5 de junio de 2018, ocho de la mañana: primera jornada de la EVAU en las universidades de Madrid. La alarma ha devuelto a Luis a su particular realidad, pues está a punto de afrontar el que probablemente sea el examen más importante de su vida. Tras dar una última lectura a los apuntes que le ha dejado su hermano, que ya pasó esa prueba dos años atrás, se prepara y se dirige al Cercanías. Cuando sube al tren que le llevará a la Universidad Autónoma, lugar de la prueba, Luis se queda asombrado. Nunca había visto a tanta gente joven en un mismo vagón, ni había sentido cómo exudaba tanta adrenalina junta.
La tensión aumenta hasta las diez, cuando abren las puertas del aula. Primer examen: Lengua Castellana y Literatura. <<Pues no era para tanto>>, le dice a un amigo a la salida. Les quedan dos exámenes más antes de volver a casa, en donde Luis tiene previsto repasar las pruebas del día siguiente.
7 de junio de 2016, ocho de la mañana: primera jornada de la PAU. A Javi los nervios le sueltan descargas desde que sonó la alarma. Intenta dar un último vistazo a los resúmenes que le ha proporcionado Alicia, su profesora de Lengua, pero la ansiedad lo atenaza. Cuando el tren abre sus puertas, se pregunta si podría volcar a causa de tantos pasajeros apretujados en el vagón y si queda algún sitio para él. A Javi siempre le han atraído los medios de comunicación, pero toparse con tantas cámaras de distintas cadenas de televisión conglomeradas ante la facultad, no hace sino aumentar la tensión que lo aprisiona. Tensión que desaparece media hora después, en cuanto lee las preguntas del examen de Lengua Castellana y Literatura. <<Tampoco era para tanto>>, comenta una vez acabado el examen. Le esperan aún las pruebas de Filosofía e Inglés antes de volver a casa para seguir estudiando.
9 de septiembre de 2015. Tras presentarse ante los alumnos de 2º de Bachillerato que atiborran el aula, Alicia intenta tranquilizarlos: <<Sé que estáis nerviosos porque al final de este curso os someteréis a la temida PAU. Pero no debéis asustaros más de la cuenta. Yo también tuve que pasar por la Selectividad y entonces no había asignaturas optativas ni nada por el estilo. Te examinaban de todo, sin margen de error. Aun así, aquí me tenéis. Pero sí, este año os toca esforzaros, pero merece la pena: el año que viene podréis estudiar la carrera que queráis>>.
Selectividad, PAU, EVAU… Da igual cómo se llame la prueba a la que tantos alumnos temieron, temen y temerán. Es un examen más. Con más contenidos, sin duda, y en la que muchas cosas del futuro se ponen en juego. Sin embargo, un estudiante que ha pasado doce cursos repletos de aprendizaje y exámenes puede con ella. De hecho, el porcentaje de suspensos es casi anecdótico, fruto de la pereza y la irresponsabilidad de quienes no quieren conocer las reglas del juego de la madurez.
Javier Merino
Ganador de la X Edición Excelencia Literaria
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