“No basta despertar cuando amanece: hay que mirar el horizonte”, parece ser el mejor arreglo de España.
Esta cita figuraba en las propuestas con las que Pedro Sánchez comenzaba el proceso de acercamiento, y estos días se verá, si también de entrega a Podemos.
Tengo que reconocer que mi sentir, como creo que el de gran parte del electorado español, es la ausencia de un verdadero líder capaz de entusiasmar, de animar a trabajar con esfuerzo a todos los españoles para unirnos y levantar nuestro país. Por el contrario, lo que tenemos en lugar son “líderes” que separan, siembran discordia y prefieren llevar la contraria a toda costa como hacen los actuales, aprovechándose de la indignación de la gente a raíz de los casos de corrupción, o de las situaciones extremas de algunos por la lenta recuperación económica.
El liderazgo es una de las palabras más utilizadas en todas las escuelas de negocio como condición indispensable para dirigir una empresa. Llegándose incluso a abusar de esta palabra, ya que no todo el mundo puede ni tiene que ser líder, o a confundir su significado con el de un buen gestor. Pero llegar a un puesto o tener un cargo no significa ser un líder.
Deberíamos considerar que si es una cualidad necesaria para dirigir bien un negocio, cuanto más debería serlo para dirigir un país. Si el coaching es un proceso de aprendizaje transformacional que está enfocado a la acción y a los resultados, nos les vendría mal a nuestros candidatos unas cuantas lecciones.
Entendiendo por liderazgo el arte de influir sobre la gente para que trabaje con entusiasmo en la consecución de objetivos en pro de un bien común, podríamos destacar el entusiasmo y el bien común, como características diferenciadoras respecto a otros procedimientos de actuación.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que el liderazgo no se obtiene por imposición, ni por ejercicio de poder, sino por la autoridad ganada gracias a la capacidad del líder de influir sobre los demás.
Según el profesor James McGregor (1918-2014), quien es una autoridad reconocida en estudios de liderazgo: “El liderazgo es un proceso por el cual los líderes inducen y animan a otros a conseguir ciertos objetivos que encarnar los valores, motivaciones, necesidades y expectativas de las dos partes implicadas, líderes y seguidores.”
Si analizamos por partes la definición, entendemos que la consecución de objetivos que encarnen valores, motivaciones, necesidades y expectativas nos lleva a la conclusión lógica de que no todos los fines son loables, y no todos los objetivos tienen el mismo valor moral. Antiguos líderes como Hitler llegaron a concienciar de la necesidad de eliminar a los judíos, o citando un caso más reciente, la eliminación de las libertades por la dictadura Venezolana con el consiguiente hundimiento de su economía para dominar al pueblo y cuyo cambio va a necesitar mucho tiempo y esfuerzo común.
Si el objetivo actual fuera unir a los españoles, este queda ya eliminado por irrespetuosas actitudes de algunos políticos contra los que no piensan como ellos, dándose el caso así de “líderes” sin autoridad moral, y por su puesto sin coherencia. No tiene autoridad para exigir respeto quien no respeta, situación que lamentablemente vemos a menudo, y que junto al mal uso del poder dio lugar a casos históricos, y cuyos fracasos se han puesto de manifiesto en el transcurso del tiempo. A esto podemos añadir tristemente, que son los mismos dirigentes políticos los que provocan estos enfrentamientos entre los votantes con su comportamiento y propuestas.
Por otro lado, si en situaciones complicadas como por la que actualmente pasa España, un líder y representante político se niega sistemáticamente a hablar con su opositor, ¿qué repercusión tendrán en el pueblo más que propiciar directamente él la separación? , poniendo así de manifiesto claramente la ausencia de una de las cualidades fundamentales de un líder como es el diálogo.
Me ha decepcionado la persistente negativa del Sr. Sánchez a dialogar con el PP, cerrando así cualquier posibilidad real de solución compatible con la real representatividad elegida por el electorado español. Pero lo cierto es que no se puede dar lo que no se tiene.
Siguiendo con la definición,” dichos objetivos serán de las dos partes implicadas, líderes y seguidores”, lo cual exige no trabajar para sí mismo ni conseguir o mantener el poder a toda costa. Consiste en trabajar por los demás y para los demás.
Otra consideración sería realizar análisis de los medios que utiliza el líder. Estos deben ser coherentes con la dignidad de la persona, empezando por sí mismo. La manipulación de la verdad, aprovechar ocasiones para transformarlas en lo que no son, hace que parezca que algunos políticos se decanten más por seguir la máxima de Maquiavelo, “la política es el arte de engañar”. O incluso darle la razón a Groucho Marx, “la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después remedios equivocados”.
Hoy día es un grave peligro el poder de los medios de comunicación que destruyen o ensalzan a una persona, dirigidos desde detrás del telón y sometidos a intereses que desconocemos. A esto hay que añadir el exceso de información, desvirtuada muchas veces y cuya cantidad hace que no se contraste con la realidad dando como resultado un porcentaje muy alto de datos que no tienen por que ser ciertos. Por mucho que un líder entusiasme a la gente, si los medios que utiliza no son coherentes con la dignidad y el respeto, nos volveríamos a encontrar con el caso de Hitler o Stalin.
En estos momentos no hay nadie que hoy día empuje con ánimo, aunando a los españoles, a producir, a sacar adelante a España como en otras ocasiones a lo largo de la historia, con esfuerzo, coraje y grandes ideales, ¿en que recodo del camino se han perdido esos ideales?.
Vemos como estos se han convertido en burdas proezas de provocación, apoyadas por la actitud de ciertos dirigentes que, en ausencia de compromiso y responsabilidad apoyan e instan iniciativas directamente provocativas e irrespetuosas hacia, por ejemplo los sentimientos religiosos. Pero siempre hacia los mismos, sin atreverse a atacar a otros, quizás por miedo a las represalias, como ha ocurrido con el padre nuestro blasfemo y con la Hermandad del santísimo coño insumiso, cuyo nombre se define por si misma.
“Dar ejemplo no es la principal forma de influir en los demás; es la única”. Albert Eisntein
Comparando con otros autores como Paul Polman, CEO en Uniliver, empresa líder americana, una de las cualidades más importantes que debe tener un líder es el compromiso. ¿Cuál es el verdadero compromiso de nuestros políticos? El compromiso puede incluso llevar a la renuncia, si hiciera falta, en beneficio del bien común. A esta pregunta se enfrentó sin respuesta lúcida Pedro Sánchez en la rueda de prensa que ofreció el día en que el Rey le encargó formar gobierno. Está claro que el compromiso debería ser España y los españoles, pero todos los españoles, y el que no esté dispuesto a este compromiso, se ha equivocado de puesto de trabajo. Entonces enlazamos con otro requisito nombrado anteriormente y necesario para un líder cual es el propósito, sentido del bien común, tener un sentido claro de la misión y estar convencido de ella y de entrega a la misma, y no al poder en sí mismo: ser generoso, leal, patriótico, responsable, respetuoso, comprometido, tener coherencia personal, ser creativo. Para Mr.Polman, toda esta lista de cualidades son necesarias para ser un buen líder empresarial, pero cuanto más necesarios deberían ser si el líder gobierna un país.
No podemos olvidar las habilidades sociales y poco corrientes a su vez: saber escuchar, ser respetuoso, expresarse de manera asertiva, aunar voluntades, cooperar con otros, así como poseer una gran inteligencia emocional.
Ser competente, ser bueno en lo suyo, buscar la excelencia y estar formado es fundamental ya que no puede liderar un equipo de futbol por ejemplo una peluquera que no juega al futbol.
Esperemos que el Sr. Sánchez tenga capacidad de visión a largo plazo y de poder calcular los riesgos que conllevan su empecinamiento ya que en la empresa y en la política, como en la vida, nada es gratuito, y las repercusión de los actos afectan a todos los habitantes de un país.
Por último terminamos con la disposición a mejorar y aprender, ser capaz de dejar de lado prejuicios y cambiar, para lo cual se necesita una gran dosis de humildad, cualidad que no se da mucho por estos lares.
En palabras de Arthur Conan Doyle, “la mediocridad no reconoce nada por encima de ella misma, pero el talento enseguida reconoce al genio”.
La falta de humildad unida a la mediocridad en la casta política asusta, sobretodo si esta combinación es la que nos gobierna.
A pesar de este panorama político no podemos por ello desentendernos de la política, ya que como nos avisa Platón, “el precio de desentenderse de la política es ser gobernado por los peores hombres”.
Como recordatorio veamos algunas frases de Simeone que recopiló la revista Forbes para comprender su capacidad de liderazgo:
“El esfuerzo no se negocia. Ni tolero el conformismo, la pasividad está alejada de mí.
Es fundamental la pertenencia, sentirse involucrado, que se entreguen a pleno en el proyecto.
No sólo el jugador debe entender al técnico. El técnico debe entender al jugador.
Cuando el corazón y la mente están unidos, todo es posible.
El liderazgo dentro de un grupo no se elige, es el grupo el que te lo da.
No ganan siempre los buenos, ganan los que luchan”
“Si tus acciones inspiran a otros a soñar más, aprender más, hacer más y a ser mejores; eres un líder”. Jack Welch
Pero parece que la España actual se pretende arreglar mirando al horizonte, sacando la muy útil Ley de Memoria Histórica y atacando al prójimo sin respeto.