malestar disminuya. Cuando hablamos de personas que están pasando por un problema de salud mental esto no suele funcionar porque les estamos mandando el mensaje de que lo que le sucede son cosas suyas y minimizamos su malestar. Suele haber cierto miedo a preguntar sobre determinados temas por si dañamos o causamos aún más sufrimiento a quien acompañamos.
WE.- ¿Ha recibido mensajes de personas a quienes sus viñetas les han ayudado en su proceso de autocuidado?
P.R.C.- Sí. Suelo recibir bastantes comentarios. Además, cuando publiqué mi primer libro que trata sobre la importancia de normalizar el pedir ayuda, nunca pensé que podría generar tanto impacto positivo en las personas que lo han leído. Lo que más ilusión me hace es conocer que algún adolescente ha trabajado el libro en su instituto o que se lo han regalado y ha sido relevante para él.
No todos los problemas tienen solución acudiendo al psicólogo
WE.- Usted reivindica la necesidad de acceso a la ayuda profesional. ¿Qué es necesario para que la situación que viven muchos adultos y jóvenes mejore?
P.R.C.- Así es. Tengo también mi parte activista por redes sociales a través de mis viñetas. Para que la situación en relación con la salud mental mejore necesitamos cambios estructurales y transversales. Todos conocemos el momento económico que estamos atravesando, que tiene un claro impacto en el proyecto de vida que podemos construir los jóvenes y que eso afecta a nuestra salud mental, por no hablar de otros tantos factores como es la falta de psicólogos en la Sanidad Pública, el acoso escolar o las diferentes violencias que podemos padecer.
WE.- En el libro, en una de sus viñetas, Morons dice a Occi que no todos los problemas son de tipo psicológico y no pueden abordarse yendo al psicólogo. ¿Entiende que a día de hoy a las personas nos faltan herramientas para afrontar muchas situaciones, para darles solución solos? ¿Puede ser un tema de falta de tolerancia a la frustración, de sobreprotección desde la infancia por parte de los padres…?
P.R.C.- Hay problemas como son no llegar a fin de mes que, aunque no sean un problema psicológico al final afecta a nuestra salud mental y quizá la solución no es ir psicólogo de la Sanidad Pública, sino que hay más allá a lo que atender. Desde pequeños no nos enseñan a gestionar las emociones, eso es algo que sabemos todos, pero también hay que ser conscientes de que no podemos pretender estar preparados para todo lo que nos venga porque hay situaciones que nos desbordarán y eso no supone que seamos débiles o que no sepamos tolerar el malestar.
Estar sin más
WE.- ¿Piensa que debemos dedicar más tiempo de calidad a nuestros seres queridos, decirles lo que los queremos, compartir lo bueno y lo malo, hablar, escuchar, permanecer en silencio…?
P.R.C.- Sí. Debemos dedicarnos más tiempo, pero muchas veces los ritmos de vida que llevamos no nos lo ponen fácil. Mi proyecto de salud mental a través de las historietas de Occi y Morons son un claro reflejo de nuestras relaciones humanas, sus sinsabores, pero también de la ternura y de estar presentes, de estar sin más.
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