Conocí a Carlos hace ya algunos años. Vino a dar una charla-taller a Marbella sobre la personalidad, y me acuerdo que me acerqué a él porque el resultado de mi prueba salía bastante contrapuesto. Me impresionó mucho su voz, su seguridad y, como no, su altura, pero sobre todo, su optimismo y su forma de transmitir.
Tengo que decir que le invité a escribir y fue el primer colaborador externo de este medio, por lo que le doy las gracias.
Me leí «Del ataúd a la cometa», su libro estrella, varias veces… Estoy contenta porque mi edición es ya casi de coleccionista, al igual que me pasa con Catherine L’Ecuyer con «Educar en el asombro». También hablamos de ella, a quién los dos tenemos la suerte de conocer.
Carlos Andreu es licenciado en Derecho y MBA por el IESE, en el inicio de su carrera profesional ocupó puestos directivos comerciales en empresas de distribución y en una empresa líder del sector del vending. Viajó mucho, y sigue viajando, ya que es profesor habitual de Universidades españolas como la de Navarra, el CEU, la Antonio de Nebrija y de Escuelas de Negocios como IESE-IRCO, Instituto Internacional San Telmo, El Centro de Ibercaja… Además es profesor visitante de otras Universidades como la de Universidad de los Andes en Chile, la Iberoamericana en México…
Actualmente tiene su propia empresa de consultoría, formación y desarrollo, y cuando algo es tuyo, el viajar es diferente.
Después de una gran charla, en la que nos dio las claves para ser un poco más feliz y ordenar nuestras vidas: familia, trabajo, salud y amigos, nos recordó cómo la familia, algo a lo que siempre ponemos verbalmente en primer lugar, es a lo que menos tiempo se suele dedicar en la realidad. Y nos recordó la definición de éxito de Ralph Waldo Emerson:
“Reír mucho y a menudo; ganarse el respeto de las personas inteligentes y el afecto de los niños; apreciar las críticas honestas y soportar el abuso de confianza de los falsos amigos; apreciar la belleza y buscar lo mejor en los demás; dejar el mundo un poco mejor, con hijos, un “pedazo de jardín” o mejorando la condición social; saber que una vida ha transcurrido más fácilmente porque tú has vivido. Esto es haber triunfado”.
Como siempre, las cosas sencillas son las que dan la felicidad.
Woman Essentia.- Tanto en el camino que has elegido de la consultoría, como en tu forma de transmitir pareces un enamorado de las personas, ¿cuándo decidiste que era lo que te gustaba?
Yo creo que desde siempre ¿no? Y en el fondo aunque uno se dedique al mundo de la empresa, la empresa está formada por personas. Yo digo que caminamos, desde el punto de vista empresarial, cada vez más hacia un mundo de productos indiferenciados, pues la diferenciación de marca es por las personas, o que te atienden, o que te venden o que te convencen ¿no? Interactuamos siempre con personas.
Y además, por otro lado el poder ayudar a la gente a que descubran nuevas facetas en su vida, que sea más feliz, que tengan una vida más equilibrada… Eso es lo que le llena a uno de verdad, es más personal. A no todo el mundo le llaman a estas cosas…
Pero claro… hay gente que de una manera natural o vocacional está llamado a ayudar a otros o a enseñar a otros a caminar por la vida, bueno, si uno tiene esos dones hay que actuar y trabajarlos.
WE.- Está claro que tú tienes esos dones, no hace falta ni 5 minutos de una de tus charlas para darse cuenta, pero, ¿cómo empiezas en el mundo de la formación?
Yo llevo 15 años en este campo, pero empecé haciendo formaciones largas… Empecé con formaciones largas a entidades financieras, aseguradoras y tal, me llevaba a quince personas a un hotel y te metías tres días en el hotel. Pero lo cierto es que luego, con la crisis, todas estas cosas de irte tres días fuera, no sólo no se podían hacer porque había menos gente en las organizaciones, también el coste era muy bestial, además tampoco sé si eran del todo eficaces. Entonces, la gente comenzó a pensar: ya que vamos a hacer otras cosas, aunque sea aquí en la oficina, pues que venga alguien de fuera porque lo de dentro no era eficaz, y ya que vamos a hacer otras cosas, que venga alguien externo, y entonces, lo que antes hacías en tres días, ahora lo tienes que hacer en una hora.
La cuestión aquí es impactar. Impactar hablando ocho horas es relativamente fácil, porque en ocho horas al menos algo interesante dirás. Pero impactar en una hora es mucho más difícil, porque claro tienes que decir muchas cosas interesantes para que la gente diga «Jo qué interesante lo que dice este tío y que provechosa ha sido esta hora». Pero bueno, si a uno le gusta el escenario y sabe que tiene algo interesante que contar pues ya está hecho.
Todo lo preparas para enganchar, para que la gente tenga que mantener la atención, etc. Y esto son técnicas de expresión oral, es decir hay trucos que ayudan, pero no te puedes despistar ni cinco minutos.
WE.- Veo que la concentración es máxima entonces, pero además tienes una gran trayectoria en universidades de todo el mundo, y con la forma tan amena de enganchar con tu auditorio el éxito está garantizado ¿No has pensado nunca en trabajar con adolescentes? Sin duda los descolocarías y captarías su atención
Sí que hago cosas para adolescentes pero a partir de 16 años, de hecho los chicos de 16 ¡Jo! cogen estas cosas como con mucha ilusión. Hay nichos de personas en el mundo que cogen este tipo de mensajes dirigidos al interior de la persona, con mucha aceptación.
Luego hay otros nichos, los de 26 en adelante, que en un momento dado dicen ¿qué va a ser de mí? ¿Qué voy a hacer con mi vida? Esos lo necesitan mucho.
Pero hay también otros nichos, los profesionales, por ejemplo los médicos… es una profesión que a lo mejor les han enseñado mucho de medicina, pero menos de la persona. Esa parte de la persona se les ha olvidado. Los ingenieros… También, son gente de encender y apagar, controlar – suprimir, y les dices «hombre, en una persona eso no existe».
Hay determinados nichos de personas a los que estas cosas les llaman más la atención… que alguien me explique que la persona es difícil de entender porque es tan rico por dentro que ¡es inabarcable!
WE.- Nos viene bien a cualquiera… Pero a los jóvenes…
Los jóvenes no tienen esa perspectiva, pero que sepan por lo que pueden pasar, es importante, por lo que la vida les va a dar. En el fondo nadie va a fracasar en esta vida por un fallo técnico, o porque no sepas el plan general contable, es decir fracasas en la vida porque te estalla la vida.
Te estalla porque emocionalmente no puedes con la vida, esa parte de la educación emocional sigue fallando, esa sigue fallándonos
No digo que hay que dársela en la escuela, es más de la familia, de la sociedad, de los medios de comunicación, que sepan entender que las emociones están aquí y están con nosotros y eso nos puede hacer que nos comportemos de una determinada manera o de otra. Y entenderlas es lo que te ayuda a controlarlas.
WE.- Tus mensajes siempre son optimistas…
(Se ríe) Bueno, pesimistas hay suficientes… Sí, yo pretendo transmitir un mensaje de un optimismo razonable, es decir no el optimismo por el optimismo que sería locura, pero sí razonable.
El mensaje es que hay que seguir luchando, esto es caerse y levantarse y eso es optimista. El pesimista si sabe que va a volver a caerse no se levantará, pero aquí no, aquí nos seguimos levantando, y es incluso posible que algún día no nos caigamos, pero seguimos luchando.
WE.- Hoy por hoy hay mucha gente haciendo Coaching, todo el mundo es coach … ¿Qué es el Coaching de verdad?
Es una herramienta para que cada uno saque lo mejor de sí mismo, para que cada persona saque (como se dice ahora) la mejor versión de sí mismo y para eso, se puede ayudar de un coach.
El coach puede ser cualquiera, y yo de hecho, abogo porque no existan los coaches profesionales. Creo que no deberíamos existir, y la misión de un coach debería ser la de unos padres o un directivo, porque es parte de su responsabilidad, tener a su gente motivada, etc. No debería ser necesario tener que contratar a alguien de fuera, porque es parte de mi función directiva, es parte de mi responsabilidad.
Pero debería ser parte de nuestra responsabilidad, porque el coaching es ayudar, insisto en ayudar, no es decirle «tienes que ir por aquí», quien tiene que recorrer el camino es la persona, nosotros solo ayudamos.
Es decir, el coach no es un psiquiatra, no es un psicólogo, es una certificación que consigues en muchos sitios, hay miles de academias, centros de formación, hay un montón.
Hay muchos tipos de coaching chamánico, coaching de piedras… hay muchas variantes. Pero yo digo que meterse en la cabeza de una persona es muy difícil, hay que saber un montón sobre la persona. Es muy complicado, y al meterte dentro de ese ámbito se empieza a hablar de arenas movedizas, y hay que estar muy preparado. Meterme en ese ámbito requiere estar preparado y creo que no cualquiera puede hacerlo. Debes tener una base ética, de humanismo, de antropología muy bestia, incluso de filosofía, has de tener una formación muy bestia.
Además hay caso que no son de un coach. A veces me llaman del ámbito de las empresa y al final les digo: «lo que tenéis que hacer es llevar a este tío a un médico, yo no puedo hacer nada por él«. El coaching no sirve para gente que tiene la vida rota, para eso tienes que saber otras cosas. Es decir, en el fondo hay gente que con pastillas no cambia, pues imagínate sin pastillas, hacerlo a pelo. Se trata de sacar la mejor versión de ti mismo sobre matices, no sobre la globalidad como algunos piensan, porque para eso necesitas otra cosa.
WE.- Es cierto, conozco algún caso en el que la decisión de ser coach es resultado de una experiencia personal, pero si la persona está mal…
Sí, hay que tener mucho cuidado. Uno puede estudiar coaching porque para mi actividad profesional lo necesito, sí, porque te aporta unas herramientas, eso es muy positivo. Ahora, querer cambiar la globalidad de la persona es otra cosa.
WE.- En la actualidad se está confundiendo el liderazgo con el éxito económico
Se confunde el liderazgo con el dinero, con el que es capaz de hacer cosas muy grandes, Nelson Mandela, Vaclav Havel, o algún seleccionador de fútbol. Pero yo creo que el liderazgo está más basado en el servicio a los demás porque es más asequible a todo el mundo. Bastante más coexistente. Y si lo llevamos a la familia es hacer que la vida de mi familia sea más fácil. O si lo llevamos a la empresa…
El liderazgo está más basado en el servicio a los demás porque es más asequible a todo el mundo. Bastante más coexistente
WE.- Se puede llevar a muchos campos de la vida cotidiana. Otra tema: la felicidad. Se ha empezado a hablar de la felicidad en la empresa y está de moda hablar de ello, parece que todo el mundo tiene que ser feliz gracias a las políticas de la empresa
Sí, está muy de moda, cada vez hay más como «Director de felicidad», y dices ¿cómo? qué la empresa ahora se ha de dedicar a que yo sea feliz. Pues no. La empresa no debe hacer eso… primero póngase usted la mascarilla y luego póngasela a los niños. Que eso tenga que dármelo la empresa, ¡no!, es una responsabilidad de cada uno.
No olvidemos que a la empresa le gusta tenernos controlados, y además me voy a preocupar por tu felicidad. Y esto no termino de verlo.
WE.- Además siempre se ha dicho que la felicidad, como la belleza, está en el interior, ¿no? Hablemos de otro tema polémico… Eres padre de seis hijos ¿Qué opinas de las bajas de paternidad?
Bueno, yo como soy autónomo nunca he pedido una baja de paternidad. Yo creo que estas cosas de la conciliación, etc. bueno, antes los bisabuelos se casaban con la del pueblo de al lado…
Centrarnos en tiempos de cronómetro y que pensemos que somos buenos padres, en fin…la conciliación ha de ir más en una corresponsabilidad entre los dos, lógicamente la mujer ha de recuperarse de un embarazo cansado, o un parto doloroso o una necesidad afectiva. Es cierto que los hombres necesitamos un cambio de chip en hacernos cargo en las labores del hogar, uno puede ser igual de buen padre estando en casa o estando fuera, la realidad ha de ser la conciliación por el hueco del corazón que ocupan para ti estas cosas, no el hueco del reloj o de la agenda.
… Y todas las teorías del marketing dicen que es la cuota del corazón lo que mueve el mundo.
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