El libro de hoy, «Tu mirada ilumina el mundo», es posiblemente el más intimista y autobiográfico de todos los que la autora italiana Susanna Tamaro (Trieste, 1957), tiene en su haber. Desde que se diera a conocer en 1989 con «La cabeza en las nubes» y en 1994 saltara a la fama con «Donde el corazón te lleve» (novela traducida a más de 35 idiomas, y llevada al cine), la escritora ha publicado más de quince títulos entre novelas, ensayos, artículos y relatos.
En esta novela, planteada como una larga carta, Tamaro se dirige a un joven poeta amigo suyo recientemente fallecido, Pierlugi Cappello. Es especialmente emotiva la reflexión que hace sobre la naturaleza de su amistad… «¿Qué es la amistad sino una atención paciente y amorosa hacia la vida del otro?», nos interpela. Una amistad genuina y verdadera entre dos almas sensibles, dos seres humanos que no encajaban en el molde (una con síndrome de Asperger, el otro en silla de ruedas), e intentan sobrevivir en una sociedad materialista y pragmática como la nuestra.
La autora lanza una mirada a su vida, desde la infancia hasta la situación actual, y revisa los acontecimientos del presente con mirada crítica, poniendo en tela de juicio los valores establecidos. Además, reflexiona sobre su concepción de la creación literaria, y nos provoca a descubrir el sentido profundo de la poesía, haciendo una defensa a ultranza del poder de las palabras en general, y de este género literario en particular… «descubrir el poder rompedor de las palabras fue para mí como descubrir la apertura de una grieta en lo alto de la torre en la que vivía prisionera».
«¿Qué hay más inútil, más gratuito e injustificado que la poesía?» Se pregunta Susanna.
Habla de todo, y acerca de todo. No elude los temas más duros o polémicos: la insensibilidad ante el sufrimiento, la tentación del suicidio, la presencia del mal, la compañía del dolor, la destrucción del medio ambiente, el aborto o la eutanasia… El estilo es sencillo y directo, con frecuentes preguntas que apelan al lector, a la manera de una conversación en la intimidad.
Lo que perturba -y lo que da la idea de fragilidad a la que hemos llegado -es que se delegue todo a la técnica, que se entreguen las manos de nuestra vida al Estado.
En primer lugar, se pregunta Susanna, qué tiene de malo intentar evitar el mal y el sufrimiento. Una tendencia desgraciadamente al alza en el mundo en el que vivimos. «Nada de nada», se contesta a sí misma. «Es el más humano de los deseos. Lo que perturba -y lo que da la idea de fragilidad a la que hemos llegado -es que se delegue todo a la técnica, que se entreguen las manos de nuestra vida al Estado.» Potentes estas palabras de la escritora italiana que preludian una reflexión posterior más concreta acerca de lo que antes era una «buena muerte», (cuando todavía «existía» la idea de eternidad, y por tanto de Juicio Final, que significaba morir en gracia de Dios), y ahora es la eutanasia. Es más, Tamaro llega aún más lejos y nos habla de eugenesia (aplicación de las leyes biológicas de la herencia al perfeccionamiento de la especie humana) como una realidad plenamente activa (por ejemplo, en lo relativo a la elección de embriones con el fin de evitar la transmisión de enfermedades).
Al final, como explica ella en el libro, vivimos plenamente nuestra humanidad únicamente en la medida en la que «somos capaces de aceptar la fragilidad, de enfrentarnos al dolor, de asistirlo, de compartirlo a través de la delicadeza de los pensamientos y los gestos».
En ese diálogo casi compartido, destaca especialmente la llamada de la autora a recuperar una sociedad en la que quepamos todos, en la que la diferencia no se elimine ni se etiquete, sino que se añada. Y lo hace desde su situación personal, ya que padece Síndrome de Asperger, lo que le hace vivir en un mundo diferente cuyas leyes sólo comprende ella. Teniendo en cuenta que su amigo poeta, tras un accidente de moto, queda parapléjico en una silla de ruedas, los años que dura su amistad fueron para ella los años de mayor libertad. La libertad de ser como son.
Dos vidas, que según los estándares de felicidad y éxito que nos pretenden imponer, no habrían considerado sus vidas dignas de ser vivida, habrían corrido el riesgo de ser eliminadas antes de empezar. Tremendo, pero cierto.
«La gran astucia de los enemigos de la vida es hacer creer que su defensa sólo concierne a los católicos, curas, y fanáticos extremistas. Por eso ocultan, mitifican, manipulan».
Una realidad terrible pero incontestable. No hay más comentarios.
Unas vidas las suyas, que comenzaron con dificultades en su ámbito familiar. En el caso de Susanna, con una familia deshecha, y una madre que nunca supo comprender a su hija, (en aquella época no se diagnosticaba tan temprano). Y es que ella admite que no poder admirar a tus padres es un lastre que ha llevado toda su vida. «No hay consuelo, no hay reparación posible…de los cimientos depende la solidez de una persona». asegura la autora. Qué importante es la familia para el desarrollo de un niño, y su futura felicidad, aún más en el caso de niños con necesidades especiales.
Pero tuvieron la suerte de tenerse el uno al otro, y ambos descubrieron algo que tú, querido lector y yo sabemos de sobra: que los libros salvan vidas. En la era tecnológica y del consumo, en la que todo tiene un precio, deberíamos recordarlo más a menudo. La autora italiana ha sabido encontrar el valor terapeútico de las palabras y asombrarse de la belleza de las cosas de este mundo, (son maravillosas sus descripciones de la Naturaleza) que nos transmite a través de una prosa casi poética marca de la casa.
«Apreciar la belleza donde otros no ven, es como mirar todo con el asombro de un niño maravillado.» Ése es el secreto de la felicidad.
Muchas gracias Susanna.
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