Las orientaciones de la Unión Europea insisten en la necesidad de la adquisición de las competencias clave por parte de la ciudadanía, como condición indispensable para lograr que los individuos alcancen un pleno desarrollo personal, social y profesional, que se ajuste a las demandas de un mundo globalizado y haga posible el desarrollo económico, vinculado al conocimiento.
Estrategia OCDE: Competencias para construir un futuro mejor
Las competencias son fundamentales para permitir el progreso de las personas, y por tanto de los países, en un mundo cada vez más complejo, interconectado y cambiante.
Los países, cuyo sistema educativo va dirigido al desarrollo de unas competencias sólidas a través de la educación, de forma que las aprenden y desarrollan a lo largo de su vida, usándolas de manera plena y eficaz en el trabajo y en la sociedad, son más productivos e innovadores y disfrutan de un mayor nivel de confianza, de mejores resultados sanitarios y de más calidad de vida.
Las «políticas de competencias» desempeñan un papel principal en el establecimiento de las vías de desarrollo de los países, ya que, por ejemplo, facilitan la adopción de las nuevas tecnologías y mejoran la cadena de valor añadido. También hacen que los países sean más atractivos para las inversiones extranjeras directas y suelen ayudar a fomentar sociedades más tolerantes y cohesionadas.
Para progresar en el mundo de mañana, las personas necesitarán diferentes tipos de habilidades. Esta reeducación en competencias es una tarea compleja, dado que es una tarea a medio camino entre la educación, el mercado laboral, la industria y otros ámbitos políticos.
Esto implica la necesidad de coordinar y colaborar con una amplia variedad de partes interesadas, como ministerios, funcionarios de todos los niveles de gobierno, estudiantes, profesorado, trabajadores, empleadores, sindicatos y muchos otros…
Desde sus inicios (2012) la Estrategia de Competencias de la OCDE ha proporcionado a los países un enfoque estratégico y extenso para evaluar los desafíos y oportunidades en cuanto a competencias.
Cada proyecto está diseñado para fomentar un enfoque del conjunto del Gobierno que reúna a los ministerios pertinentes, para comprender mejor los objetivos de futuro del país y para identificar los ámbitos de acción prioritarios, así como para diseñar y armonizar las políticas de estrategias de forma que mejore el rendimiento competencial de cada país.
Como decía, para progresar en “el mundo del mañana”, las personas necesitaremos diferentes tipos de competencias y de niveles superiores y aquí la escuela es fundamental. Como sistema de educación es motor social, fuente de equidad y justicia y factor esencial de progreso económico.
Tres hombres y un destino: la (re) evolución docente
Jose Antonio Marina (filósofo, escritor y pedagogo), José Antonio Fernández Bravo (Doctor en Ciencias de la Educación, investigador y escritor. Maestro)y Alex Beard (Quería ser el Robin Williams de El club de los poetas muertos en una escuela de uno de los barrios más pobres y diversos de Londres pero fracasó. Autor: Otras formas de aprender. Miembro de Teach For All).
Un destino: ¿cómo debería ser el aprendizaje del siglo XXI? En lugar de enseñar a los niños a saber cosas, necesitamos enseñarlos a “aprender a saber”. Preocuparse para que aprendan y no por enseñar porque enseñar es, ante todo, producir aprendizaje. Hay que motivar a aprender no sólo a los alumnos, sobre todo a los profesores. ¿Qué hay que enseñar? ¿Cómo debe enseñarse? ¿qué obtenemos con lo que enseñamos? ¿Quién ha de hacerlo, y dónde?.
Afortunadamente, compañeras y compañeros de los Marina, Fernández y Beard, hay muchos, y cada vez más con el mismo destino.
Un momento epistémico fundamental y decisivo
La frase ‘cuarta revolución industrial’ se utilizó por primera vez en 2016, en el Foro Económico Mundial.
El término «Industria 4.0» surge de un proyecto de estrategia de alta tecnología del Gobierno federal de Alemania, el cual promueve la computarización de la manufactura, aunque como término fue utilizado por primera vez en el 2011 en la Feria de Hannover.
Mientras, en España, el BOE publicó la LOMCE (Ley orgánica para la mejora de la calidad educativa) el 10 de diciembre DE 2013 que en su preámbulo señala:
El alumnado es el centro y la razón de ser de la educación. El aprendizaje en la escuela debe ir dirigido a formar personas autónomas, críticas, con pensamiento propio. Todos los alumnos y alumnas tienen un sueño, todas las personas jóvenes tienen talento. Nuestras personas y sus talentos son lo más valioso que tenemos como país. Detrás de los talentos de las personas están los valores que los vertebran, las actitudes que los impulsan, las competencias que los materializan y los conocimientos que los construyen.
El 12 de octubre 2015, el Ministro de Educación le encarga la elaboración de un Libro blanco sobre la Profesión Docente a José Antonio Marina. Un Libro Blanco es una propuesta inicial, para ser debatida, completada, desechada o aceptada.
El 1 de diciembre de 2015 el libro estaba redactado: libro blanco de la profesión docente y su entorno escolar
¿Del BOE a la escuela? ¿De la ley a la práctica?
Es aquí donde nuestros tres hombres (“y sus compañeros anónimos”) marcan la estrategia, la hoja de ruta para su destino: un sistema educativo de alta calidad introduciendo en la escuela las habilidades del siglo XXI.
También tienen claro que como docentes tienen que reformular su profesión hacia la excelencia, confiando en su talento para evolucionar, desaprender, aprender y reinventar sus competencias.
La escuela tiene que convertirse en una organización que aprenda. Para hacer frente a los constantes cambios a los que se enfrenta las organizaciones es necesario establecer culturas empresariales que aprenden. Son aquellas que, de manera continua y sistemática, se embarca en un proceso para obtener el máximo provecho de sus experiencias aprendiendo de ellas. Peter Senge (director de Pensamiento de Sistemas y Aprendizaje Organizacional de la Sloan School of Management del MIT) les llama organizaciones inteligentes en su publicación La Quinta Disciplina: El Arte y la Practica de la Organización Abierta al Aprendizaje
La escuela inteligente aplicando las 5 disciplinas:
- Creación e impulso de una visión compartida
- Desarrollar el dominio (maestría) personal
- Identificar y desarrollar nuestros modelos mentales
- Fomentar el trabajo en equipo
- Generar el pensamiento sistémico
El reto de la escuela: preparar a los alumnos para un futuro imprevisible
Nuestro mundo se encamina hacia una “sociedad del aprendizaje”.
Los años de aprendizaje no se terminan en la escuela, sino que duran toda la vida.
Cada vez se habla más del lifelong learning, de la learning society. “El aprendizaje nunca ha sido tan importante como ahora”, ha escrito Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía (2001).
Hay una explosión del aprendizaje posibilitada por todos los medios y herramientas digitales, y aprender es el recurso de la inteligencia para sobrevivir y progresar en este entorno VUCA que vivimos.
El profesorado tiene el objetivo de ser un “profesorado inteligente”, parafraseando a Senge. Sabe que se nos fue el tren de la industrialización y ahora quiere trabajar para “ir en primera clase”. Tienen presente la ley de Revans: “Para sobrevivir, una persona, una organización o una sociedad debe aprender al menos con la misma rapidez con que cambia el entorno”, eso sí, con el fin de obtener un mayor rendimiento con un mejor esfuerzo (mayor productividad, eficiencia) suprimiendo contenido a la vez que producir más conocimiento.
Aún siendo difícil, no deben pararse mientras se produce un pacto social por la educación que impulse un pacto político porque también hay otros factores esenciales que mejoran la escuela (factores socioeconómicos, currículos, financiación, etc.).
La tarea de los docentes no es “enseñar”, sino conseguir que los alumnos “aprendan”. Observar y “enseñar desde el cerebro del que aprende”.
El cerebro necesita emocionarse para aprender. Uno de los grandes problemas es la falta de motivación. La neurociencia y los nuevos descubrimientos sobre la capacidad del ser humano de diseñar y gestionar su propio cerebro abren nuevos caminos a la educación, la neuroeducación.
El cerebro necesita emocionarse para aprender.
Los profesores deben querer y obligarse a una permanente revisión de lo que enseñan y de cómo lo enseñan. Esto será clave implantar la cultura del aprendizaje.
Es necesario (re) evolucionar la escuela para que sea una Escuela 4.0 con maestros 4.0, (maestro, profesor, con especial hincapié de sentirse principiante y con la proactividad de estar aprendiendo continuamente, que confía en su talento para evolucionar, para aprender y reinventar sus competencias).
Será “el maestro 4.0”, desde el aprendizaje continuo, el motor, el protagonista de la transformación del sistema educativo para, de esta forma, capacitar a los alumnos en las competencias necesarias para cumplir las tres misiones de la educación:
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Misión ética: formar buenos ciudadanos, mejores personas. Las personas lo primero. Saber ser.
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Misión intelectual: Alumnos más listos. Desarrollo de su talento. Que aprendan a saber.
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Misión práctica: Prepararlos para la inserción laboral. Saber hacer.
En su andadura, Beard comenta que en Finlandia los profesores son líderes más importantes que un ministro.
Georges Haddad, rector de la Sorbona, dijo: “Una sociedad que no ama a sus profesores no ama a sus niños”
Para terminar, una antigua historia. Mientras se construía una catedral, un paseante se acerca al tajo donde trabajan los canteros. Se aproxima al primero de ellos y le pregunta: “¿Y usted qué está haciendo?” “Trabajando con esta maldita piedra, que Dios confunda. Con el sol, el polvo, el capataz… esto no hay quien lo aguante”. El paseante se acerca a otro cantero y repite su pregunta: “¿Y usted qué está haciendo?” “Lo que me han mandado, tallando esta roca para hacer un cubo”. El paseante pregunta, por último, al tercer cantero: “¿Y usted qué está haciendo?” El cantero le responde con entusiasmo: “¡Estoy construyendo una catedral!” Los tres estaban haciendo lo mismo, pero solamente el tercero mantenía presente la grandeza del proyecto, y eso le impedía caer en la insignificancia.
El reto está servido: ser maestro 4.0 (en cualquier sector) para seguir siendo aprendices permanentes en el s.XXI y un mundo mejor.
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