La doctora Nuria Lorite Ayán trabaja desde hace más de 25 años en pro de la Salud y el
Bienestar. Su entusiasmo por la investigación y su deseo de aprender se han mantenido con la misma intensidad que el primer día. Tal vez porque cree y aplica firmemente la teoría de que no existen enfermedades, sino enfermos.
Nuria Lorite es Licenciada en Farmacia y Diplomada en Estudios Avanzados por la Universidad Complutense de Madrid. Se ha especializado en homeopatía y terapias afines, homotoxicología, medicina biológica, herbodietética, nutrición ortomolecular, micronutrición, Kinesiología, redes geobiológicas, espagiria, inmunomodulación y hongos nutricionales, entre otros.
También es Licenciada en Medicina Tradicional China (MTC) con estudios de postgrado. Ha sido reconocida por la Universidad de Pekín como profesora de MTC. Tiene una gran experiencia en acupuntura, fitoterapia y dietética china.
Está doctorada en Naturopatía por la Cambridge International University. Doctora en la UCM, Dpto de Bromatología y Nutrición.
Profesora del Máster de Medicina Deportiva y Recuperación Funcional que imparte la Universidad Europea de Madrid. Colaboradora incansable en diferentes cadenas de radiodifusión y televisión, agencias de noticias y la BBC.
Nuria Lorite, es Presidenta de la Asociación Española de Medicina Biológica, miembro del consejo asesor y editora de importantes publicaciones del sector, miembro de la Word Association for Cancer Research.
Estudia cada caso médico desde diferentes puntos de vista, según diferentes criterios y aplicando distintas técnicas; siempre tiene en cuenta todos los niveles de manifestación y causación: físicos, mentales, emocionales o espirituales.
“Somos distintos, diferentes opuestos y complementarios. Es necesario la educación a la persona porque la Naturaleza ya establece unas limitaciones, que no condicionantes”. Nuria Lorite
Desde hace años trabaja con deportistas de todas las disciplinas, cuidando su salud y progresión física. Pero también su interior, porque el perfecto desarrollo mental y emocional es tan importante como el físico.
La doctora Nuria Lorite nos recibe con una amplia sonrisa y mirada serena.
Doctora, ¿Qué es el Proyecto Biloba?
NL.- “La idea arranca en el año 2000 cuando buscaba un nombre que hiciera de paraguas para todas las actividades que yo hacía, tanto la parte docente como la asistencial, de investigación y divulgación porque estos los campos donde siempre he trabajado.
En la búsqueda del nombre que pudiera englobar todo mi trabajo, recordé que en mis clases de fitoterapia cuando hablaba a mis alumnos del Ginkgo Biloba a mí me gustaba explicar la fortaleza de este árbol milenario porque ha sufrido y sobrevivido a muchas calamidades. Además es un árbol biónico porque sus hojas – cuando están maduras- coinciden si las doblamos, como si fueran uno en dos. De hecho, en la Medicina Tradicional China el Gingo Biloba es la representación de la longevidad y del equilibrio; es decir, de la complementariedad de los opuestos. No olvidemos que nosotros y la vida misma, estamos hechos de conceptos opuestos pero al mismo tiempo complementarios.
Con todo, elegí el nombre de Biloba por este concepto de resistencia, de fortaleza, adaptación y larga vida que va asociado a él. Desde hace dieciséis años es el nombre de referencia en todo el trabajo que desempeño. Además este proyecto ve la luz gracias a la insistencia de mis alumnos que me pedían – y lo siguen haciendo- herramientas de trabajo en los seminarios cursos y conferencias. Siempre he tratado de dar respuesta ante la curiosidad por saber más y más. Es algo que me aplico a mí misma.”
Los tiempos cambian, ¿las necesidades saludables son las mismas?
“Y tanto que cambian, de hecho contamos ahora con enfermedades que no teníamos en los años 90 por ejemplo. Cuando hablamos de bienestar integral parece que asumimos este concepto como si fuera una sola palabra y no es así.
Realmente nos olvidamos de lo que significa el concepto salud integral. En general, las personas asumimos la salud en relación con nuestro cuerpo físico (si no nos duele nada, nos sentimos bien, estamos convencidos que somos personas sanas) .
Pero esto no es cierto porque la parte física de nuestro organismo está completamente relacionada, inseparable, de nuestra parte mental y emocional. Incluso yo iría más allá, porque nuestra salud está conectada con la parte espiritual, con las creencias que cada uno podamos tener o no tener. De hecho conozco a personas que están muy enfermas físicamente y sin embargo son felices, se sienten muy bien. Creo que ya es difícil calificar esta porción de bienestar.
Por eso, el bienestar integral llega cuando somos capaces de asumir que no solo somos un cuerpo y que debemos cuidarnos en lo que sentimos y pensamos. Deberíamos aplicar al pie de la letra una frase muy antigua que dice cuida mucho lo que dices, sé congruente con lo que haces y con lo que piensas. Porque muchas veces pensamos algo y actuamos de manera contraria; nos hacemos daño y el cuerpo somatiza muchos problemas , carencias y desequilibrios que tenemos en nuestros pensamientos y /o en los sentimientos”
¿A qué nos referimos cuando hablamos de un desequilibrio en nuestra salud?
“No debemos pensar en una depresión o en una esquizofrenia, por citar dos ejemplos. Nos referimos cuando vivimos una situación personal, de pareja, con la familia, en nuestro entorno laboral que nos hace sentirnos mal y a la que no hacemos frente. El resultado es que nos hacemos daño a nosotros mismos y es el cuerpo el que nos manda las señales de que algo no marcha bien.
Por eso el bienestar integral es fácil y difícil de conseguir. Por un lado es complicado porque tenemos que estar muy conscientes, muy atentos cada día. Y por otro, es fácil porque también tenemos que poner cada cosa en su sitio y contemplarlas con cierta relatividad. Pensemos que nuestro cuerpo tiene sus horas y días buenos o no tan buenos. Y de esto, las mujeres sabemos mucho”.
Hablemos entonces de las mujeres: ¿Conocemos nuestro cuerpo? ¿Lo comprendemos?
“Yo diría que poco. He llegado a preguntar a profesionales que asisten a mis cursos sobre cuál es el día uno del ciclo menstrual y no han sabido responderme. Si una mujer no sabe cuál es el día uno de su ciclo o el día 14…se le enseña. Pero me inquieta mucho si lo desconoce un profesional de la salud.
Yo suelo animar a las mujeres a que lleven un calendario para comprobar cómo su cuerpo va cambiando dependiendo de los días del ciclo, cómo va variando incluso en sintonía con los propios ciclos de la Naturaleza. Creo que es muy bonito provocar este compromiso porque la sociedad nos hace mucho daño a las mujeres cuando se emplean comentarios y valoraciones despectivas entorno al ciclo menstrual, a la regla.”
¿Cómo podemos dar ese giro positivo?
“Pensando en que nuestro cuerpo femenino está de cambio y ese día no tenemos por qué exponernos a un gasto de energía que necesitamos para nosotras. Ese reconocimiento de que el cuerpo parece que no nos acompaña es vital.
Si asumimos esa falta de energía como algo normal y si comprendemos el milagro que está ocurriendo de renovación corporal, más que quejarnos de tener la regla – que me parece espantoso- tendríamos que alegrarnos de su presencia, casi milagrosa. Funciona sola, no tengo que estar pendiente de la regla, tan sólo un poco atenta porque tal vez necesitemos un aporte de vitaminas o minerales. Pero, por favor, no hay por qué sufrir. Todo lo contrario, disfrutar de lo que tenemos porque precisamente los problemas de salud en muchas mujeres adultas arrancan desde sus primeras reglas, ya que eran asumidas como un castigo más que otra cosa.
La falta de información y el miedo pueden hacer estragos
¿Es correcto diferenciar entre enfermos y enfermas?
“Pues mira, precisamente por culpa de…o gracias a… los cambios hormonales, determinadas enfermedades aparecen de manera distinta en las mujeres.
Estamos viviendo tiempos muy complicados para la mujer sobre todo en el mundo occidental donde se han alcanzado cotas muy altas a nivel social y económico –desde luego que queda mucho por hacer- pero no hay que negar que el precio que se pagamos es muy alto en un mundo de hombres, no vayamos a negarlo.
Se paga con el precio a la renuncia de la maternidad; o de ser madre pero no ver crecer a nuestros hijos, el precio de estar (también ser) 300% maravillosa siempre. Estas son unas cargas muy pesadas para la mujer.
También reconozco el que los hombres- como grupo general- están sufriendo porque cuando la mujer se posiciona alguno de ellos se descoloca. Creo que estamos protagonizando momentos muy convulsos pero yo confío que traerán ocasiones de crecimiento tanto para los hombres como para nosotras. Aún así, sí me importa y mucho que la mujer se comprenda, que el hombre comprenda a la mujer y la mujer al hombre.”
La culpabilidad, ¿solo en femenino?
“La culpabilidad crea una sensación de debilidad muy importante en el organismo: aparte de la culpabilidad apuntaría la frustración en femenino también.
Hay muchas mujeres en la consulta que dicen encontrarse engañadas por la sociedad, por lo que aprendieron, hasta por ellas mismas. La frustración puede anunciarnos que una parte de la persona se haya quedado sin desarrollar, incluso no ha llegado ni a nacer.
Esto supone un bloqueo energético, produce cambios en nuestro cuerpo porque la frustración nos arrincona en un estado donde rumiamos nuestra culpabilidad.
Necesitamos salir de ahí: por ejemplo para quienes dicen haber rechazado su maternidad en pro de un proyecto profesional, tal vez haya que decirles que tienen muchos hijos intelectuales.
Es fundamental saber que no existe la necesidad de ser madres porque somos capaces de dar a luz ideas, proyectos; creo que es cuestión de situarnos en el mundo como seres que tenemos una labor que cumplir y lo injusto sería llegar al final de nuestra vida y no haberlo hecho.”
Es un placer entrevistar a la doctora Nuria Lorite Ayán, reconocida docente e investigadora. Para quienes deseen ahondar más en su trabajo, les aconsejamos leer “Las Bases de la Medicina China-Filosofía”, el primero de una serie en la que compartirá sus conocimientos.
Y como colofón para este año 2016, la doctora Lorite lanza Master Life, una línea de productos que representa la experiencia de casi 30 años uniendo Oriente y Occidente a favor de la salud y del bienestar. Ella los define como “complementos nutricionales formulados para apoyar las maravillosas relaciones en nuestro ser, productos que hablan el lenguaje del cuerpo, de la mente y de las emociones, al plasmar un profundo conocimiento de la filosofía y de la energética del ser humano”.